Fourteen Guns (Bill)

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We'll meet again

Don't know where, don't know when
But I know we'll meet again
Some sunny day

—¡Suéltame, lunático de tres lados!

Hago el acorde final de la canción con el piano, y logro ver que Stanford ya se ha descongelado. Intenta moverse más allá del sofá, pero está fuertemente encadenado. Arqueo mi ceja; esto será interesante.

—¿Dónde estoy? —pregunta. El terror con el que antes se había convertido en piedra vuelve a reflejarse en su mediocre rostro.

—En la suite del penthouse, la punta de la pirámide —hago aparecer dos copas con un extraño pero delicioso líquido violeta, y le acerco una mediante mis poderes —. Bebe algo, ponte cómodo.

Sigue forcejeando para escapar, lo cual me arranca una risa. Sabe con toda certeza que no puede, pero aún así lo intenta. Otra cosa humana que jamás voy a entender.

—¿Qué quieres de mí, Cipher?

Empiezo a volar, acercándome un poco a él.

—Verás, como habrás notado, he sufrido una transformación multidimensional —giro para que pueda ver que ya no soy un triángulo, sino una pirámide. Estoy muy satisfecho con mi nueva forma —. Controlo la Materia, el Espacio, y ahora que el Bebé ya no estorba, también el Tiempo.

»Pero no siempre fue así —señalo su pie, el que está encadenado a la pared —. ¿Crees que eso ajusta? Imagínate vivir en la Segunda Dimensión. Mentes planas en un mundo plano con sueños planos —mi ojo comienza a echar chispas mientras recuerdo el antiguo y penoso lugar al que solía llamar mi casa —. Yo liberé mi dimensión, Stanford, ¡y ahora vengo a liberar la tuya!

»Pero hay un obstáculo. Según noté, mi locura no es capaz de atravesar los confines mágicos del pueblo. Hay algo que me impide salir...

—¡Increíble! —exclama Sixer —. Gravity Falls y su ley natural del magnetismo sobre lo extraño. La estudié hace muchos años.

—¿Y encontraste la forma de romperla?

—Claro que sí, Cipher. ¿Por quién me tomas? Es una simple ecuación que rompe la barrera, ¡pero nunca te la diré!

Si no piensa decírmela, ¿para qué me cuenta que la descubrió? Este Sixer es extraño.

Creo una pantalla con mi magia para representar gráficamente todo lo que estoy por decir, sólo en caso de que Fordsie la necesite.

—Si me dices la ecuación, tu dimensión será libre. Todo será posible. Crearé un mundo divertido, una fiesta sin fin, sin restricciones ni reglas. Serías uno de nosotros, más poderoso y fuerte de lo que jamás imaginaste...

Puedo ver en sus ojos la ambición, ese pecado capital del que ustedes los humanos tanto hablan, el que vi en tu mirada, Pino, cuando mi falso yo te ofreció el reconocimiento que tanto deseas.

Tal vez no sea capaz de leer la mente de Sixer desde que se instaló esa placa de metal en la cabeza, pero puedo verlo. Puedo ver todo, maldición. Puedo​ darme cuenta de cuando sienten que han perdido el control, cuando sienten miedo, ansiedad, o furia. Cuando buscan huir de sus problemas, cuando sus mentes corrompen a sus almas, cuando les rompen el corazón...

Pero no puedo ver hasta dónde están dispuestos a luchar por lo que aman.

Porque soy un demonio. No conozco el amor, no creo en la amistad.

Hay muchas cosas que no entiendo de los humanos, sí, pero esa es la que corona la lista.

¿Qué es el amor?

—¡Estás loco si piensas que te ayudaré! —grita Stanford, interrumpiendo mis pensamientos.

Ya sé de quién heredaste tu voluntad de titanio. Se le veía la ambición en el rostro, no puede ser que se niegue.

Bah. Conseguiré sonsacárselo de todos modos.

—Estoy loco de todos modos, cerebrito. Pero no importa; echaré un vistazo a tu mente yo solo.

—Ya conoces las reglas, Cipher. Podrás acecharme en sueños, pero no entrarás a mi mente hasta que nos demos la mano —replica, con una sonrisa burlona.

Maldito. Lo había olvidado.

Lo ato con más cadenas hasta elevarlo en el aire, sosteniéndolo por las cuatro extremidades.

—Haces esto mucho más difícil de lo necesario —siseo mientras giro el líquido que queda en mi copa. Me acerco más a él —. Todos tenemos una debilidad, Sixer. Te haré hablar, sólo es cuestión de tiempo.

Me deleito al ver su cara de terror, incomparable con la que alguna vez habrá puesto en toda su vida.

Twenty-one Guns [Platonic BillDip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora