Encuentro

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-¡Vamos! ¡No os rezagueis!- el equipo avanzaba entre las hojas, esquivando ramas y tropezando con raíces en la oscuridad. Al frente iba un tipo no muy alto, con el pelo rojizo lacio, una gabardina negra desatada y unas gafas que podrían haber sido de sol. En total eran siete: dos marines, un soldado, un desesperado, un par de mercenarios y, por supuesto, Nero. Iban relativamente relajados, pues llevaban todo el día caminando y poniendo cuidado en no dejar huellas, así que la caída de la noche había sido un alivio. Buscaron un lugar a cubierto de la lluvia y de miradas inoportunas y encendieron una diminuta hoguera, lo justo para verse la cara y secar las armas. Por primera vez desde que salieron de la fortaleza, se miraron unos a otros y comenzaron a hablar. Uno de los marines se llamaba Doug. A secas. Llevaba un uniforme de marine raído, con unas botas desgastadas, y su pelo era gris. Tenía 50 años, y tenía experiencia como estratega. Además, Nero se ocupó de sacar de sus celdas a todos los que pilló por el camino. El siguiente marine era una mujer. No era especialmente guapa. Se llamaba Irene, prefería que la llamasen Ira y tenía los brazos más grandes del equipo. Nero se estremeció. El soldado, todos le llamaban Nova, y tenía unas katanas en lugar de cualquier otra arma. No hablaba mucho, y parecía peligroso. El desesperado se conformó con el nombre de Cinco, y además rimaba con... es igual. El primer mercenario era Lao, y tenía pinta de saber artes marciales a tutiplén (igual era japonés o algo). El último, o más bien la última, se llamaba Elma. Nero se la quedó mirando. Tenía el pelo rubio sujeto en una larga trenza, y sus ojos cambiaban de color con las crepitantes llamas de la hoguera. Vestía una ropa verde, con muchos bolsillos. De su cintura colgaba una funda con una pistola modificada, y en la cabeza llevaba unas gafas de visión nocturna replegadas. Levantó la mirada y se encontró con la de Nero. Éste se la sostuvo unos segundos, perdido en sus ojos caleidoscópicos, hasta que Lao le dio un codazo en las costillas
-deja un rato a Elma- le soltó -prometiste contarnos todo-
-¿eh? Ah, ya, si..-apartó la mirada y buscó en su memoria. Abrió la boca y comenzó a hablar
                                                                                    ***
Elma arrambló con el bulldozer sin cuidado alguno contra un poste de alta tensión. Le encantaba sentir la potencia de aquel trasto destrozando cosas, pero debía dejar atrás a aquel tipo. Su nombre, su cara, todo le sonaba extrañamente, pero esos recuerdos venían del otro lado de la barrera. No eran nítidos. Eran como susurro de fantasmas en su cabeza. Aquel hombre podría haber sido su peor enemigo o su mejor amigo, pero no podía saber con claridad. Quizás tuviera la respuesta a por qué no recordaba nada de antes, pero no podía arriesgarse a equivocarse. Mientras pensaba esto, la aguja de combustible bajó del todo. No se lo pensó dos veces, abrió la puerta y pegó un salto de veinte metros. Volvía a funcionarla. Había estado un día entero conduciendo, así que no era de extrañar que hubiese descansado las piernas. Echó a correr a 50km/h. Y pronto el hombre dejó de poder ganarla distancia. Elma cometió el error de mirar a su espalda. Un tráiler de diez toneladas la echó de la carretera. Dio un par de vueltas de campaña y sintió un dolor intenso en la pierna. Vio a Nero corriendo hacia ella y después perdió el conocimiento
-tienes suerte de sólo haberte roto una pierna- Elma abrió los ojos y parpadeó. Estaba en una habitación luminosa, y aquel tipo estaba enfrente suyo. Dejó caer la cabeza hasta la almohada y se frotó la sien
-¿que demonios quieres de mi?-Preguntó
-¿que no quieres tú de mi?-
-vaya, me persigues durante un día entero y me dices eso. Debes de ser muy estúpido-
-lo dice la que me pegó con un walkie cuando iba a ayudarla- soltó Nero con sorna -me besas y luego te largas de mi vida-
-¿de qué estás hablando?- la barrera en su mente comenzaba a resquebrajarse. Las voces eran más nítidas
-entonces... ¿no recuerdas nada?- balbuceó Nero
-¿Qué tendría que recordar?-
-A mí

EstrategiaWhere stories live. Discover now