Corazón (Trunks&Pan fanfic)

Capítulo quinto

Corazón

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Capítulo V

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La mirada que se otorgaban el uno al otro en ese instante, estaba cargada de emociones. Amor, sobre todo, y aún a Trunks se le hacía difícil asimilarlo: estaba loco por esa chiquilla de negros cabellos. Quizá, desde el primer momento en que coincidieron en un mismo espacio y tiempo, el destino los había unido por inexplicable motivo, quitándoles el aliento.

¿De qué servía engañarse a sí misma? ¿Para qué engañarlo, ilusionarlo de tan cruel manera? Debía pararlo, detener esa intensa oleada de placer que la recorría completamente con sus tiernas caricias, y explicarle que después de ese día, de ese especial momento, no se verían más. Ella lo quería, demasiado, y jamás pensó que él sintiera lo mismo. Se sentía como la persona más vil sobre la faz de la Tierra, dejando que él se abriera de esa forma con ella, que creyera que luego de esa ocasión habría otras iguales cuando no las habría.

Pan quiso sollozar pero logró detener esos inmensos deseos de soltar las amargas lágrimas que la asfixiaban.

No era justo.

Le habían ofrecido un excelente empleo a su padre, Gohan, pues era bien sabido que era uno de los mejores investigadores existentes, mas aceptar ese trabajo implicaría instalarse en una ciudad ubicada al sureste del planeta, demasiado lejos de su actual colegio, de sus amigos y, sobre todo, de Trunks. Y ella, al ver las alegres expresiones de sus padres, cargadas de ilusión, no fue capaz de romper el precioso momento y se resignó a la idea de abandonar todo para empezar en un lugar distinto.

Dolía no poder objetar.

Dolía tener que dejar todo eso.

Dolía separarse del primer hombre que había amado, pero nada podría hacer, solamente disfrutar esas últimas horas.

—Pan... no sabes cuánto deseo que esto dure para siempre —dijo él en un susurro, y el nudo en su garganta no podía ser más doloroso.

—Bésame, Trunks, y no digas nada —pidió ella y Trunks atendió con presteza tal petición, confundido por la mirada triste de Pan. O tal vez no era tristeza, si no, emoción y nerviosismo por lo que se avecinaba.

Inició uniendo con suavidad sus labios a los de ella, mientras Pan rodeaba su cuello con sus delgados brazos y él acariciaba su espalda, transmitiéndole seguridad. Ella lo acercó más al empujar su nuca y no tardó en profundizar el beso, tomándolo desprevenido. Sus lenguas jugando entre sí, prodigando caricias llenas de sensualidad, de pasión, deseo puro que amenazaba en convertirse en un fuego imparable y descontrolado; sus labios apenas rozándose por casualidad, el sabor de sus bocas mezclándose de tal manera que, en ese tiempo, sabían que ese día ya no serían más dos, se unirían, fundiéndose en un solo ser, compartiendo un mismo corazón y alma... O al menos uno de ellos lo pensaba así.

Él comenzó a pasar con más frecuencia y firmeza sus manos por la anatomía de Pan, sin embargo, la ropa comenzaba a estorbar. Ella sintió la necesidad de tocar su piel desnuda y Trunks, sin perder ni un segundo, se deshizo de su camisa; Pan lo miró con detenimiento, con un casi imperceptible dejo de inquietud, por lo que no pudo evitar sonrojarse ante la imagen que él le regalaba... Un abdomen bien trabajado que aunado a su suave piel bronceada que, seguramente en alguna ocasión, habría causado un suspiro colectivo entre un grupo de féminas. Mas, dejando a un lado su buen físico, lo que la hacía temblar de deseo era la siempre apacible y dulce mirada que Trunks le daba. Sus ojos dotados de profundidad y misterio no lo eran así para ella, pues sabía que ese hombre que estaba frente suyo y que ahora, sin ninguna prisa, acariciaba su cabello, la amaba... al igual que Pan lo hacía.