Capítulo 15.

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2 meses atrás...

Su mano izquierda masajea mi muslo y parte del culo, lo he extrañado mucho, sentir su corazón latir bajo mi oreja, el suave sonido de sus labios besandome, como ríe, como se niega a verme, la forma en la que me recuerda que lo nuestro es sólo un juego, lo extraño porque sin importar lo mucho que me hiere mi amor a él es impensado. Es decir, infinito, imposible de romper.

Hoy él se encuentra tranquilo, lo sé porque no me ha dado ninguna mirada hostil como las de siempre, no me ha apartado cuando he querido abrazarle y se ha quedado conmigo después de habernos acostado; preferiría que me tratara con más cariño pero eso no me importa porque en el fondo me encanta su crudeza.

No quiero que este momento acabe, las gotas golpean fuertemente el techo y después caen en cascada por todo el patio de la casa, caen sin poder volver, disolviéndose en lo que exactamente son, agua.

Jack se mueve bajo mi cuerpo, acomodando su cabeza para verme desde su altura, con la voz firme me habla.

—¿Dónde está Tom?—Pregunta con los ojos cansados.

—Si hablas de mi primo seguramente está en la cabaña de la playa, ya sabes cómo es él—Me desprendo de su cuerpo a regañadientes cuando el mismo altanero me aparta—no le importa nada de lo que sucede a su alrededor—Término.

Jack tira de sus piernas, una seguida de la otra apoyadas ahora en el suelo, me abstengo de suspirar ante su increíble desnudez, a el claramente no le importaba mi reacción, parecía no importarle nada de mí, su trabajo ya estaba hecho.

—Tengo que irme.—Dice después de peinar su pelo con sus dedos.

Aparto la sábana de mi cuerpo atrayendo sus ojos a mi pecho, debería seducirlo para tener su cercanía un poquito más de tiempo, debería de montarme ahora mismo en él y aprovechar la falta de ropa, pero estoy exhausta de tener que tomar siempre la iniciativa.

—Llevas más de 3 días aquí conmigo ¿tengo que recordarte que Jade ahora está viviendo en tu casa o qué?

Jack suspira una vez más.

—Ella no se merece esto—Me dice afligido, reprimo mis celos y tristeza, podía ser la amante de Jack pero además de eso éramos los mejores amigos, estaba segura de que conocía a Jack más de lo que su propia novia podía presumir, yo pasaba casi todos los días con el ¿ella? Sólo fines de semana, dos pequeños y cortos días, tal vez ella era su amante, tal vez yo de verdad era la primera, con este pensamiento en la cabeza me anime a decírselo.

—Tienes razón Jack, ella no se lo merece—Subiendo sus jeans por sus bien formadas piernas, se levanta viéndome arrepentido, como siempre, yo soy su error.—ella es una buena chica, deberías dejarla ir...yo puedo ser todo lo que buscas, dame una oportunidad por favor... te necesito.—Lo he dicho con tanta naturalidad que me sorprende no atisbar ningún sonido tembloroso en mi voz, lo he practicado tantas veces frente al espejo que decirlo ya no me es tan difícil, lo necesito conmigo, siempre, sus brazos rodeando mi cuerpo en las noches. Sus ojos se abren con sorpresa, me ofrece luego una sonrisa ladeada.

—Amo demasiado a Jade—Ruge acercándose con fiereza—no me animaría a dejarla, es decir, nunca la dejaría por alguien como tú, entiéndelo Ellen, tu sólo eres alguien de turno.—Mi boca se abre, no debería de estar sorprendida de su reacción, ¿qué esperaba? ¿Un ramo de flores y besos? Y para rematar el todavía seguía hablando con enojo—una pequeña aventura que tiene que llegar a su fin, sólo seamos amigos ¿qué te parece? Ahora vivo con Jade, quiero una vida con ella sin tener que mentirle así.

—Tienes razón, te tienes que ir.

El agua ha cesado y me encuentro muy triste ahora.

Su mano toma de mi mejilla y la alza hasta sus ojos. Ya no pienso, me es imposible hacerlo.

—Tus ojos son otro mundo, Jack. Te amo.—Sus labios hacen un contacto instantáneo con los míos, no puedo sentir nada de su parte, para el esto es solo una beso más, otro del momento, no tienen el mismo significado que tienen para mí.

Cuando se quiere alejar lo tomo del cuello profundizando el beso, pero él se va, retrocede 5 pasos hasta tener una distancia adecuada de mí, como si fuera su error, como si fuera un monstruo.

—¿Estarás bien?—No deja que diga ni una sola palabra, toma su chaqueta que descansa en el sillón rojo de la puerta y con asentimientos se despide de mí.

Con lentitud me visto y maquillo, ni siquiera limpio mi olor a sexo, eso atrae a los clientes por alguna extraña razón.

Soy bailarina en un club cerca del centro, lo hago por decisión propia, al principio era para mantener a mi familia pero Jack ya se había encargado de eso así que lo único que me quedaba y en lo que realmente era buena era esto. Striptease. Jack se había encargado exactamente de todo para que yo pudiera dejar esa profesión, modelaje y castings en videos musicales, pero ellos dijeron que no, dijeron que mi belleza era muy exagerada, había llorado una semana entera, esa era mi única oportunidad.

Cuando bailaba en el tubo podía saber lo deseada que yo podía llegar a ser, lo mucho que esa gente disfrutaba viéndome, me daba morbo y excitación ser una reina para todos ellos, porque allí yo no era una belleza exagerada, yo no era un error o un monstruo, yo era la esencia pura de Ellen, de sensualidad, la imagen exacta de la lujuriosidad y el pecado.

Jack también sabía eso.

Los dos sabíamos cosas, mis secretos, los suyos. Sus temores, sus debilidades, las cosas que más amaba y odiaba, yo sabía todo eso, y lo iba a aprovechar.

También sabía que este no era el final, yo me encargaría de eso.

Rejected. | Jack Gilinsky |Where stories live. Discover now