CAPÍTULO 20

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Es un día como cualquier otro, nada más que hoy no nos despertamos a las 8 para correr, hoy nos despertamos a las 9:30 a.m. Los sábados yo entro a las 12 y salgo a las 8, el calendario de la cocina marca 25 de octubre, falta menos para los resultados de mi audición.

–¿Qué sientes que te vas a casar? –le pregunto a Clau, mientras veo como hace el desayuno.

–Me siento feliz, pero tengo miedo –sonríe.

–¿Miedo? –ladeo la cabeza.

–Sí, un matrimonio cuando llevas 6 meses de relación y a los 22 años, es prematuro –le pone mayonesa a los panes para sándwich.

–¿Pero lo quieres? ¿No? 

–Sí, si no, no hubiera aceptado. 

–Entonces tranquila, todo saldrá bien –miro el reloj y me doy cuenta de que tengo tiempo limitado para bañarme y cambiarme–. Iré a cambiarme para irme a trabajar.

–Ok, ahorita te llamamos para que vengas a desayunar.

–Ok, gracias –salgo de la cocina y veo a Mey sentada en la sala viendo el televisor, lleva un short pequeño, una camiseta roja y pantuflas de osito–. Buenos días, niña –digo al pasar.

–Buenos días, señorita Brooks –ríe divertida.

Al escuchar "Brooks", me doy la vuelta y vuelvo a la sala

–¿Señorita Brooks? –me acerco a ella.

–Ayer estabas con Sebastián Brooks –se hace un breve silencio y se incorpora en su asiento–. ¿No me digas que no sabes quién es Sebastián Brooks?–

–¿Debería saberlo? –digo sorprendida.

–No –ríe–, estoy bromeando.

–¡Ay, mensa! –tomo un cojín del sillón y se lo arrojo a la cara, ambas reímos–. ¿Cómo sabes que se llama Sebastián Brooks?

–En realidad se llama Sebastián Emiliano Brooks –se acuesta en el sillón–. Lo conocí hace como 2 meses cuando viaje a Nueva Jersey con Claudia y Eric, su amigo Stephen es productor musical, Stephen llamó a Eric, Eric llamó a su novia y la novia fue a tomar unas fotos acompañada de mi –sonríe–. Oye –me arroja un cojín–, es un chico muy guapo ¿le pediste su número? 

–¿Por qué tendría que pedirle el número? 

–¡Ay, no sé! Quizás, para preguntarle la hora –dice con sarcasmo.

–No, sólo hablamos durante la noche –me encojo de hombros.

–Y bailaron muy juntitos –completa Clau desde la cocina.

–No sé dónde vive, ni a que se dedica, únicamente hablamos de tonterías.

–Es escritor y ayudante de Stephen –dice Clau desde la cocina.

–Ahí está, ya tienes suficiente información –dice Mey jugueteando con su teléfono.

–No, no es un chico para mi, iré a cambiarme que se me hará tarde –me levanto y me dirijo a mi habitación, el departamento es muy amplio, es en un tercer piso y la mitad del cuarto piso, cuenta con cocina, comedor, sala, cuarto de lavado, 4 cuartos en el piso 3 y al final del pasillo hay una escalera que sube al cuarto piso, ahí hay 4 cuartos más, cada uno con baño y vestidor, aquí vivimos las 7 que somos, aunque es un departamento amplio y costoso, no tenemos tantos muebles.

Mi habitación es blanca y tiene una ventana que da a la calle, mi cama es una queen size y tiene un edredón grueso azul, las puertas de mi vestidor son cafés y en las paredes tengo cuadros de mi familia, de mi papá, de mi mamá, de mis tíos, de mi nana, incluso de la pequeña Ángela, tengo unas cajoneras amplias y un escritorio, frente a la cama tengo una pantalla de plasma, fue regalo de mi papá, debajo de está hay un DVD y muchas películas para ver, eso fueron regalos de mis tíos, mi cabecera tiene cuadros de madera en los que puedes meter cosas, ahí tengo mi librero, así que antes de dormir, leo un poco y lo dejo en los cuadros.

¿Destino?Where stories live. Discover now