Hiding Tonight [Milex]

White lines, pretty baby, tattoos.

Luces, risas, tragos caros y sustancias eran la descripción perfecta para la noche en aquel bar de la ciudad de Milán. Casi toda la banda de tlsp se encontraba en el lugar, a excepción de los más tranquilos quienes habían preferido ir a dormir luego del show. Ocupaban el sector vip del bar, donde una moza, alta, rubia y delgada les ofrecía shots de distintas bebidas alcohólicas, cada una más fuerte que la anterior. Las luces violetas y rojas daban un ambiente un tanto sugestivo,gente con mucho dinero frecuentaba ese bar,mujeres muy hermosas con largos cabellos, empresarios y famosos. Miles estaba sentado en la barra, un tanto alejado del grupo, le enviaba mensajes de amor a su novia mientras tomaba los últimos sorbos que le quedaba a una botella de cerveza rubia. "Yo también te amo, mañana nos vemos amor" escribió y bloqueo la pantalla de su dispositivo móvil. Lo cierto es que las últimas dos semanas su relación con Hannah había mejorado muchísimo, ya no había tantas discusiones como antes y pasaban mas tiempo juntos, ambos estaban poniendo de su parte para mejorar las cosas y estaba funcionando a la perfección o al menos eso creían. Desde aquella noche en la que le confeso todo a Zach cumplió su promesa de no volver a acostarse con Alex y le estaba costando muchísimo, resistir a sus provocaciones y a esos suaves labios era una tarea sufriblemente difícil, pero quería olvidarlo, olvidarlo y recuperar lo que había sentido por su novia. Pidió dos shots de tequila al bartender, los bebió y se dirigió al baño sintiendo el alcohol quemando en su garganta, vio salir por el pasillo a un hombre con gafas grandes y abrigo bastante largo, le sonrio, Miles se confundió por ese gesto. Abrió las puertas y se encontró con aquella persona que lo volvía loco: Alex. Estaba apoyado en en la pared, con su frente chocando contra los fríos azulejos negros y suspirando. Rió al verlo así, probablemente había mezclado drogas otra vez con alcohol y esa no era un mezcla que al hombre le sentará muy bien. -Hey. -Saludó Miles. -Heeey precioso,hola. - Sonrió por aquel "precioso" salir de sus labios. Si, definitivamente no estaba consiente del todo. -¿Con que te drogaste, Al? -No te voy a convidar. -Miles río. -No quiero que me des, Alex solo quería saber, puedo conseguir mis propias drogas. -Tengo una idea. -Dijo Alexander volteándose y caminando hacia Miles, sus pupilas estaban muy dilatadas y sus manos sudaban, tenía esa mirada profunda, intimidante y sugestiva que de a momentos lo caracterizaba. -Te intercambio drogas a cambio de un beso. - En un rápido movimiento acorraló a Miles contra la pared y lo beso desesperadamente, sujetando sus manos y apoyando sus cuerpos por completo. Era un beso furioso y necesitado, inconsciente. -¿Que pasa, Miles? Hace semanas que no me tocas. Murmuró en su oído al mismo tiempo que rozaba sus entrepiernas, lo tenia acorralado y a su merced. - Es que... Al. -Suspiro, quería mantener el control pero estaba muy, muy caliente, contener el deseo por el muchacho era casi imposible. -¿Ya no me deseas? No me digas que no. -Cuestionó, dandose vuelta para poder mover su trasero contra la entrepierna de su "mejor amigo". -Te necesito Miles, estoy desesperado por ti. -Dijo casi gimiendo - sabés que nadie me pone así. -Movió sus caderas en círculos y presionó fuerte sus nalgas contra el miembro de su amigo que comenzaba a erectarse. Miles jadeo, entre las palabras y los movimientos de Alexander sentía que explotaría, no podía contenerse mas. Lo tomó del brazo y lo arrastró hacia uno de los cubículos. "A la mierda el control." Pensó.La adrenalina de ambos corría con furia por sus venas,el calor era más fuerte que ellos, solo querían sentirse completos y descargar todo el deseo acumulado que era mucho. -Mira lo que me haces hacer. -Dijo el castaño desprendido los primeros botones de la camisa blanca del pelinegro para besar su piel, succionar y morder. -Mierda, Mi. Jadeo Alex ante su tacto. Ambos desprendieron el pantalón del otro y metieron mano debajo de su ropa interior para comenzar a masturbarse mutuamente, habían perdido el control y el lugar parecía desaparecer, solo importaba el cuerpo del otro, solo de eso eran conscientes. Y no sabían si eran las drogas o el alcohol, solo sabían lo que querían en ese momento, perderse en el otro. Entre besos y toques oyeron los risas de Loren, James y Zach provenir del pasillo. -Súbete, súbete.- Sugirió Al. Miles puso sus pies al costado del inodoro y se agachó lo más que pudo. -Aaaaal ¿Estas aquí?- Pregunto Loren. -Mmm sisi¿Que pasa? -¿Te encuentras bien? -Mmm si claro, ahora voy. -Okey ¿De casualidad haz visto a Miles? Se me perdió. -Pregunto Zach, haciendo que Alex se ponga algo celoso otra vez, miro a Miles con una ceja arqueada. Miles sonrió con picardia. -No tengo idea, creo que lo vi ir al piso de abajo. -Contesto y a los pocos minutos los hombres habían dejado la habitación. -Mierda... -Suspiro Miles mientras Alexander comenzaba a besar su erección. -Al, vayamos de aquí, vámonos a otro lugar.-Suplico Miles -¿Vas a follarme, Mi?. - Pregunto mientras tocaba a su amigo. -Si amor,voy a follarte y muy fuerte. Contesto dejando que las palabras se escapen de su boca incluyendo aquello que se arrepentiría de decirle luego "amor". Se bajó de donde estaba y trató de esconder su erección bajo sus pantalones y ropa interior, Alex intento hacer lo mismo. El pelinegro se miró en el espejo, aún tenía las pupilas dilatadas y los ojos algo rojos. Intento sacar su peine del bolsillo de su pantalón, pero repentinamente sus manos se sentían completamente torpes. El castaño lo notó, abrazo a su amigo por detrás, puso una mano en su cintura y una en su bolsillo, saco su peine y acomodó los cabellos de Alex que se había desparramado por su frente. Beso su mejilla y Al sonrió, se miraron a los ojos unos segundos, esas miradas decían tanto, tanto que no tenían el coraje de decirse y se desplegaron del mutuo agarre antes de que sus labios salgan palabras que estaban escondidas y así deberían permanecer. -Sal tú primero, intenta distraerlos y luego saldré yo. -Dijo Miles y Alex hizo exactamente aquello, minutos después el pelinegro esperaba en la acera a su mejor amigo para tomar un taxi, y regresar al hotel a terminar lo que empezaron.