Capítulo 5. Viejos amigos (Pt I)

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—¿Te sucede algo Sakura? Has estado muy rara desde ayer en la noche.

—Pues en realidad no lo sé Kero, estoy muy confundida, siento un fuerte dolor en mi pecho y...

—¿Estas enferma, te sientes bien?

—No te preocupes, es algo que me prometí dejar en el pasado, revivirlo sería...muy tonto de mi parte —dijo abrazando un pequeño peluche azul.

"Sakura, ¿cómo haré para decirte esto?" —pensó el guardián—. Yo sé que este tal vez no sea el mejor momento para preocuparte pero...

—¿Qué te pasa?, estas muy nervioso.

—Es que...bueno...no sé...si.

—Sabes que, dímelo cuando estés listo, creo que hoy no estoy para el suspenso, ya tengo que irme al trabajo, nos vemos en la tarde.

—Bien, ¿estás segura de que no quieres llevarme contigo?

—No, se verá muy extraño que a mi edad aún vaya cargando un peluche, por muy lindo que seas—dijo dándole un pequeño besito y saliendo de su habitación.

—Ya no puedo dejar esto para después, si no ese maldito Yue me regañará, y aun cuando sé que su magia es muy poderosa, no puedo evitar temer por ella.

Abajo en la cocina estaba el señor Kinomoto, justo como antes, preparando el desayuno de sus hijos, Touya se había quedado en casa hasta que su padre decidiera salir de viaje otra vez.

—¿Entonces, cuándo saldrás de nuevo?

—En estos días, pienso que tal vez el jueves, estoy esperando que me llamen, aunque no quisiera dejar a Sakura.

—No tienes de que preocuparte, la veo saludable y contenta a pesar de lo mucho que viajas, ella sabe cuidarse sola, además trataré de venir a verla más seguido si es que no puedo convencerla de que regrese a Tokio.

—Eso me alegra, sigues cuidando a tu hermanita, tal vez no como antes, pero se entiende.

—¿Qué?

—Digo...que ella ya no es una pequeñita, por eso ya no la cuidas como antes —dijo Fujitaka nervioso.

—Si, creo que si.

—¡Ahh no puede ser! Ya se me hizo tarde otra vez —gritó Sakura mientras bajaba las escaleras.

—Pensé que estabas de vacaciones hija.

—No hasta la otra semana, tengo que coordinar unas publicaciones y hoy vamos a entregarlas —dijo aterrorizada.

—No tienes de que preocuparte, te has esforzado mucho, seguro que lo logarás.

—Bueno ya me voy.

—Toma —dijo Touya lanzándole un recipiente—. Yo todavía tengo tiempo así que puedo volver a hacer mi almuerzo, no olvides comer monstro.

—No soy un monstro —dijo pisando a Touya para después salir corriendo hacia la calle.

Sakura había cambiado los patines por la bicicleta pero el día de hoy ya era bastante tarde así que decidió tomar el autobús, se instaló en un lugar e intento comenzar a leer un libro sin éxito, no lograba concentrarse. "Proponga una fecha...y le aseguro que nuestra boda se realizará pronto" eran las palabras que Sakura no podía sacarse de la cabeza.

"¿Por qué me siento así? Yo no debería pensar en eso siquiera, Li puede hacer con su vida lo que desee, yo tengo cosas importantes en cuales pensar como..." la expresión de la chica cambio, de pensativa a pesimista "como el castigo que me pondrán por llegar tarde, de nuevo"

Hacía años que había dejado de pensar en Syaoran como su "persona especial", después de que el regresara Hong Kong, solo unos meses continuaron enviando correos electrónicos, pero al final ella comenzó a concentrarse más en la Universidad y él en viajar, la relación de lejos se descompuso cuando ambos perdieron el interés, hasta la noche anterior donde Sakura se llevó la sorpresa de su vida, él estaba tremendamente alto, su cabello seguía siendo despeinado y aún más guapo que cuando era niño pero sus ojos eran bastante fríos, tal como los de aquella chica, con la que por cierto se iba a casar.

Los becarios del periódico local de Tomoeda se replegaban a las orillas para dejar pasa a Sakura, que parecía una locomotora fuera de control corriendo por los pasillos, hasta que su carrera fue bruscamente detenida por un par de manos que la tomaron por la cintura.

—Hermosa, no deberías correr de esa manera, podrías lastimar a alguien, o peor aún —dijo abrazándola fuertemente—, podrías lastimarte.

El repentino acercamiento de Seishirou hizo que Sakura se sonrojara y comenzará a patalear hasta que cayó al suelo.

—Auch, ¿eso dolió?

—N-no, estoy bien, y..yo...yo —dijo la chica muy nerviosa cuando recordó la razón por la que corría—. Llegaré tarde.

—Esta vez no, el jefe dijo que tuvo un problema y que debía retirarse, así que tenemos la mañana libre porque ya tengo todo listo para la entrega.

—¡Uff, que alivio! Pensé que esta vez si me despedirían —dijo mientras pensaba una imagen de sí misma parada afuera del edificio.

—Al menos esta vez te salvaste, aunque si yo fuera tu intentaría no llegar tarde mañana, ¿Qué tal si te suspenden las vacaciones?

—No ¿pero que...acaso me deseas eso? He trabajado muy duro, necesito descansar.

—Por supuesto que no, es solo una broma, ¿Qué te parece un café? Yo invito —dijo con una sonrisa de esas que la llevaban al paraíso.

—S-si eso estaría bien —tartamudeó Sakura sonrojándose de nuevo.

Caminaron hacia una cafetería que se encontraba a unas calles del edificio, ambos parecían muy cómodos, a pesar de lo buena que era su relación, Sakura nunca le había contado a Seishirou sobre su magia, por lo que cuando estaba entrenando o cuando tenía que trabajar no podían estar cerca, y por su parte Seishirou tenía dos empleos, normalmente el trabajo era el único lugar donde podían verse. Seishirou le había declarado su amor a Sakura miles de veces, pidiéndole matrimonio, pero cuando ella comenzaba a ponerse nerviosa, él decía que solo bromeaba, aún cuando su interés fuera más allá.

—¿Fresas?, te encantan ¿no?

—Si.

—Entonces serían ¿dos rebanadas de pastel de fresa, un cappuccino para la señorita y un expreso para usted joven? —preguntó una linda mesera.

—Si, por favor.

Card Captor Sakura "La antigua Profecía"Where stories live. Discover now