Miradas.

Ojos cristalizados.

Desde éste capítulo, la historia será narrada por narrador omnisciente.

Prosigan con su lectura.💫

🌼

Como ya era de costumbre para Hansol, vio ingresar por las puertas del metro al muchacho de mejillas regordetas. El americano, sin darse cuenta, esperaba todos los días la entrada del pelirrojo. Le gustaba ver como éste último leía concentradamente. Pero ese día fue algo distinto.

El mejillas regordetas, se sentó, y se sentó al lado de Hansol. Y el menor sintió como su cuerpo se estremeció al tenerlo tan cerca.

Veía como sacaba su libro, para empezar con su lectura diaria hasta el instituto, veía lo concentrado que estaba y lo lindo que era, vió como las hojas daban vuelta para que él siguiera con su lectura, pero una hoja llena de letras, fue manchada por una gotita de sangre.

- Mierda. -Susurró bajito y llevó una de sus manos a la nariz, tápandola por completo.

- ¿Estás bien? - Preguntó Hansol en cuanto vio la acción del pelirrojo. Mientras que sacaba de su mochila un pañuelo desechable. - Ten.

El mayor aceptó el pañuelo y rápidamente lo acercó a su nariz.

- Gracias. - Hansol fue capaz de oír la voz del mayor, y en sí se sentía feliz por eso.

- No hay de qué. - Sonrió, con esas sonrisas encantadoras. - ¿Estás bien?

- S-sí. Sólo me sangró la nariz.

- ¿Te sangra a menudo? - Que buen tema de conversación Hansol, sigue así, pensó para si mismo.

- La verdad, debe ser la segunda vez que me sangra. - Respondió mientras terminaba de limpiar su nariz.

- ¿Siempre lees?

- Se podría decir que sí, así no me aburro, ya sabes. - El pelirrojo sonrió, y Hansol pudo jurar que aquel cachetón era más bonito que JeongHan.

Vio como guardaba su libro rápidamente en la mochila, sin que se viera la portada de este.

Hablaron cosas inútiles durante las estaciones restantes, ninguno tenía claro qué tema sería el mejor para hablar, no cuando eran desconocidos que se veían todos los días. Pero ninguno de los dos quería acabar con la conversación, porque desde que se vieron, los dos querían saber más del otro.

Se levantaron, y esperaron que el tren se detuviera para abrir las puertas, y salir de ahí.

- ¿En qué año vas?

- Segundo "G". ¿Tú?

- "C", Segundo "C".

Caminaron mientras hablaban del Instituto. A Vernon le gustaba como se movían las mejillas del mayor al hablar, y vaya que hablaba.

- Esta es mi sala, nos vemos. - Sonrió, haciendo que el cuerpo de Vernon estremeciera nuevamente.

- Nos vemos. - Devolvió el gesto.

Obvio que lo volvería a ver. Obvio que quería después de dos meses únicamente de miradas.

💫

- ¿Y me vas a decir qué te pasó? - Preguntó JeongHan, quién apoyaba su cabeza en su mano.

- Nada, JeongHan.

- Sé que pasó algo, niño. No estás con esa aura de niño emo.

Vernon suspiró por milésima vez, y llevó sus ojos cafés a los de JeongHan.