Capítulo 2. Cosas que nunca cambian

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Mientras el sol comenzaba a iluminar la pequeña ventana de la alcoba, Kero miraba distraído hacia la calle.

—No sé cómo hacerlo, no quiero preocuparla, ese Yue siempre me deja las cosas difíciles a mí, ¡no puedo creer que...no puedo creer que... —una gota apareció en la cabeza de la pequeña bestia —no puedo creer que el despertador haya sonado ya por 5 minutos y Sakura no lo escuche...Sakuraaaaaa!

—¿Que pasa Kero? Déjame dormir...

—No, nada de eso hoy es un día muy especial, y me he levantado muy temprano para prepararte algo, vamos despierta.

—Está bien, podrías esperarme...cinco minutitos maszzz.

Mientras Kero jalaba las sábanas, sonó el timbre de la casa de los Kinomoto.

—Pero ¿quién podrá ser a estas horas? —dijo Sakura mientras se asomaba por la ventana de su habitación con un gesto de cansancio. Kero la miró divertido cuando cayó al suelo por la sorpresa, en la puerta de su casa estaban Tomoyo y Meiling con una gran sonrisa, pues ya habían imaginado que Sakura estaría durmiendo.

La maestra de las cartas corría de un lado a otro de la recamara llena de nervios, solo atino a pasar el cepillo por su cabello, finalmente no eran unas desconocidas aquellas chicas, eran sus amigas, que emoción sintió en el momento de abrir la puerta...al instante Meiling salto sobre ella como lo hacía con su primo cuando niños y Tomoyo no paró de decir que Sakura se veía espectacular aun en pijama.

Unos instantes después las tres chicas estaban instaladas en la sala platicando de lo que había pasado en los últimos meses, y en los últimos años en la vida de Meiling, pues si bien habían recibido algunos correos electrónicos, la comunicación no era muy constante.

—¿Relaciones internacionales? Se escucha muy interesante Meiling, y ¿Por qué decidiste estudiar eso?

—Pues en realidad fue decisión de la tía Ieran, estaba un poco indecisa y desde que murió mi madre me he convertido en una hija más de ella... —dijo con un tono un poco triste—, pero al final me ha agradado la carrera y me permite apoyar al negocio familiar, tenemos contacto con mucha gente fuera de China y me he adaptado muy bien.

—Yo...lo siento mucho, no sabía lo de tu madre —dijo muy apenada Sakura.

—No hay de que disculparse, ha sido difícil pero así es la vida y tenemos que superar los obstáculos, no te negaré que la extraño, pero estoy haciendo lo posible por ser una buena persona, justo como ella lo quería, sé que entiendes perfectamente de lo que habló —le guiñó el ojo y sonrió para alegrarla.

—Claro, me da mucho gusto que lo tomes así Meiling —dijo Tomoyo levantándose de su asiento—, realmente vez la vida con mucho entusiasmo.

—¿Qué pasa Tomoyo? —pregunto Sakura poniéndose de pie también —¿acaso te vas tan pronto?

En ese momento Tomoyo las abrazo con todas sus fuerzas ante la duda de Sakura.

—Feliz cumpleaños —susurro—, con la emoción olvide decírtelo a mi llegada.

"Gracias" pensó Sakura mientras respondía ante al tripe abrazo.

—Bien, ve a cambiarte por qué tenemos mucho que hacer hoy.

—¿A qué te refieres? —preguntó Sakura.

—Iremos de compras a Tokio, así que prepárate.

—Nadie saldrá de esta casa hasta que Sakurita vea lo que hice para ella —dijo Kero que estaba con sus bracitos estirados frente a Sakura impidiéndole el paso.

—Nadie saldrá de esta casa hasta que Sakurita vea lo que hice para ella —dijo Kero que estaba con sus bracitos estirados frente a Sakura impidiéndole el paso

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Card Captor Sakura "La antigua Profecía"Where stories live. Discover now