Capítulo 16.

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La mano izquierda de Jack se acalambra en cada palabra que escribe en su  libreta, esta tan asombrado, esta tan feliz. No puede esperar a besarla y decirla lo mucho que la ha extrañado porque lo ha hecho.

Necesita de sus labios y el sentimiento que le provoca su aroma. Se lo tenía que decir, en la canción, ahora mismo o más tarde, todo lo que piensa de ella lo tiene que saber de una forma u otra. Tiene que entenderle, entender lo mucho que la necesita.

—Escuche que fuiste a Canadá—Con su cabeza apoyada en sus rodillas a Jade le es imposible verle sin ternura, sus ojos lo ven desde abajo y su boca está cerrada en un puchero involuntario.

—Necesitaba mi cabeza en otra cosa...—Le responde con lentitud, parece increíble pero su conexión, la misma que tenían hace dos años había desaparecido, la comodidad y necesidad se había evaporado para dejar a su paso algo inimaginable. Miedo. Ella tenía miedo de que él le hiciera daño y el de hacérselo.

—Ah...

Jack la miro mientras le daba vueltas a mil cosas, él había crecido y según la prensa empeoro con los años, todos sus errores estaban enmarcados, pensaban cosas malas y por eso queria a Jade, sólo ella sabía su realidad y él lo había arruinado. Como todo lo que había querido.

—¿Cómo están los chicos?—Pregunto tratando de desviar sus tormentos de la cabeza, Jade le sonrió.

—Me cuidan mucho. Ya los conoces, me tratan como una doncella en apuros—Dice y ríe sin ganas.

—Tu lo mereces.

—Supongo que si.

Jack intento sonreír pero mas que una sonrisa parecía que era como un lamento, triste y desesperado.

Recordó de nuevo las primeras noches con Jade, jugando videojuegos y regalándose besos, se querían con locura y sin querer lo volvió a pensar, se torturó con más fuerza. Él lo había arruinado todo.

Ella lo miraba todo desde la esquina, sin querer preguntar o hablar de nada, sentada sola estudió cada movimiento y expresión de su cara, lo necesitaba todo, todo de él. Cogió una de las manzanas de la mesa  y la mordió con fuerza.

Llevaban un día trabajando y lo que empezó como un recital de hermosas palabras termino en un desastre monumental, en su casa, en su habitación, llorando.

Trataba de ser dura, fuerte y valiente, pero era difícil, su armadura caía cada vez que lo veía venir, sonriéndola o con el ceño fruncido, feliz o triste, ella lo quería y ya no había nada más que hacer. Cruzó sus brazos y siguió comiéndose la manzana.

Sin esperarlo Jack se acercó demasiado rápido, tal vez no lo vio venir, tal vez si lo hizo, no importa cómo, ella no se movió y sintió el impacto de sus labios unirse.

Casi en sincronización, el beso no era perfecto, como siempre ella movía su boca por un lado y Jack por el otro, querían ser maduros pero ni siquiera podían besarse sin frustrarse al mismo tiempo.

Pero ella lo aparto.

—¿QUE HACES IDIOTA?—Grito.

Desorientado busco una respuesta, ella le había seguido el beso, ¡Ella estaba dispuesta a besarlo! ¿Por qué actuaba de esa manera? Mejor aún, ¿Por qué lo miraba como si fuera un maldito violador? ¡LA HABÍA BESADO MILES DE VECES POR DIOS! ¡ACTUABA COMO UNA MANIÁTICA!

—¿NO LO HAS NOTADO? ¡TE HE BESADO! ¡Y TÚ ME HAS BESADO TAMBIÉN!

Jade lo miro con el ceño fruncido, con los ojos entrecerrados y respirando demasiado fuerte.

— ¡YA NO TIENES NINGÚN DERECHO!—Dijo después ya más tranquila—No me puedes besar sin ser nada.

Jack sonrió.

—Eso lo podemos resolver morenita—Sin siquiera parpadear Jack recibió un fuerte golpe en la mejilla derecha, abrió los ojos sorpredido—¿¡que fue eso!?

—Un golpe.—Respondió sin más sonriendo felizmente, se agacho para coger su bolso, ya era el momento indicado para irse.

—Ya se lo que es, quiero saber porque fue. –Calmado entrelazo sus manos con las de ella impidiendo que se moviera mas.

Jade se encogió de hombros.

—Pensé que la necesitabas, ya estabas diciendo muchas gilipolleces ¿Nn les das un puñetazo a los inmaduros para que entren en razón?—Estaba haciendo esos ojos, pensó Jack, sus ojos de niña buena e inocente, menuda chica.

No dijo nada, se le quedo mirando, no podía negarlo, ella era preciosa.

Lo iba a hacer de nuevo, la iba a besar y se lo diría todo, la obligaría a que lo escuchase, estaba dando el primer paso, luego el segundo, ella no se movió casi dispuesta a hacer lo que él quisiese, cuando estuvo ya demasiado cerca como para oler su perfume a rosas y limón la puerta sonó y alguien con un acento muy bonito grito '' Jade, ya es hora''.

—Escóndete—Susurro Jack. Ella lo miro como si estuviera loco—le diré que no estas.

—Le he dicho que si a nuestro almuerzo—Dijo ella sin bajar la voz—y francamente tengo mucha hambre.

—Aquí hay manzanas —Apunto a la mesa—podemos decirle a Rachel que nos traiga un banquete de tu restaurante favorito en menos de diez minutos, por favor Jade, no me dejes.

Ella pareció pensarlo un poco demasiado, se acercó a él y le beso la comisura de sus labios, luego siguió y lo beso en su totalidad. Apartándose por segunda vez lo miro con cara de satisfacción.

—Hasta luego Jack.—Lo aparto despacio y camino hasta la puerta.

Él se resistió de volverla a detener.
Ella se resistió de correr de nuevo a sus brazos.  

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Rejected. | Jack Gilinsky |Where stories live. Discover now