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-Que lugar... Mas raro...-Dijo Karma examinando cada parte de su nueva casa con una mueca de disgusto.

La casa era toda de madera y ya estaba amueblada con todo lo necesario. Tenia sofas, mesas, sillas, camas, lo típico. Pero había cosas raras a la vez como por ejemplo la cabeza de un alce colgada en una pared o un cuadro de unos galgos cazando a un indefenso ciervo. Definitivamente, Karma tendría pesadillas con alces y perros.

-Es verdad que da un poco de miedo... Pero nos acostumbráremos! -Dijo felizmente la mujer Akabane alzando sus brazos arriba en señal de que estaba feliz.

-Karma -Llamo el padre del nombrado con tranquilidad- Si quieres ve a recorrer la zona y a la tarde desempacas todo.

Karma solo asintió y dejo sus maletas a un costado para luego salir de la casa.

El lugar era bastante extenso y sorprendentes tenia pasto verde como las hojas de los arboles de la ciudad dándole un aspecto agradable. Tenia algunos árboles por la zona y había una brisa fresca siempre. Karma aspiro el viento que andaba por donde estaba y sentía que era tan diferente a la de la ciudad que solo estaba a unas dos horas de lejos. Luego empezó a dar vueltas por la casa viendo que había un huerto y un gallinero que seguramente su madre se encargaría después de eso. Luego de darle unas dos vueltas a la casa, el pelirrojo decidió salir de la zona de su casa y ver mas allá.

Descubrió que en la zona este había un pequeño bosque que en un futuro escalaria cada árbol y se haría un fuerte o algo de eso. Y algo que le fascinó fue la zona oeste que había una pequeña montañita que al subirla podías ver una catarata de agua caer formando un rio de un color turquesa hermoso y cuando alzabas tu cabeza podías ver un hermoso cielo celeste. Karma quedo unas dos horas viendo el agua caer mientras que en vez cuando alzaba su vista hacia arriba para ver ese hermoso cielo.

Ya a Karma se le hacia tarde y bajo la pequeña montaña, pero al bajarla se dio la vuelta y vio a un chico.

Un chico de baja estatura le estaba dando la espalda dando entender que están viendo el paisaje que hace unos minutos era Karma el que lo miraba. El chico se podía ver que tenia un uniforme escolar y cabellos celestinos largos hasta su hombro que se movían al ritmo del viento. Y por ultimo pudo notar que la piel de su brazos era pálida asegurando que así seria en todo su cuerpo y sus manos sostenían un libro de tapa marrón oscura que se veía que tenia escrito algo pero desde la distancia en la que estaba el de las orbes cobres no se podía leer que decía aquella portada.

Karma pudo confundirse fácilmente sobre el género de ese chico si no fuera por su uniforme pero aun así es chico le pareció sumamente interesante físicamente ya que le hacia recordar a un ángel celeste.

Karma se froto los ojos fuertemente con sus manos pensando que era una simple ilusión la que veía. Al terminar de frotarse ya no estaba aquel chico que extrañamente hizo entristecer al pelirrojo.

Si no se hubiera ido, me habría acercado a hablarle... Pensó Karma mientras se dirigía a su casa a paso lento sin querer llegar a esa aun.

Cielo (Karmagisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora