《Capítulo 20》La razón de mi cambio

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(Nathan's POV)

La ambulancia llegó rápidamente al lugar y mientras movían los restos de los autos mi corazón se iba quebrando aún más. Resulta que yo aceleré en un mal momento, aceleré cuando Helena venia saliendo del estacionamiento.

La culpabilidad estaba cayendo sobre mi como un maldito balde de agua fría. El miedo, la rabia, la impotencia, la culpabilidad; todo me estaba consumiendo de una manera mortal. Quería ver que sus ojos se abrieran una vez más. Que se iluminaran por verme.

Los médicos tomaron el cuerpo de Helena y estaba irreconocible, su rostro bañado en sangre con hematomas gigantes.

Sus ojos cerrados, sería la imagen más horrible que tendré de por vida. Los quería abiertos, con esa necesidad de verme sonreír, la misma que yo sentía al verla.

- ¡Tienen que salvarla, por favor! - Les grité mientras corría a ellos y suplicaba por un milagro.

Mis lágrimas, ya había perdido la cuenta de cuánto tiempo llevaba sollozando y tomando mi cabello entre mis manos, no soportaba la idea de perderla. No dejaría que eso sucediera.

Una señorita vestida como médico se giró al verme corriendo hacia ella.

- Haremos lo posible, cálmese, dejé esto en nuestras manos. - Me dijo suavemente una señorita, las palabras no me servían de nada, tenía tanto que decirle, Helena no podía morir. Me rehusaba a dejarla ir, ella era tanto en mi vida y fui un estúpido al no saber eso ni yo mismo.

Es triste cuando debe suceder cosas así de desgarradoras para darnos cuenta de lo mucho que las personas valen para nosotros.

- Debemos marcharnos. - Dijo un hombre de edad, y se giró a mí sin algún sentimiento en su rostro. - Muchacho; debes permanecer en calma.

Bufé sin saber qué hacer, mis manos empezaron a temblar y mis lágrimas caían como veneno por mis mejillas hasta caer al suelo. Esa necesidad de golpear algo a cada segundo incrementaba más.

La camilla empezó a alejarse y mi angustia volvió, la iba a perder.
Iba a perder a Helena, tenía un mal presentimiento.

Las personas a mi al rededor me observaron con tanta lástima que me hacían sentir peor. Tantas personas estaban curioseando la escena, tantas y ningún rostro conocido. Agudicé mi vista y pude ver a lo lejos a mis chicos, vi como Max discutía con un policía y como Tom saltaba la red de precaución y corría hacia mí.

- Lo siento mucho hermano. – Tom me abrazó y fue reconfortante saber que tenía a mis amigos conmigo. – Saldrá de esta.

Quise creerle, de corazón que intenté. Sin embargo, solo asentí.

- ¿Qué ha sucedido? - Preguntó alguien detrás de mí, mientras su voz se quebraba.

Me giré y era la madre de Helena con sus ojos cristalizados. La sorpresa cayó encima y abrí mis ojos debido a ello. No sé cómo se atrevía a estar aquí después de su manera de tratar a su hija; y todavía perderse sin dejar rastro alguno.

 Sin embargo quise pensar que de verdad la quería.

- Ella - Tragué realmente fuerte. - Ella ha tenido un accidente.

Su rostro se quebrantó en mil emociones que temí por ella cuando palideció.

- ¡¡Esto es tu culpa!! - Gritó empujándome con sus manos.

Y me harté.

Si algo sabía era que este no era el momento para sacar culpables, y era porqué sabía que tenía culpa. La mayor parte la tenía yo y lo aceptaba, pero ella no pintaba colores en esta grisácea escena tampoco.

- ¡Mamá cálmate! - Gritó Lisa que hasta ese momento pude darme cuenta que ahí estaba, y me di cuenta también que su madre estaba golpeándome con fuerza en el pecho.

Sin embargo, esos golpes no dolían más que esta realidad.

- Si tan sólo yo...- Dijo y mi corazón se encogió.

Si tan sólo yo no le hubiera hecho nada...
Si tan sólo yo le hubiese dicho todo...

Completé en mi mente, la furia me cegaba todo pensamiento claro y no fue hasta que Tom me tomó de los hombros que reaccioné.

- Es hora de irnos, sigamos a esa ambulancia. - Dijo sin siquiera observarme.

- Vamos... - Dijo Lisa tomando mi brazo mientras caminábamos aligerados a un auto que desconocía de quien era.

- Iremos detrás de ustedes. – Tom me dijo antes de correr hacia los demás chicos y subirse al auto, yo seguí mi vista hacia Lisa, sabía que necesitaba compañía. Le tenía cariño así que decidí irme con ella.

Nos subimos y seguimos la ambulancia en un silencio sepulcral mientras yo seguía soltando mis lágrimas en silencio.

- No quiero perderte... - Dije en un susurro.

- Nadie quiere, y no la perderemos. - Contestó Lisa regalándome una pequeña sonrisa.

Llegamos al hospital y los paparazis no tardaron en bombardearme a no más baje del auto.

- Déjenme en paz, no quiero nada de esto ahora. Respeten mi vida. – Sentencié aburrido de lo mismo siempre, mientras corría hacia la entrada donde observé que se llevaban a Helena a urgencias.

- ¿Cuánto tiempo estará ahí? ¿Ella sobrevivirá? ¡Dígame algo por favor! - Grité mientras caminaba al lado de la camilla.

Ellos no dijeron nada y sólo pude besar delicadamente la mano de Helena antes de verla entrar a una habitación.

- Estarás bien, mi amor...

Y la espera comenzó.

Amor de estrella fugaz (Fanfic de Nathan Sykes) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora