Trece

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15.07.16

Mi mente se encuentra ante una revolución y creo no salir con vida.
He estado pensando con los días, que ya no puedo seguir con esto, me es absurdo el fingir que estoy bien. Por ello es que huiré de mi casa y me iré a no sé dónde.
Huiré lejos de aquí para ir por allá lejos de todo mi mundo.
¡He querido huir con el pensamiento y con la realidad! Podría huir de todo lo que me rodea, ya que lo que me rodea no lograría notar mi ausencia. Vivo en un mundo redondo lleno de estupidez y temo que la estupidez ha hecho de mi alma un círculo enorme. Por eso es que he de excluir a mi familia y amigos, pues la culpa es mía y ellos no tienen nada que ver con esto.

"Un día te sentirás luna y querrás brillar más fuerte que el sol".

¿Sabes? —Le pregunte a Luis y él se giró a mirarme—. Me es difícil y nostálgico, el no tener hermanos.

Él me escuchaba con atención.

Y aunque tengo a Eimy o a Estefy, no logro contar con un hermano que intente charlar conmigo sobre cosas que solo los chicos entendemos —termine de decir.

Baje la mirada de pronto, los pensamientos oscuros se apaciguaban dentro con una cálida lluvia de lagrimas saladas.

¡Descuida! —Dijo y dio una palmada en mi espalda— . Me tienes a mí. ¡Yo puedo ser tu hermano, el que nunca tuviste! ¡Yo puedo tratar de entenderte!

Y hubo una sensación de calma en la inquietud mía. Seguro que él podía entenderme en ciertas cosas, pues él vio mejor que nadie "las cosas del pasado" que ocurrían en el aula del quinto año, donde todo no era escuela y estudios, donde no eran chicos y chicas, eso era un recuerdo oscuro que atormentaba.
Luis es un año mayor que yo y fuimos compañeros de clase en algunos años de la primaria. Recuerdo que cuando él llegó (en el primer día), hubo un cuestionario que nos hizo el profesor y una pregunta era: ¿Quiénes son tus amigos?
La letra de Luis era apenas entendible, pero eso no me impidió ver que su respuesta incluía mi nombre, aunque casi no hablamos días atrás. Fue inesperado, lo acepto, y aunque yo no lo llegue a considerar de tal forma en aquel momento, creo que fue él quien nunca se atrevió a reconsiderar su amistad, pues ahora sé que él es un hermano para mí.

¿Y qué se hace cuando obtienes lo que nunca mereciste? ¿Piensas? ¿Te alegras? Simplemente comienzas a aferrarte a la vida y valoras lo que nunca tuviste.

Somos KevinWhere stories live. Discover now