Mi Querida Rosa

🌹ROSA SIN ESPINAS [CAPITULO 3]

Sus manos se volvieron dos puños perfectos mientras mordía su propia lengua para evitar llorar en el poco rato que le quedaba en su tierra natal. Lo odiaba, odiaba el haber sido engañado por su propio padre, aborrecía el haber nacido como la "hembra" de cierto tipo de persona, en especial los Alfas, pero, él ya había escogido su destino.

Solo habían pasado dos horas y medía desde el anunció de compromiso que había hecho Victor Nikiforov con él. Y ¿Dónde estaba el Alfa? Por supuesto, celebrando con el clan, dicho acontecimiento que beneficiaba a todo el reino y el reíno del Alfa, ya que, el japones eran tan bello como una perla y el Alfa como un diamante, era obvio que los cachorros de ambos serían tan bellos y hermosos, después de todo vendrían con buenos genes de parte de ambos.

Yuuri harto por la música y bailes que nunca en su vida pensaba aborrecer decidió buscar a Natsu y cuando lo hizo no dudo en ir corriendo con el riesgo de caer gracias a la yukata que hacía que sus pasos fueran torpes. Una vez que abrazo a esta no dudo en soltar pequeños lagrimas tan cristalinas y similares​ al rocio en una rosa.

--No quiero, No quie..ro, no quiero-- murmuro Yuuri con suaves gimoteos sobre el hombro de la mujer. La beta solo quedo unos segundos en silencio antes de acariciar el cabello de este e intentaba sostener el cuerpo del menor el cual poco a poco iba perdiendo fuerzas para poder sostener por el mismo.

-- Bebe-- murmuro la mujer para calmar el llanto del infante para poco a poco separarlo de ella. Limpio con cariño el camino de lagrimas que había en ojos hasta sus mejillas e intentar arreglar el poco maquillaje que este tenía. Miró directamente a los ojos miel del otro y con una cálida sonrisa deposito un beso en la frente del mas bajo.

-- Lo siento, nene-- murmuro --No pude salvarte de tu destino pero se que tendrás una vida mejor a la que tienes aquí-- dijo con seguridad mientras asentía con la cabeza -- Escuche por ahí que el Alfa que ha pedido por ti es realmente amable, cariñoso y sobre todo entiende a las persona-- nuevamente limpio una traviesa lágrima que salía de los bellos e inocentes ojos del menor -- Si tú le dices que quieres tiempo, él te dará tu espació personal-- beso nuevamente su frente -- Solo deja que las cosas vayan a su ritmo y siempre se sincero contigo mismo-- espero que Yuuri asintiera ligeramente la cabeza. Dejo a abrazar a el menor y con una sonrisa amable plantada en su rostro de forma lenta quito una pulsera de plata de su muñeca izquierda para ponerla de forma lenta y cariñosa en la muñeca derecha del menor.

-- Cada vez que veas esta pulsera me recordaras, esta sera nuestro lazo y nuestra promesa que nos veremos en un futuro-- beso la mejilla del Omega y acomodo el peinado y maquillaje de Yuuri antes que este se retirara, ya que, su Alfa desde hace unos minutos atrás le buscaba con tanta impaciencia para poder irse a el reino de nieve .

El menor antes de retirarse abrazo y beso la frente de la mayor -- Prometo venir a verla-- murmuro tan sincero como lo conocían, y sus bellos ojos miel miraron con tanta ternura los avellana antes de retirarse a paso lento de aquel cálido pasillo, gracias a sus recuerdos vividos en la infancia con Natsu.

Abrió con lentitud la puerta deslizable que daba al patio donde todos lo miembros del clan bailaban, emborrachaban y cantaban como si no hubiese un mañana. Buscó con su mirada tan dulce como la miel a Viktor mas antes que este pudiera encontrarlo alguien le había tomado por su cintura y jalaba para estar cerca del hombre que cual aroma tan único a menta no tenía que ser un genio de quien se trataba.

--Yuuri, ¿Dónde te habías metido? Me tenías preocupado-- murmuró con una voz tan suave que podía jurar que había sido golpeado con una almohada de plumas. El rostro del Omega inmediatamente se volvió carmin, no solo por aquella sensación de su estómago si no el simple hecho de recordar que aquel Alfa había robado su primer beso...