Capítulo 13: Prismas para ver las cosas

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Por los escasos huecos de la ventana entraba una luz tenue. Amanecía y todo estaba en calma. Se escuchaba a unos pájaros piar.

Liam abrió los ojos. Harry estaba dormido, un cuerpo cálido y fuerte a su lado.

El pánico le invadió. Se levantó tratando de no hacer el más mínimo ruido y buscó su ropa, pero ésta estaba distribuida por toda la habitación.

Casi dando tumbos se metió en el baño. Abrió la ducha pero aún no salía agua. Trató de encender la luz y esa si funcionó.

Se vistió y salió de nuevo a la habitación. Entonces llamaron a la puerta.

-¿Señores?

Liam abrió y escuchó al hombre que había llamado.

Éste se identificó como miembro de la embajada de Reino Unido y les ofrecía un transporte seguro hasta el hotel. El partido había sido suspendido por motivos de seguridad y les llevarían hasta el aeropuerto donde estaba previsto que saliera el avión.

Liam le agradeció todo y le pidió unos minutos para despertar a su compañero de cuarto.

Pero cuando cerró la puerta éste ya estaba despierto.

Incorporado sobre la cama.

Tenía un cuerpo fibroso, con músculos. Sus brazos fuertes se apoyaban contra el colchón, su pecho brillaba por sudor y resaltaban unos tatuajes que hasta aquel momento siempre habían ido cubiertos.

-Buenos días –dijo Harry.

-Van a llevarnos al aeropuerto. Te dejo sólo para que te vistas.

Liam salió de la habitación y Harry salió de la cama. Recogió su ropa y se la puso. El culo le dolía muchísimo. Le palpitaba protestando por lo ocurrido la noche anterior.

No podía decir que la reacción de Liam Payne le hubiera sorprendido. Era exactamente la clase de reacción que si le hubieran preguntado hubiese dicho esperar.

Pero no por ello dolía menos.

Salió del cuarto con paso poco firme. Estaba nervioso, cansado, sucio y dolorido.

Liam ya estaba en la recepción. No dijo nada. Ni cuando les metieron en un coche con cristales blindados.

Iban uno junto al otro en absoluto silencio.

El coche se detuvo al llegar al aeropuerto. Liam al fin volvió la cabeza bruscamente hacia Harry.

-Ésto no ha ocurrido.

Salió del vehículo. Harry salió detrás y le alcanzó, caminando a su lado. Bajó la voz para que sólo el futbolista pudiese oírle.

-Ni siquiera estuvo tan bien –mintió con descaro, y aceleró el paso.

Aunque el dolor de la pérdida de su virginidad fuese tan intenso, no iba a permitir que Liam lo notase.

Cuando entró en la zona de embarque, su padre se abalanzó hacia él, casi ahogándolo en un abrazo.

-Volvemos a casa, hijo.



Las horas de vuelo nunca se acababan. Liam quería llegar a su casa, ducharse con agua muy caliente y olvidar esa noche en Turquía.

Quería emborracharse pero no podía con el dueño del club presente y mirando.

Había sido cosa de lo extraordinaria y rara que resultaba aquella noche. Ahora sólo tenía que seguir con su vida como si nada hubiese pasado.

Minuto 91 |Nouis| Lirry||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora