ESTA LOCURA DE VERTE SE VUELVE OBSESIÓN

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II

Hermione ya había dejado aun lado el sentimiento de culpa. No le había dicho a nadie lo que en secreto hacía con Draco—sí, ahora él era Draco, claro que nunca se lo diría en la cara— y estaba más que segura que él tampoco se lo decía nadie.

Ya llevaban una semana de esta forma. No importa en donde se vieran, ya sea en la Torre de Astronomía, algún aula, detrás de alguna armadura, donde sea, ambos no podían evitar volver a caer.

Sentía vergüenza, sí, pero ahora le daba igual. Sabía que se estaba comportando de forma indebida, pero no podía evitarlo, no quería evitarlo, porque sólo con él, o al menos eso creía, se sentía viva. Sentía ese calor, que en realidad no sintió cuando perdió la virginidad.

Siempre era igual, se veían, se besaban, se poseían y se iban sin decir nada. A veces le dolía eso, pero era mejor así. No estaba dispuesta a admitir que nada de eso estaba ocurriendo, era mejor así... Era mejor así... Siempre se repetía eso.

- Hola Hermione -. Le saludó Dean Thomas, acercándose a ella.

- Ah, hola Dean.

- Me preguntaba... Bueno, ¿si tenías algo que hacer hoy? -. Preguntó inseguro.

Ella le miró, por un momento iba a decir que sí, pero luego lo pensó mejor y al final decidió por decirle que no. Necesitaba salir del castillo y alejarse de Draco... a pesar de que tal vez se iba a arrepentir.

- ¡Genial!, pensaba que podríamos ir a tomar algo.

- Me encantaría -. Contestó ella, aunque sabía que no iba a ser así.

Dean le sonrió y diciéndole que la esperaba a las cuatro en la salida dio media vuelta y se fue. Respiró hondo y se dirigió a su primer clase, que le tocaba con Draco. Durante las clases alguna que otra vez, se miraban, pero como si nada, volvían a sus cosas. A veces le gustaría meterse en la cabeza de él y enterarse de lo que piensa de ella, sabía que no era nada bueno conociéndolo como era, pero al menos le sacaría de la duda.

Necesitaba hablar con alguien, con quien sea, pero no sabía como decirle esto a alguien... Bufó molesta, al darse cuenta de que se hacía mucho problema por nada, después de todo era su vida y de nadie más.

A las tres de la tarde, una vez terminadas las clases subió a su habitación en compañía de Ginny, quien el ayudó a elegir la ropa que llevaría puesta.

- Ni bien llegues, debes contarme todo, absolutamente todo -. Dijo emocionada Ginny.

- No te preocupes -. Le contestó Hermione, sonriendo por la emoción de su amiga, la emoción que a ella le faltaba. - Igual no creo que sea nada de otro mundo, no es como que fuéramos a ser novios ni nada de eso...

- Pero quiero saber todo.

Se puso una campera ajustada, negra, teniendo abajo nada más que el sostén, y un vaquero del mismo color, con botas de tacón marrones. No se maquillo, no tenía ganas, y sabía que si lo hacía se vería como una puta.

Guardó algo de plata en el bolsillo de su pantalón, ya que no quería llevar una cartera y salió a buscar a Dean.

- Te ves hermosa -. Le dijo Dean a modo de saludo.

- Gracias -. Contestó ella, sin mucha emoción.

Ambos comenzaron a recorrer las calles de Hogsmeade, al principio callados, pero luego quien comenzó a hablar fue Dean, quien parecía no querer dejar de hablar. Entraron a las Dos Escobas, y pidiendo una cerveza de mantequilla, se fueron a sentar en un rincón.

- Y mi abuela dijo "sí, el niño sin duda se ha hecho un hombre" -. Terminó de contar Dean, a lo que se largó a reír con una atronadora risa, Hermione hacía rato que se había perdido la conversación, pero rió para no quedar mal.

En un momento, empezó a sentir aquella sensación de ser observada. Disimuladamente, miró el local hasta encontrarse con los ojos fríos de Draco, a tres mesas lejos de ella. Él se encontraba con sus amigos. Se veía con la expresión facial más dura que lo normal, algo que le hizo a Hermione incomodarse y volver su atención a Dean, quién había comenzado otra de sus historias.

- Valla, que tienes historias -. Dijo Hermione, cortándolo en medio de la historia, que trataba de una escoba encantada.

- Bueno sí. Al igual que tú.

- Ya, pero no tan interesantes como las tuyas.

- Es obvio que las tuyas las son más, Hermione. Has salvado el mundo...

- Error, yo he ayudado a salvarlo. Quien realmente se merece todos los créditos es harry.

- Y tú también Hermione, te mereces muchas cosas -. Dijo él, acercándose más a ella. Hermione pronto comenzó a sentirse incómoda. - Muchas cosas -. Volvió a repetir. - Y yo puedo darte todo lo que te mereces y más, sólo dame una oportunidad -. Le pidió tomando su mano.

Hermione le miró con espanto, aunque él no se dio cuenta. Aun podía sentir la mirada de Draco puesta en ella, sabía que al estar de espalda, esta escena parecía cualquier cosa en vez de ser lo que realmente es, y eso le preocupaba. No por Draco, sino, que muchos clientes se encontraban viendo a la Heroína prácticamente cortejada por un chico no muy agraciado. Pero pronto sintió que ya nadie la miraba, y escuchó un fuerte golpe de puerta, se dio cuenta de que él se había largado.

Retirando con delicadeza su mano y mirando directamente a los ojos de Dean le dijo:

- Dean, realmente me siento más que alagada de que... Bueno, sientas algo por mí, pero yo no estoy preparada para una relación ni nada de eso. Accedí a salir contigo porque creí que podía ser divertido y olvidarme por un momento de aquellas cosas que me están atormentando, por así decirlo, pero me di cuenta de que las cosas son así... Y... Lo siento. Te quiero Dean, pero no creo que ese querer pase a ser algo más que una amistad -. Y dicho esto se fue.

Salió del lugar en busca de Draco, ¿por qué? Siempre, quería encontrar su medicina. Se detuvo a medio camino, pensando y mirando todos los lugares que podría haber tomado. Sabía que no iría al castillo, ¿pero que lugar tomaría? Hasta que se dio cuenta.

Corrió y corrió hasta llegar al lugar. Lo vio sentado en una roca, oculto detrás de un árbol, mirando hacia la casa de los gritos.

- ¿No deberías estar con tu novio? -. Preguntó de golpe Draco, sin siquiera mirarla. ¿En qué momento se había dado cuenta de su presencia, si en ningún momento, se había dado vuelta, o ella había hecho ruido? ¡Claro! Él era un ex Mortífago, por tanto había sido entrenado para todo.

- Él no es mi novio... Y nunca lo será -. Respondió ella, acercándose a él.

- No me pareció eso, hace un rato.

- Ya, pero no te dejes engañar...

- No tienes porque explicarme nada -. Dijo Draco cortante, cruzándose de brazos.

- Ya, es verdad -. Contestó al fin Hermione, molesta, dándose la vuelta para irse, pero Draco la detuvo a medio camino y la abrazó por detrás.

Estuvieron en esa posición por un largo tiempo, sin querer separarse. Encantados por aquella sensación que les invadían. Draco era frío de carácter, pero de su cuerpo desprendía un calor que contrarrestaba todo aquello, y eso es lo que más le gustaba a Hermione de él, su calor, y aquella forma de él que le hacía sentir protegida y única en su universo. A veces, luego del coito, ambos se quedaban abrazados, sin decir nada, disfrutando del momento, y esos solían ser los mejores... pero no siempre ocurrían, ya que mayormente después de las caricias ambos se iban por su camino, y no volvían a mirar para atrás.

- Esta locura de verte se vuelve obsesión -. Dijo Draco en un susurro, a lo que Hermione le contestó agarrando sus manos con fuerza y acercándose más a su cuerpo.

* * *

Es Más Que Eso... [FINALIZADA]Where stories live. Discover now