17:Love Story.

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Nos abrieron la puerta del restaurante. Apenas vi la recepción, y ya me quedé impactado. El establecimiento era enorme y caro. Todavía sigo sin creer que yo había podido reservar ahí. Había gato encerrado. O tal vez pura suerte.

Cuando entramos al salón me quede boquiabierto. Era enorme, y tenía un gran escenario. Decoraciones caras por doquier, y gente de mucho dinero. Me sentí algo incómodo.

Nos guiaron a nuestra mesa—que era algo lejos del escenario— y nos dieron el menú. Miles de platillos que sonaban exquisitos, aunque no supiera pronunciarlos.

—Bill, ¿Qué vas a pedir?

Él no había observado la carta con el menú, y parecía que no planeaba hacerlo.

¡Qué ni se le ocurra pedir caviar!

—Salmón.

Suspiré aliviado. Pero luego miré la carta, y quise largarme a llorar al ver el precio.

—¿Y tú?

No sabía realmente.

—Sabes, estoy considerando ir a la casa de Abbie a comer "milanesa a caballo con papas fritas"

Bill se rio.

—Tu español es terrible. Pero si quieres, fíjate en el menú argentino.

Me extendió una carta que no había visto. Esta tenía las comidas clasificadas por países. Italia, Francia, Japón, México, España y sorprendentemente, Argentina. No lo esperaba.

—¿Y elegiste que beberás?

Negué y él me dio otra carta. Había vinos de toda clase, otras bebidas alcohólicas y jugos. Sonreí.

—Jugo de naranja.

Bill levantó una ceja.

—¿En serio? Entonces yo jugo de fresa. Qué aburrido eres.

Una mesera vino a tomar nuestro pedido, y Bill se adelantó en decir todo. Y la mesera, antes de irse, le guiñó un ojo a mi rubio. Cosa que trate de ignorar.

Habían empezado los tediosos minutos de espera. Pero en eso, Bill se paró de la mesa. Lo seguí con la mirada, y pude ver que estaba abrazando a Gabriel, el chico del otro día, quien se iba sentar con Troy en la mesa de al lado. Pensé que nunca los volvería a ver. Los saludé con la mano, y Bill volvió.

—No sabía que...

Me interrumpió.

—¿Qué ellos vendrían? Oh, les encanta venir a este lugar.

No pregunté nada más, aunque todo era tan inútilmente sospechoso.

—Oye, antes de que los platos de comida ocupen la mesa, quiero darte algo.

Pestañeé varias veces. No me esperaba un regalo. Bill me extendió una cajita amarilla.

—Se me ocurrió viendo el collar de Nicki Minaj que Tom me regaló por mi cumpleaños.

Abrí la caja, y no supe que decir. Eran dos collares, con dijes. Uno tenía escrito "Barbie" en rosa, de la misma caligrafía del logo de la muñeca. Y el otro decía "Ken" con una fuente igual, y era de oro.

—A mí me gusta el de Barbie, pero elige el que tú quieras.

Seguía sin habla.

—¿No te gusto?

Negué con la cabeza, y trate de decir algo.

—¡Me encantó, gracias! ... Pero, no lo esperaba. Pensé que...

La Diva Rubia. «Dippbill|Billdipp "AU" Where stories live. Discover now