Epílogo

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La noche era bastante notable allí, arriba, en el tejado de la torre del Hokage. Podías alzar tu vista e imaginar cómo la luna llena era aquel ojo de Sakura, que muchas veces analizaba con vida las peleas de su contrincante. Ino pensó en lo que hubiese hecho su mejor amiga si sus papeles estuvieran intercambiados. Desde luego ella estaría echando fuego por la boca, alzando su puño hacia arriba y gritando: ¡Me las pagarás por haberme dejado sola, Ino-cerda! Pero perfectamente sabía que lloraría, igual que lo estaba haciendo ella en aquel mismo instante.

Aquella rubia no vestía como usualmente lo hacía; vestía de negro, tapando cada trozo de piel que antes mostraba debido al frío. Pero, lo que más hacía que te fijaras en ella era su cabello de larga melena rubia. Estaba bien peinado, pero, recogido en un lazo rojo.

Su lazo rojo.

Admitía que no era para nada su estilo, pero, ¿qué más le daba? Aquel lazo significaría que Sakura aún seguía viva. Quería creer que era una broma. ¡Una mala broma de la Haruno!

Pero, en ciertos puntos, ya todos deberían saber que no lo es.

Estaban todas las personas que recibieron la carta, más algunos acompañantes, como, por ejemplo Chôji y Tenten.

Excepto Naruto.

—¿Dónde está el teme?—le susurró Sasuke a Sai, quien no sabía qué rostro poner.

Optó por ser sincero; demostrar sus sentimientos por muy contradictorio que sea su persona. Su cara larga se hacía presente, aguantando las ganas de llorar. Diablos, ¿por qué le había cogido tanto cariño a la chica que le dio aquel golpe tan fuerte?

—Aún no está—susurró a lo bajo, manteniéndose en la misma pose, sin siquiera mover un pelo.

Creyó que no era el momento.

Kakashi se colocó delante de todos aquellos ninjas formados en una fila ordenada. Algunos de lado, otros atrás de otros. Había dado la orden a los demás de que no salieran, inventándose una excusa muy tonta.

Sakura lo quiso así; solo lo sabrían aquellas personas a las que ella quería despedir.

—Bienvenidos, ninjas de Konoha—dio a comenzar su discurso. Pero, ¿cómo hacerlo? Veía las caras largas de todos; sus dos alumnos azabaches, la mejor amiga de ella, sus padres... ¿cómo no estar igual que ellos? Para él, Sakura era una hija. Siempre fuerte, manteniéndose con el mismo sueño. Por Kami-sama, había conseguido cosas imposibles, como derrotar a Sasori, conseguir el byakugou, salvar a Naruto latiendo su corazón manualmente... Sin ella, Kaguya quién sabe si podría seguir viva—. Hoy... estamos aquí para despedir a una persona muy importante para nosotros. Una persona que fue de mucha inspiración para nosotros—miró a Ino en aquel entonces, quién colocó una de sus manos en el lazo que ella misma llevaba—, una persona que nos salvó la vida incontable de veces—miró si Naruto había llegado; pero nada. ¿Dónde estaba aquel rubio hiperactivo?—, una persona que jamás se rindió. Que luchó por nosotros sin saber nada seguro. Luchó por nosotros con su corazón, y no con su mente—miró al Uchiha.

Sasuke no sabía qué hacer. Podría llorar y demostrar sus verdaderos sentimientos, pero, ¿de qué servía hacerlo ya?
Él de verdad esperaba encontrársela tan sonriente como siempre. Pero, en vez de eso, se encontró con una Sakura ausente; un mejor amigo llorando; y un sensei que perdió las ganas de ser el Hokage. ¿Cómo serlo, si cuando alguien le necesitaba, él no sabría verlo?

—¿Crees que si hubiese venido, la habría salvado?—susurró Sasuke, aprovechando la pausa del Hatake.

—Nadie lo había hecho—susurró Yamato.

—Hoy venimos a aquí para despedir a Sakura-chan, que murió en la guerra de la vid-

Algo interrumpió el discurso del Hatake.

Algo que jamás alguien se imaginaría.

Fuegos artificiales.

Provenían del cielo nocturno, que no dejaban de explotar haciendo que la iluminación se reflejara en el rostro de todos. Las chispas descendían poco a poco hasta desaparecer por el cielo.

Naruto apareció delante, más sonriente que nunca.

—Sakura-chan no querría que lloráramos por ella, si no, ¡que nos alegremos por ella! Nos ha dejado muchas cosas; entre ellas, sus recuerdos con ella. Seamos felices con eso, chicos. Aprendamos de lo que ella hizo.

Todos se sorprendieron al escuchar las palabras del Uzumaki, quien, en algún momento cambió sus ropas a unas más coloridas y brillantes.

Nadie sabía qué pretendía; ni siquiera sabían si era para bien o para mal.

Hasta que la Yamanaka gritó.

—¡Me las pagarás por dejarme sola, frentona!—gritó hacia arriba.

Todos comenzaron a sonreír.

Naruto tenía razón.

Debíamos de quedarnos con lo bueno; con la sonrisa de esa Haruno, con sus esfuerzos, y sobre todo, con todos sus sentimientos.

Cada uno viviría una experiencia por y para ella. Cada uno se encargaría de que aquella pelirrosa los mirara desde el cielo y pensara; "estoy orgullosa de ti".

Prometido.

Los fuegos artificiales no cesaron. Cada vez había más y más.

—¿Lo ves, Sakura-chan?—dijo Minato, desde un lugar donde la vista de las personas que aún luchaban desde tierra no podía alcanzar—. Ellos te siguen queriendo a pesar de todo.

—Ellos sonríen por ti—añadió Itachi colocando su mano en el cabello pelirrosa de la chica, la cual, ya no tenía lazo. Ni banda de Konoha. Itachi lo revoloteó con mucho cariño—. Has de mirar sólo eso.

—Sakura, ¿nos vamos?

Sakura sonrió mirando a sus compañeros por última vez.

—Sí, Neji. Vámonos.

—¡Sí! Kushina debe de estar esperándonos. No quisierais ver cómo se enfada...

Todos rieron.

—Gracias por cuidar de Naruto, Sakura-chan.

—Y de Sasuke. Admito que sé que no fue tarea fácil.

—Gracias por cuidar de todos, pero, ahora, hagámoslo juntos—sonrió Neji, observando la escena que Sakura antes contemplaba—. Buena suerte a todos, chicos.



N/A

Espero que hayáis disfrutado de esta mini-historia. 

Podríamos hacer como una saga, pero no lo sé. No estoy bastante segura. Por ejemplo, en vez de Sakura; sasuke. O Naruto. O Kakashi... ¡Hay tanto! Por eso sería mala idea, aunque podríamos coger solo al equipo siete. 

Bueno, en estos momentos estoy indecisa. 

¿Qué creen?

¿Qué os ha parecido?

Por favor, ¡comenten! Cada opinión cuenta, aunque sea mala. Sólo digan. 


Si algo, no os olvidéis de seguirme o de NO quitar esta novela de la biblioteca, ya que, si esto continúa, avisaré. 

Gracias por leerme.

Hasta aquí este One-shot. 

Atte; Una de las esposas de Kakashi.

Suicidal Words | OneShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora