Capítulo cuarenta y seis

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— ¿______? ¡cariño! —Mark me despertó arrancó de aquella línea en la que me encontraba descansando llamándome a los gritos. No había podido dormir bien, cada vez que estaba cayendo en el sueño, abría los ojos cada dos por tres al recordar que estaba durmiendo junto a Mark y que él estaba abrazándome. Peor aún, sentía cada uno de sus movimientos, su respiración, pero sin entender ni una palabra de lo que hablaba mientras soñaba—

Mark se había levantado hace lo que para mí ya hacían, dos horas. Apretó mi cintura con fuerza, al principio pensé que ni siquiera recordaba que estaba ahí con él, pero suspiró y besó mi hombro y cuello un par de veces. Nada podía mejorar aquella escena, entre nosotros no habían nervios, miedos ni inseguridades. Ese abrazo, esos besos, eran amor.

Me senté sobre su cama y sonreí porque el anterior recuerdo me tenía idiotizada. Volví a escucharlo gritar mi nombre desde la sala, me quedé en sostén. No tenía la necesidad de cubrirme, me sentía realmente cómoda con él, es mi novio después de todo, ¿no?

Bajé ansiosa por encontrarme con Mark. Justo antes de entrar en la cocina después de no haberlo encontrado en la sala, me pidió que no entrara.

— ¿Qué pasa Mark? —Pregunté apoyada en la pared—

— Creo que la cocina no es mi fuerte. —dijo apenado.—

— ¿Qué sucede? ¿necesitas ayuda?

— Si prometes no reírte de mí, puedes entrar —dictó. Pensé en que olía a tostadas quemadas, era evidente lo que pasaba.—

Entré y como me esperaba, encontré la cocina sumamente desordenada, la tostadora en el lavabo y el café derramado sobre la mesa. Mark mantenía su cabeza gacha y manos entrelazadas.

— ¿Por qué querías ocultarme esto? —Me reí. — Jamás he probado una tostada hecha por mí, ¿sabes por qué? Moriría intoxicada. —Mark levantó la mirada, sus mejillas estaban sucias. Quise preguntarle a qué se debía, pero ya había pasado por algo así una vez y me sentía demasiado avergonzada como para que alguien me cuestionara —

— Lo siento. Soy un desastre —dictó—

— No seas idiota. —Me acercé y me aferré a su pecho. Mark sólo se quedó parado, sin abrázame — Gracias. La pasé muy bien contigo. —musité, entonces él rodeó mi cintura. Pude sentir sus frías manos sobre mí, pero no me importaba—

— Salgamos a desayunar. Luego vamos a tu casa, quiero pasar el resto del día contigo. —me dijo al separarse. Acarició mi rostro y bajó la mirada. Sí, miraba mis senos. Golpeé su brazo al instante y él me miró con sus mejillas un poco coloridas— ¿Qué haces así? No puedes golpearme. Tú lo provocaste.

— Me quedé así porque estoy cómoda, no para que mires mi pecho mientras hablas conmigo.  —Le dije fingiendo estar molesta y volteé. Mark me siguió y con una mano en mi cintura, me interrumpió el paso—

— Eres hermosa y... Me encanta tu cuerpo. —tartamudeó detrás de mi— pero con lo que pasó anoche preferiría que uses ropa. —concluyó. Sonreí. Me hacía sentir deseada, eso me hubiese molestado en otro hombre, pero no en él, porque era mi Coolguy.—

— Está bien. Lo tendré en cuenta. —mencioné desinteresada— Iré a cambiarme y nos vamos.

Caminábamos bajó el sol. Mark se quejaba de la molestia que este le provocaba y de no haber llevado gafas oscuras.
Le hice un techo con mis manos sobre sus ojos para ayudarlo. Su celular sonó y me pidió que lo atendiera, en la pantalla decía "Gyeom" así que lo hice.

— Yugy. —dije—

— ¿Qué... _______? ¿eres tú? —Preguntó Yugyeom.—

— Sí, soy yo. ¿Qué hay?

Amor en píxeles (GOT7. Mark Tuan.Tú)Where stories live. Discover now