Parte 20: Y vivieron felices...

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Pov Anastasia 

Después del evento de Afrontarlo Juntos, pasaron varias semanas en las que llegaba a mi oficina una cantidad definitivamente grande acerca de invitaciones a eventos de algunas personas con las que charlamos y miles de cartas de revistas y medios de comunicación para hacer notas con ellos, algo con lo cual no estaba de acuerdo. Por Dios! soy una editora en jefe en una editorial que publica libros y novelas, no una celebridad. 

Después de todo, la noche había sido fantástica, salvo por el ligero detalle de que a la mañana siguiente fuimos despertados por nuestros hijos que no entendían nada sobre resaca y dolor de cabeza. Grace, dijo que el resto del consejo de la fundación estaban felices por los resultados de las ganancias que había dado la fiesta por un costo mínimo para tal evento, por lo cual me ofreció ser parte para próximas ocasiones. Esto me sorprendió, pero no estaba lista por esta responsabilidad, por lo que ahora solo era un miembro colaborador y daba parte de las ganancias de la editorial para la causa, aunque estaba interesada en la parte de ayudar a niños vulnerables y chicas con problemas. 

Exactamente un mes y medio después me tuve que enfrentar a una de las pruebas que esperaba desde hace tiempo, pero no por eso se hacía mas leve. Theodore tuvo su primer día de escuela, en el kinder. Con Christian dedicamos horas a obtener entrevistas con cada escuela de las que nos gustaban y a pesar de haber tenido una favorita, definitivamente el solo hecho de pensar en como estaba creciendo nuestro hijo, nos hacía darnos cuenta de que nunca estaríamos conformes si eso significaba que él estuviera fuera de casa por un par de horas. 

A la final, resolvimos mandarlo a la que tenía mejores ofertas y una filosofía de enseñanza aceptable, lo importante sin embargo sería seguirlo formando en casa para que nos se convirtiera en un idiota a futuro. Estuvimos en un día de compras para obtener sus materiales y le explicamos de que iba esto de la escuela, básicamente estaba encantado con la idea de hacer amigos y aprender cosas.

Lo duro fue dejarle en la puerta de su sala. Es un día que estoy segura que ni mi esposo ni yo olvidaremos nunca.

Flashback.

Christian llevaba horas encerrado en su oficina y estábamos listos para ir al primer día de escuela de Ted, quien esperaba ansioso en su uniforme mientras que Gail tenía a Phoebe también hecha una princesa en su vestido rojo con puntitos blancos. Me encamino a su oficina y al abrir la puerta entiendo todo. Mi esposo bebe un vaso con whisky mirando una fotografía. 

Al acercarme veo que es una en donde ambos sostenemos a Ted después de su primer cumpleaños, e inevitablemente tengo una lágrima recorriendo mi mejilla. 

- Está demasiado grande. ¿En que momento pasó eso?-  dice cuando coloco una de mis manos en su hombro. - Me refiero a que... ayer apenas era un bebé y ahora lo estamos dejando en una escuela por... seis horas.-

- Lo se... a mi también me da cosa dejarlo ir. Pero no se está yendo a la universidad ni mucho menos independizándose, debemos dejar que crezca, que conozca amiguitos y juegue con niños de su edad.-  Su mano tira de la mía y de pronto estoy en su regazo envuelta en sus brazos.

- No quiero que Phoebe crezca, terminará de romper mi corazón.- Dice dejando un beso en mis labios. 

- Tenemos que irnos cariño.- Susurro con su boca demasiado cerca de la mía. - No puedes evitar al niño que espera entusiasmado con Taylor y Gail en la entrada.- 

Después de un beso abrasador, logré convencer a mi esposo de ir a dejar a nuestro hijo en su escuela, fue duro. Al llegar quiso soltarse de nuestras manos para conocer a todos los niños que veía, después, conocimos a su maestra y luego de algunas palabras de la directora, vino la parte en la que nos despedíamos de nuestro pequeño campeón. 

Nuestra Locura 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora