Capítulo 28

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–Te has tardado demasiado. –Mencionó el menor llegando hasta Harry–. Por poco pensé que te habías arrepentido.

El rizado lo miró con ternura, quiso abrazarlo, pero había demasiada gente en aquel hospital. –He venido en cuanto recibí tu llamada, bebé. No podía hacer nada más. –habló bajo, asegurándose que nadie lo escuchara.

La madre de Louis los miraba sentada con la pequeña Minie dormida sobre sus piernas. Ella no entendía exactamente qué hacia el ex jefe de su hijo ahí.

Louis parecía muy cansado, tenía los ojos bastante hinchados y unas ojeras enormes bajo los mismos. Al mirarlo podía notarse la tristeza tan enorme que cargaba por la situación de su padre. –Lo importante es que estás aquí. – Hablaba muy bajo, ni siquiera elevaba lo suficiente la mirada para mirarlo a los ojos. Estar frente a Harry en ese momento no le hacía bien.

–¿Cómo está tu padre? –se acercó un poco más al menor. Realmente quería abrazarlo, quería hacerle sentir cariño y aprecio, Louis parecía devastado y Harry quería sanarlo.

Se encogió de hombros y negó con la cabeza. –Mal, evidentemente mal. Estamos en un hospital, la respuesta es obvia.

–Disculpa… –Susurró con un tono demasiado honesto.

Louis lo miró confundido. –¿Por qué?

–Esto es mi culpa.

“Si, si es tu maldita culpa, imbécil. Es tu maldita culpa que mi padre se esté muriendo, si tan solo no hubieras sido tan egoísta y no lo hubieras corrido de tu sucia empresa, él no estaría así, ¿Pero qué puedes hacer ahora? Nada,
absolutamente nada más que dar tu bendito dinero y ayudar a que se reponga.” – No lo es, Harry. –tragó saliva para evitar que todos aquellos pensamientos que inundaban su cabeza salieran–. Te pedí que vinieras para arreglar las cosas, no para culparte de lo que le pasa a mi padre. –No valía la pena, igual Louis estaba convencido de que el rizado tenía toda la culpa.

–Vámonos de aquí, ¿de acuerdo? Quiero estar contigo a solas. –Bajó el volumen de su voz al grado que solo se escuchó un leve susurro–. No tienes idea de las ganas que tengo de abrazarte y de dejarte claro que yo estoy aquí para ti.

“Claro, mi padre se está muriendo y en lo único que tú piensas es en sexo, maldito enfermo” –Pero… no quiero dejar a mi mamá sola en estos momentos, tengo que estar con ella.

–Anda… –rogó, miró hacia la madre de Louis y por primera vez la conoció. Era una mujer hermosa, pero bastante acabada por la preocupación y el trabajo–. Puedes decirle a ella que ya no tiene nada de qué preocuparse.

Louis miró hacia donde Harry miraba. –¿A qué te refieres?

–Que antes de llegar, pasé a la administración del hospital y dejé pagada toda la semana, además de las medicinas de 2 meses. –No pudo controlar más su impulso por tocar al menor, buscó su mano y la acarició levemente, intentando no ser tan obvio–. Dile que se tranquilice, que ahora todo estará bien.

Los ojos de Louis se iluminaron, miró a Harry desbordando la felicidad que eso le hacía sentir y sin pensar en lo que podía pensar la gente se colgó de su cuello abrazándolo con todas sus fuerzas. Harry le devolvió el abrazo, pero no tocándolo demasiado. Estaban frente a la madre del menor y no podían ser muy afectuosos. –Mierda, mierda, mierda. Muchas gracias, Harry. Mierda, esto nunca te lo voy a terminar de pagar. –susurró en su oído.

–No te estoy pidiendo que me lo pagues, tranquilo. –Lo separó de su cuerpo con una sonrisa nerviosa–. Estamos en público, Lou. Acuérdate.

–Sí, perdón. –Aún seguía sintiendo la emoción, pero sobre todo la tranquilidad de saber que no tendría que preocuparse por un tiempo por su padre–. Pero es que enserio esto es lo mejor que alguien ha hecho por mí.

Luxury's Louis. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora