El final.

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Armin no sabía que hacer. El secreto le carcomía. ¿Sería bueno hablarlo con Eren? ¿Y si él era parte del plan? No estaba seguro, pero tampoco quería golpear a alguien.

Se Alejó de la escena, pero del otro lado estaba una persona de casi su misma estatura, con una mirada fija en él, seca. Iba a gritar, pero le tapó la boca y se alejó con él.
Y no, señores, no era Christine(Historia), era Annie.

Ya más lejos, detrás de la cabaña de las chicas, lo soltó.

- ¿Qué estabas husmeando? - Su tono poco amable, con sus brazos cruzados. Pero parecía algo más relajada en sus facciones.

El rubio iba a abrir la boca, pero no podía. No le salía.
Suspiró, pesadamente y caminó, un poco, para pensar y pasó una mano por su cabello.

-¿Es por Jean y Mikasa? Lo sabe medio campamento. - Volvió a hablar, Armin se tensó y se dio la vuelta, mirandole fijamente. Era eso, pero al mismo tiempo no. ¿Cómo se lo decía? -¿Te golpearon? - Y ahí negó. Pero seguía mudo.

Era un caso perdido, Armin no iba a hablar.

[...]

-Mikasa, pásame la sal. -

-Mikasa, la sal. -

-¡MIKASA!-

-¿Eh? - Giró su cabeza a Eren, mientras estiraba su brazo y le pasaba el tarro con la sal, volviendo a remover su puré de papas. Armin la analizaba, fijamente. Cada uno estaba a su lado. Sasha estaba adelante, Annie a un lado y Christine al frente con Ymir y Jean, de a poco la mesa se llenaba más, más de gente en que simplemente no le gustaba que esté ahí. A Armin o a Mikasa.

-Pe...PERO QUE MIERDA. - Otra vez, Eren lo había vuelto a hacer, levantó la vista. La sal se le había salido la tapa y había caído todo en la comida.
Actuó intasteamente, le cambió el platillo a Eren, pero la risa de Jean le hizo incomodar.

-¿Por qué tienes que ser su madre todo el tiempo? Él no necesita tus cuidados. - Se mofó, mientras mordisqueaba el pedazo de chuleta seca. Apretó los puños y se levantó, haciendo un poco de ruido, con la cabeza medio baja.
Mikasa había salido del bufet. La risa del chico se había vuelto a escuchar, seguida de dos que querían evitarlo.

Eren y Armin solo se miraron y salieron tras ella, casi a las corridas.

Mikasa se había esfumado. Ella no estaba. Se había escondido para que nadie le viese.

Era complicado.

Eren le busco por medio campamento en su día libre. Y Armin por el otro.
No podían pedir ayuda, no podían decir nada hoy, ambos sabían.

Se encontraron en sus caminos.

-¿La encontraste? - Cuestionó Armin, con una respiración agitada. Eren negó y se sentó en el suelo, cansado, cerrando sus ojos, mientras acariciaba sus sienes.

-Mikasa está enamorada, Armin. - Le miró, con expresión seria. Es que era la verdad.

-Yo...Yo...Ugh... Escuché y vi a Jean con Connie. Fue una apuesta. -

Los truenos se escucharon. La lluvia ya venía. No faltaba nada. Eren se había levantado, sin decir nada, caminaba a las cabañas. A las de los chicos.

-¿Eren...? ¡Eren! ¡Detente! - Gritaba, mientras intentaba pararlo, pero no podía. El castaño iba como su amiga, sin expresión, con los puños cerrados. ¡Había cometido un error tremendo! Estaba por matarlo, lo tenía asegurado.

Al momento en que abrió la puerta del cuarto, la lluvia cayó, con otro rayo cayendo. Armin le tiraba del brazo, pero le empujó.

Dentro estaban todos, hablando o leyendo. Jean estaba solo.

Sólo un beso. (Jean x Mikasa) Où les histoires vivent. Découvrez maintenant