Capítulo 1

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Capítulo 1~

En lo profundo del mar existió un reino Pacífico donde las sirenas, tritones y otras criaturas del océano habitaban en paz y armonía.

Sin embargo con el pasar del tiempo su tranquilidad se vió amenazada por Piratas. 

Algunas sirenas y tritones se reunían en tierra firme de vez en cuando, para convivir y compartir historias; todo estaba bien cuando escucharon los gritos que les advirtieron de la amenaza que se aproximaba.

El Genei Ryodan, un grupo de piratas de la peor especie comenzó a capturar a varios de ellos y los pocos que sobrevivieron a aquello, advirtieron al rey de los siete mares de lo sucedido. Desde entonces el rey declaró que ninguna sirena ni Tritón podía subir a la superficie nunca más.

Y aunque ese decreto era absoluto, aún existía un tritón que estaba dispuesto a romper esa regla y obtener su castigo si con eso eliminaba a los rufianes que habían asesinado a su familia.

-¡Kurapika! ¡Espera!- gritó Leorio mientras detenía a kurapika por el brazo- no puedes hacerlo, si el rey se entera de tu traición, el castigo...

-¡No me importa! - dijo kurapika safandose del agarre del tritón- si puedo hacerles pagar por lo que hicieron, no me importa lo que pase conmigo.

-Kurapika, a mi si me importa... Tu me importas - suplicó con sus ojos castaños, a pesar de que kurapika ya le había rechazado tantas veces, Leorio aún tenía esos sentimientos por Kurapika.

- No deberías, nosotros no somos nada. Esto no es de tu interés.

Kurapika nadó velozmente para que Leorio no lo siguiera, y logró perderlo. Suspiró con cansancio, pero aunque fuera duro ya había decidido avanzar y olvidarse de él. Tal vez este viaje por los siete mares no sería tan malo, si con eso podía olvidar a Leorio y que este lo olvidase a él.

Kurapika decidió poner en marcha su plan, pero para ello debía conseguir algo que sólo los humanos tenían, un par de piernas. Sólo había una persona o más bien bruja que podría entregarle aquello que deseaba. Se dirigió a la oscura y tenebrosa cueva de la bruja llamada Shilah.

Kurapika se encontró con la bruja y opuesto a lo que muchos creían, la bruja era amable y muy bella. Aunque era un poco raro que viviera en un lugar tan deshabitado. Él apartó esos pensamientos cuando la bruja lo saludo.

-Oh! Un invitado, hace mucho que no viene nadie por aquí a pedir mis hechizos. Pasa! Ponte cómodo

-uhh si gracias- dijo kurapika un poco dudoso.

-¿Y bien?¿ Que puedo hacer por tí hoy?

-Bien de hecho estaba esperando que pudieras darme un par de piernas.

-¡¿piernas?! Pero qué pedido tan... peculiar... ¿quieres ser humano? ¿Eso es lo que quieres?

-si, aunque no para siempre. Yo necesito hacer algo en tierra firme, pero en cuanto lo termine regresaré al mar

-Ya veo - asintió la bruja mientras revisaba entre sus cosas lo necesario para su hechizo -bien, te haré una poción, te permitirá tomar la forma de un humano por el tiempo que necesites. Sin embargo para regresar a tu forma original necesitarás de esto- dijo mostrándole dos pequeñas gemas- cuando decidas regresar tienes que tomar estos dos. Debes tener cuidado de no perderlos o no podrás regresar ¿entendido? Kurapika asintió mientras recibía los pequeños rubíes.

-Bien manos a la obra con esa poción- La bruja la preparó y en poco tiempo estuvo lista. Kurapika estaba a punto de tomarla, cuando la bruja lo detuvo.

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⏰ Last updated: Jan 31, 2017 ⏰

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El clamor del SilencioWhere stories live. Discover now