~Tsuna~

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Probablemente si alguien le preguntara ¿estás enojado? le golpearía la cara millones de veces hasta dejarlo en un hospital por un muy largo periodo tiempo.

¡Era más que obvio que estaba enojado!

Sus ojos estaban viendo lo que jamás quiso ver, su corazón estaba hecho trizas y su cerebro solo pensaba en maneras de relajarse que no le causaran más papeleo... o por lo menos no mucho.

Tenía una cosa muy clara, si Dino se llegaba a presentar en la mansión por alguna razón estúpida que no sea única y exclusivamente sobre la mafia, le golpearía la cara con tal fuerza que ni su difunta madre sería capaz de reconocerlo.

Mejor retrocedamos un poco en el tiempo, más específicamente 2 meses atrás, cuando su desgracia comenzó.

Ese día se encontraba en el hospital para una revisión médica, pero no de él sino de su novio, Hibari Kyoya, quien desde hace un mes había empezado a sentir mareos y todas las mañanas vomitaba la cena de la noche anterior.

Ya empezaba a desesperarse, no sabía cuánto tiempo llevaba esperando allí, pero ya estaba cansado de dar vueltas por un mismo lugar, si los pisos fueran de madera ya habría hecho un agujero.

Para su tranquilidad y salud mental —que ya se estaba imaginando lo peor—, el doctor por fin se había dignado a salir con una leve sonrisa nerviosa y una cara de sorpresa tremenda. Preocupado, se acercó hasta él.

—Doctor, ¿sucede algo malo con Kyoya? —preguntó.

—No, no, es solo que nunca me esperé tal resultado en su guardián de la nube.

—¿Qué tiene Kyoya?

—Mejor vamos adentro y allí les doy la noticia a ambos —el castaño asintió y siguió al mayor hasta el consultorio, se sentó junto a su azabache favorito y observó serio al doctor.

—Habla ya, herbívoro —ordenó Hibari molesto.

—Bueno, señores, antes que nada ¿saben qué es un doncel? —ambos asintieron. El doctor tomó aire para disimular todo su nerviosismo—. El señor Hibari es un doncel y está esperando un bebé.

—¿Qué...? —Sawada se quedó en shock, él sabía cómo se creaban los bebes ya que Reborn se había encargado de explicárselo a detalle, pero no recordaba haber sido el seme de Kyoya, entonces... ¿Cómo?

Mientras tanto, Hibari tenía otras preguntas en mente... ¿Él era un doncel? ¿El demonio de Namimori, un gran carnívoro y seme del décimo Vongola era un Doncel? Si se lo contaba a alguien probablemente se reiría en su cara y le diría que es una broma, pero no, era real, realmente estaba esperando un hijo de él.

—Kyoya... Me voy a casa, tú has lo que quieras —avisó el cielo para luego dirigirse a su mansión y encerrarse en su habitación o en su oficina, cualquier lugar donde no le molesten estaba bien.

La siguiente desgracia le pasó un mes después, cuando Dino decidió ir de visita para ver a su hermanito y a SU aprendiz. Ese fue el momento en el que Tsuna se dio cuenta de quién era el padre del niño, pero se quedó callado firmando papeles con una expresión de obvio enojo.

Su tercera desgracia fue cuando Kyoya le cortó, pero el desgraciado ni siquiera se había dignado a decírselo en la cara, no, le cortó a través de un mensaje de texto y Tsuna, como buena persona que no deseaba causar más papeleo, le contestó un Ok y se fue a quitar el estrés con Bermuda, para después volver a firmar papeles como siempre.

Empezaba a amar al papeleo ya que cuando tenía que hacerlo solamente Reborn tenía permitido verlo, pero a él fácilmente podía mandarlo a una misión de 3 días y listo, paz y tranquilidad para sí mismo durante 7 hermosas horas.

Sentía que el papeleo era el centro del universo pues siempre terminaba con él o pensando en él, lo cual le causaba gracia de alguna forma.

Su cuarta y última desgracia fue cuando le invitaron a la boda, o sea ¿qué clase de persona cuerda invita al ex de tu novio a su boda? Solo Dino era capaz de eso ¡y además le pidió ser el padrino! ¿Es que acaso era idiota o qué? No lo entendía. Al final terminó aceptando por orden de Reborn.

Regresando al presente, Tsuna se encontraba observando con mucha ira perfectamente disimulada en una sonrisa como Dino besaba a Kyoya y todos aplaudían felices, menos dos personas que solo aplaudían con una falsa sonrisa que adornaba sus bellos rostros.

Cuando terminó la ceremonia rápidamente se acercó a Enma, que no parecía estar de buen humor, y diciendo un par de excusas de trabajo y otras cosas logró llevárselo a una pequeña casa de campo que había comprado para relajarse en momentos como ese.

—¿Qué sucede, Tsuna-kun? —preguntó el pelirrojo después de entrar en la casa.

—Enma-kun... Puedes desahogarte si quieres, conozco tus sentimientos por Dino y sé que te sientes terrible, así que... desahógate ¿Sí? —a los jóvenes se les llenaron los ojos de lágrimas sin siquiera ser conscientes.

—Tú... *Snif* también... *Snif* deberías desa... *Snif* desahogarte... Tsu-Tsuna-kun *Snif* —dijo la tierra entre sollozos mientras era abrazado por el cielo.

—Sí, *Snif* pero mi forma *Snif* de desahogarme te dejaría *Snif* con varios huesos rotos —ambos rieron un poco y después de dos horas soltando todo lo que habían guardado durante meses, terminaron dormidos y abrazados en unos de los sillones de la sala.

Después de ese momento Tsuna y Enma se veían todos los sábados para comer pasteles y hablar de todo tipo de cosas. Kyoya se terminó mudando a la mansión Cavallone y ya no visitaban a los Vongola si no era por misiones o reuniones. Reborn seguía siendo igual de sádico y el resto de sus guardianes igual de destructivos. Al final el castaño decidió reformar la antigua mansión de Hibari y dejarla para los Simon que venían muy seguido y se quedaban un par de noches allí. 

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[editado]

He aquí la primera parte de este Two-Shot ^^

Esto es lo que vivió Tsuna, en el siguiente escribiré lo que vivió Enma, por cierto, no se si ya lo dije pero esto es un 2700 (Tsuna x Enma) y después de escribir lo de Enma tengo algunas ideas para un extra ^^

Notita Random: Tengo sueño pero no me puedo dormir :'v

Sin más que añadir...

Ciao Ciao

Enamorado gracias a una traición [KHR!]Where stories live. Discover now