Capítulo 19: Caer

381 62 9
                                    

Capítulo 19: Caer

.
.
.


—Con que ha recordado... —dijo alguien, como si fuera el sonido de una radio con mala señal.

—¿Cómo me las apaño para arruinar siempre su vida? —se lamentó una voz más clara.

—La razón de tanto desmayo debía ser que estaba recordando, como me lo suponía —¿era Reborn?

—Sí, y encima Mukuro no quiere ni verlo, aún sabiendo que había perdido la memoria —suspiró. Si no se equivocaba, era su hermano recién reencontrado...

Un momento, ¿Mu-chan no quería verle?

«Obviamente, idiota, no después de todo lo que le dijiste».

—Gio-niisan... Reborn... —abrió los ojos, mirando a los dos aludidos—. Necesito... —hizo el intento de levantarse, pero fue impedido por el rubio.

—No te muevas, será lo mejor... —recomendó Giotto.

—Pero Mu-chan... necesito hablar con él...

—Necesitas descansar —objetó Reborn—. Lo demás puede esperar.

—Pero le dije cosas tan... tan horribles... —puso sus manos en el rostro, cubriendo las pruebas de su tristeza—. No sentía de verdad lo que decía, yo solo... solo acataba órdenes... Mu-chan no lo supo nunca...

—Tranquilo... —el castaño sintió los protectores brazos de su hermano rodeándole, y un pequeño calor recorrió su cuerpo—. Pienso que, si se lo explicas, lo entenderá... —dijo algo dubitativo—. Aunque en realidad, la culpa es mía... si no hubieras recordado nada, habríais seguido bien...

—No es tu culpa... —dijo con una sonrisa leve—. Yo... lo habría recordado... y me habría asustado. Seguramente... podría haber sido peor.

Entonces era esa la razón por la cual Mukuro parecía que le odiaba, sin el "parecía". Oh, Dios, ¿cómo soportó mirarle sabiendo todo lo malo que le había hecho? ¿Habría buscado venganza torturándole en las tutorías?

Pensó que lo que había pasado en ese aula de clases no era comparable a lo que Mukuro había soportado durante tanto tiempo. Ni lo que él mismo le había hecho...

Era la peor persona del mundo, ¿quién demonios tiene el corazón de herir de esa manera a alguien que quieres?

«Solo yo...»

Pensar en ello hizo que su llanto se hiciese más fuerte, y Giotto no podía evitar sentirse triste por su hermanito. Le abrazó un poco más fuerte mientras le acariciaba los cabellos, y ni siquiera el mismo Reborn se atrevía a intervenir de alguna manera. Lo mejor para Tsuna sería desahogarse en su hermano...

Aunque quizá lo mejor fuera que hablara las cosas con cierta piña que había declarado que no quería volver a ver al de orbes almendra.

El hitman había estado presente cuando Giotto trajo al castaño —cómo no, inconsciente— acompañado de un intranquilamente calmado Mukuro del hogar de este. El muchacho no dejaba de mirar a su alumno, y parecía agobiado por alguna razón.

Je détesteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora