No estaba preparada.

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Cuando pasas por la primera decepción amorosa, te sientes invencible... Más fuerte que el mejor gladiador de la historia, te preparas para seguir adelante... cambias de look, conoces gente nueva y vuelves a sonreír, digamos que todo vuelve a la normalidad.

Faltaban sólo seis meses para acabar el colegio... y todo funcionaba de maravilla, mi preocupación principal era entrar a la universidad y forjarme como toda una gran profesional. Y fue ahí cuando caí por segunda vez, en las garras de Cupido. Y aunque supuestamente estaba preparada, no contaba con que el amor era más astuto que yo.

La poesía, la literatura y por supuesto la música, fueron los ingredientes perfectos para volver a ilusionarme, sonreír porque si y porque no. Es vivir un amor diferente, quizás un poco más maduro, más experimentado... 8 años de diferencia entre él y yo, era el punto de partida.
Y aunque estuvimos a millones de kilómetros por un tiempo, no impidió que siguiéramos juntos y forjáramos una verdadera historia de amor.
Y es que una cree que lo que pasa en las novelas, sólo pasa ahí... en las novelas. A veces no nos creemos el cuento de ser las protagonistas de nuestra propia historia, nuestra vida o la de alguien más. Recuerdo que adelantó su viaje para llegar a tiempo a mi graduación del colegio, ayudarme a preparar todo para mi vida universitaria, y yo era la mujer más feliz del mundo.

Fue una relación distinta, los planes de enamorados cambiaron completamente... Predominaba más el conocer la vida y los gustos del otro, ser partícipe de su historia... de nuestros sueños. Este segundo amor, fue el que presenté delante de toda mi familia... el que fue de paseo conmigo y el primero que tuvo permiso para llevarme muy tarde a mi casa.
Me encantaba su personalidad, su forma de ver la vida, lo inteligente que era y lo distinto de mí. Sí, eso fue lo que más me llamo la atención.

En la cocina nos entendíamos bastante bien, fue un foco de atención que nos ayudaba a unirnos más. Era el sueño cumplido de toda chica de colegio... tener un novio universitario. Por supuesto que él iba bastante adelantado en sus estudios, eso lo hacía más i... más interesante.

Hubo un momento que quizás hoy en día aún no entienda, pero algo en nosotros dos... se fracturó. Y no hubo como arreglar esa grieta, ese hueco... ese error. Él... el príncipe azul soñado, se había montado en su bello corcel y se marchaba de mí, de mi vida... de mi alma.

Sentí que se llevaba mi corazón en sus bolsillos, mis ilusiones en su afán y mi amor por sus dedos. Sólo me conformaba con llorar, encerrarme en mi cuarto a escuchar música y plantearme miles de preguntas, todas... sin respuesta alguna. Y sentí de nuevo ese dolor desesperante que traspasaba mi esencia, mi cuerpo... mis ojos. No encontraba consuelo y el tiempo; al principio, sólo me hacía mucho más daño. Yo sólo quería ser parte de su vida, así fuera a medias, en sueños o en recuerdos... Pero aún quería seguir sintiéndome suya, completamente suya, sin desear a nadie más... sin soñar con alguien, sin pretender estar con otro chico. Yo sólo lo quería a él, a pesar del daño causado.

Y tuve que poner el corazón en cuidados intensivos para su recuperación, la misma que duró alrededor de un año, dicen que de amor nadie se muere... pero los recuerdos si ayudaban un poco a eso. Quise guardarle luto a uno de los amores más preciados de mi vida, el que fue catapulta en mi vida y me demostró que sin importar las consecuencias, vale la pena arriesgarse por amor, darlo todo y entregarse sin medidas a la persona amada.

Hoy en día no puedo vitar sonreír cuando lo pienso, quizás algún día lo tenga de frente y pueda agradecerle por todo, si... también por el daño. Aprendí a ser fuerte y a saber cuánto valor tengo como mujer. Fue dueño de mis sonrisas más inocentes, de mis miradas más coquetas, de mis besos tímidos y mis pequeños sueños de adolescente. Aprendí que la música corre por mis venas, que tengo alma de señora y cara de niña. Que sin importar cuantas veces lleguemos al suelo en mil pedacitos, siempre vale la pena apostarle al amor, más no a las ganas.
Gracias a él, hoy mi corazón es fuerte y no le da miedo mantenerse en pie sin importar la guerra que este librando, y aunque no sea posible... todos los días tenemos una batalla que ganar.

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⏰ Last updated: Mar 02, 2017 ⏰

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¿Con I? de IsabellaWhere stories live. Discover now