Capítulo 15: Diez años después

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(Punto de vista de Karma)

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(Punto de vista de Karma)

Despertó temprano con la luz que empezaba a colarse por las cortinas de la habitación, se estiró en la cama y notó un brazo que envolvía su cintura a modo protector. Se giró con cuidado y vio a Amy durmiendo profundamente boca abajo y no pudo evitar sonreír. Seguía sorprendiéndose al ver que lo que sentía por su mejor amiga, por su mujer, no se había enfriado a lo largo de los años, si no que seguía ahí y seguía creciendo, latente bajo su piel y se sentía la persona con más suerte del mundo. Había conseguido todo lo que había querido en su vida, todo lo que había imaginado y más, y esa rubia se había encargado de dárselo todo desde pequeñas.

Escuchó susurros al otro lado de la puerta de la habitación y suaves pasos que iban y venían por toda la planta y las escaleras.

- Date prisa, Emma - escuchó cuando aguzó el oído y tuvo que ahogar una risita para no despertar a Amy.

- Ya voy, Luke, esto pesa mucho y no quiero que se caiga - se quejó entre susurros otra voz.

Entonces la puerta de la habitación se abrió y los dos pequeños entraron, uno llevaba un par de paquetes y la otra una bandeja con el desayuno, Karma se hizo la dormida.

- ¡¡Mamás!! ¡Despertad! - gritaron al unísono - ¡Feliz día de la madre!

Karma se incorporó con una sonrisa y cogió la bandeja que le tendía Emma, Amy emitía sonidos inteligibles resistiéndose a despertarse aún.

- Vamos, cariño - la llamó la pelirroja - los niños han traído el desayuno.

- ¿Has dicho desayuno? - contestó abriendo los ojos de inmediato e incorporándose.

Los tres rieron por la reacción de la rubia y no pudieron impedir que se comiera un donut antes incluso de dar las gracias por la sorpresa.

- Gr-gracias hijos míos - dijo con la boca llena.

- Amy - la regañó Karma aunque era difícil ocultar cuánto la divertía aquella situación - ¿Qué ejemplo le estás dando a nuestros hijos?

- Tienes razón, cariño - se tragó el último bocado del donut bebiendo un sorbo de su café y esbozó una sonrisa - es el mejor día de la madre.

- Abrid nuestros regalos - dijo el pequeño Luke dándole a cada una un paquete.

Karma lo desenvolvió con cuidado, mientras que Amy rajó el papel sin contemplaciones provocando que los niños volvieran a reír ante lo diferentes que eran sus madres. Ambas se encontraron con tazas personalizadas.

- Las hemos hecho en el cole - explicó Emma con orgullo.

- Son preciosas, niños - dijo Karma con una sonrisa - muchas gracias - los abrazó a ambos y Amy no tardó en unirse al abrazo.


(Punto de vista de Amy)

En aquel momento, en aquella habitación era consciente de la suerte tan grande que tenía. Karma y ella había creado algo único, fiel reflejo del amor que se profesaban la una por la otra, había formado una familia.

La llegada de los mellizos hace siete años les había traído una felicidad infinita. Decidieron adoptar cuando Laurel les dio la noticia de que Liam y ella iban a adoptar a su tercer hijo. Amy nunca había imaginado a su hermanastra como madre de familia numerosa y menos todavía, se había imaginado a sí misma siendo tía de un pequeño ser, no digamos ya de tres. Porque la rubia nunca había sido muy fan de los niños, pero en el momento en que su sobrino Robin dijo su primera palabra, que fue para llamarla a ella y fue algo como Imy, la conquistó. Recordaba a la perfección cómo se había sentido cuando conocieron a Emma y Luke que tenían dos años, Emma era morena con los ojos verdes, mientras que Luke era rubio con los ojos azules. Y también recordaba cómo se había sentido la primera noche que los acostaron en su habitación, había abrazado a Karma por la cintura en el umbral de la puerta y le dijo en voz baja cuanto la quería para no despertar a los niños.

Ahora, allí, siete años después de la llegada de sus hijos, diez años después de haberse casado, seguía sorprendiéndose de la gran suerte que tenía, por haber conseguido todo lo que siempre había querido y más.

Los niños se fueron a vestirse para dar un paseo en familia, habían quedado para comer con el resto de su familia y amigos. Amy abrazó a Karma por la espalda mientras ésta decidía qué ponerse delante del armario.

- ¿Sabías que te quiero? - dijo la rubia en el oído de su mujer.

- Me hacía una idea - contestó entre risas la pelirroja.

- Gracias, Karma, gracias por haberme dado todo esto.

- Gracias a ti, Amy - se giró para mirarla - si no me hubieras dado una oportunidad después de todo lo que pasamos, no estaríamos juntas y yo no tendría todo lo que siempre he querido.

Amy la besó poniendo en ese beso todo lo que sentía, entregándose a ella como hizo la primera vez que se besaron.

- Si sigues distrayéndome vamos a llegar tarde - replicó Karma cuando se separaron para recuperar el aliento - además, los niños pueden entrar en cualquier momento.

- Esa excusa no te servirá esta noche - contestó la rubia provocando que su mujer riera y le dio un rápido beso antes de comenzar a vestirse.

[...]

Entraron los cuatro juntos en el restaurante donde habían quedado con sus respectivos padres, con Laurel, Liam y sus cuatro niños, y con Shane, Mike y su hija. Amy no pudo evitar sonreír viendo a cada una de las personas sentadas a aquella mesa y sintiéndose inmensamente feliz. Tomó la mano de Karma y la apretó con cariño, todo aquello lo habían construido juntas, cada decisión tomada, cada instante vivido las había llevado allí, a aquel restaurante con todas las personas importantes en sus vidas, y Amy sabía que no cambiaría ni un ápice su vida.


(Punto de vista de Karma)

- Amy - dijo Karma antes de entrar en la casa - creo que ha llegado el momento de ampliar la familia.

- ¿Qué? - la rubia abrió la boca con sorpresa provocando que su mujer riera.

- Lo que oyes, a nuestra familia le falta algo - dicho esto desapareció en la cocina y volvió con una caja enorme - feliz día de la madre, cariño.

- Karma, no hacía falta, quedamos en que no nos haríamos regalos - Amy se sentía visiblemente mal por no haberle comprado nada.

- Ábrelo y no te preocupes.

Colocó la caja en el suelo con cuidado y se agacharon los cuatro alrededor, esperando pacientemente a que Amy quitase el lazo y la abriese. La rubia dudó cuando la caja dio un temblor y los niños empezaron a emocionarse, finalmente una cabeza peluda asomó del interior y Karma sonrió ampliamente al ver la cara de sorpresa de su mujer.

- Te dije que era momento de ampliar la familia - dijo sacando al cachorro - Shane la ha traído antes de que llegásemos, la ha estado cuidando desde que la adopté hace un par de días.

Amy cogió al cachorro y la abrazó con ternura, siempre había querido un perro y Karma lo sabía y había querido dárselo ese año. Los niños estaban entusiasmados con el cachorro y enseguida se pusieron a jugar con ella.

- La llamaremos Winnie - dijo Emma.

- Me gusta - contestó Amy mientras abrazada a Karma veía como sus hijos jugaban con la nueva miembro de la familia - espero que tus gatos se porten bien.

- Tranquila, Zen y Wally se portaran - aseguró Karma con una sonrisa.

Y se permitió un segundo para descansar su cabeza en el hombro de su mujer y admirar lo que habían construido juntas desde que se conocieran con apenas la edad que tenían hoy sus hijos. Habían llegado muy lejos y sabía que todo lo que viniera sólo lo haría mejor.


FIN

Las cosas que no te dije (Faking it - Karmy)Where stories live. Discover now