Capítulo 7: Lo que ves no es lo que parece

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Notas de la autora:


Hola mis bellos lectores <3 y bellas claro :3 les traigo el nuevo capítulo de este fic, espero les guste. No llega a tener escenas tan eróticas por eso no he colocado una advertencia. Gracias por seguirme y leer mis proyectos, los adoro <3 :D 


Hana~~


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Dos años atrás.

El invierno trató muy mal a Noah, traerle pescados a la castaña se volvió un tanto costumbre, el salir de esa agua helada continuamente no le sentó nada bien, estuvo con mucha temperatura durante unos días; pero para suerte, Mérida logró encontrar unos hongos comestibles en una zona, debajo de la nieve. La alimentación escaza era un problema, habían bajado mucho de peso, pero siempre buscaban la manera de no terminar desnutridas. A la semana, la loba fue recuperando su temperatura aunque su fuerza no volvía.

-Lo siento... has tenido que cargar con todo sola –suspira la pelinegro, tomando su taza de té.

-Tú también cargaste sola conmigo muchos días, no te preocupes.

-Quiero ir a buscar pescados...

-No Noah, ya hablamos de eso –se pone de pie para ir por su abrigo.

-Pero... Necesitamos comer algo más que no sean hongos... Mira cómo estás... -observa la espalda de Mérida, quien estaba cambiándose. Podía ver los huesos de la columna muy marcados y los del hombro.

-Tú también necesitas eso... -se coloca su camiseta con rapidez- Ya llevo recorriendo la mitad de la zona, en algún momento encontraré algo que nos ayudará...

-Si te topas con una de esas cosas feas... no podré ayudarte, no me gusta que salgas sola, ¿por qué debes ir sola? Prefiero no comer –se cruza de brazos y frunce el ceño.

Mérida da un pequeño suspiro y mientras se acomoda el abrigo toma asiento en la cama y acaricia la cabeza de la preocupada muchacha.

-Debes confiar en mí Noah, ¿confías en mí? –le brinda una pequeña sonrisa.

-No es que no confíe en ti... -gira el rostro para mostrar que estaba en desacuerdo- No confío en las cosas que pueden haber fuera.

-Bueno... Pero si no te aferras a confiar en mí... podemos enfermar por no comer, ambas. Eso sería muy difícil de llevar...

-¿No puedes esperar a que recupere mis fuerzas?

-No vas a recuperarlas si no te alimentas bien...

Noah bajó la mirada y dejó caer sus brazos sobre sus piernas, ya no sabía qué responder.

-Confía en mí, voy a esforzarme porque ambas salgamos de esto, ¿sí?

La pelinegro gira lentamente el rostro para verla y luego asiente, no con mucho ánimo. Mérida le besó la frente y luego se retiró. Ese día dio un recorrido más largo pero nada salió bien... La falta de alimentación la desmayó, sólo alcanzó a acercarse a un árbol y al despertar, su cuerpo no le respondía, estaba congelada... La noche casi caía por completo y no podía moverse para nada. Lo único que tenía en su cabeza era el que Noah necesitaba alimentarse y que ella no había podido lograr encontrar comida; al cabo de unos cuantos minutos, cuando comenzaba a quedarse dormida, el llamado de una voz que conocía muy bien le hizo abrir los ojos. Noah logró dar con ella, temblaba, pero no de frío, sino el ver a Mérida en ese estado; estaba tan helada que temía levantarla y romperla, pero con cuidado la puso en sus brazos y comenzó a llevarla hasta el "refugio - sector". La acomodó cerca de la estufa eléctrica y la envolvió con varias frazadas, poco a poco pudo empezar a sentir las manos y cómo la pelinegro metía comida tibia en su boca.

Plaga de invierno (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora