A la mañana siguiente, Jules se despertó algo aturdida por la noche anterior. Seguía sin poder creer lo que había sucedido, quería pensar que todo había sólo un error, pero no. Todo había sucedido tal cuál y las cosas pasan en su momento, y ya no había vuelta atrás.
-¿Segura que quieres entrar? -Ginger preguntó a su amiga mientras bajaban del auto.
-Sí. -Jules dijo y ambas empezaron a caminar hasta llegar a la puerta de la cabaña.
Ginger tocó la puerta y a los minutos abrió Liam, el mejor amigo de Louis.
-Hey... -Habló y miró a ambas chicas-. ¿Qué pasa? -Pregunta.
-Sólo venimos a recoger nuestras cosas y nos iremos. ¿Podemos pasar? -Explicó la pelirroja.
Liam se sorprendió pero de todas maneras asintió. Es decir, él no era nadie para decirles qué hacer. Las chicas pasaron y Jules se sintió incómoda cuando vio a Louis sentado mientras Zayn intentaba hablar con él.
Louis alzó la mirada y sus ojos estaban rojos. Eso era un indicio de que estuvo bebiendo toda la noche o quizás hizo alguna tontería. Jules sintió pena pero avanzó para buscar sus cosas y después irse.
-¡Jules, espera! -La voz de Louis solo hizo que ella se alarmara y guardara todas sus cosas en un instante sin acomodarlas.
Louis siguió el paso de la chica hasta llegar a la puerta.
-Adiós Louis. -Dijo ella saliendo de la habitación y pasando a su lado mientras sus hombros chocaban.
-Jules, por favor. -Louis la tomó de la mano pero ella se alejó rápidamente.
-Louis, déjame. Se acabó, lo nuestro se ha terminado.
-Jules, tu no puedes dejarme. ¿Recuerdas cuándo me prometiste qu-...
-¡Basta! -Rxclamó la chica-. No podemos hacer esto, no podemos seguir así, cuando estés en tus cinco sentidos hablamos seriamente. No quiero verte ahora ¿bien?. -Le miró atentamente y suspiró-. Adiós. -Dicho esto, ella y su amiga pelirroja salieron de la cabaña. Tomaron la camioneta de Ginger.
Louis suspiró cansado y se dispuso a platicar con sus amigos mientras en su mente se preguntaba; ¿Es todo? ¿Así termina lo nuestro?.
Al parecer, eso pensaba él. Por ahora.
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Dos días después.
-¡Es mi c-cumpleaños! -Justin gritó eufórico de la emoción como niño pequeño mientras corría por todos los alrededores del interior de la casa.
Oh sí, hoy era un día muy especial, sobre todo para Justin. Hoy era su cumpleaños número diecinueve y ese día especial significa algo bueno para él; regalos, dulces y pastel. Y más regalos, por supuesto.
