01. El incidente.

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{N/A: Os dejo un gif al lado de cómo me imagino a Tyler, interpretado por Robert Seehan. Amo a ese chico.}

El teléfono móvil tendido sobre el colchón de mi cama emitió un leve sonido, indicando la llegada de un nuevo mensaje; tal vez, con el mismo emisor de hace unos minutos. Caminé hasta él, peinando mi cabello. Tomé el aparato entre mis manos, mientras comprobaba el mensaje recibido.

En cuestión de minutos estaré en tu casa. ¿Lista para vivir la pura euforia? xx”

Tyler. Reí ante su ocurrente frase. Quién diría que el mismo Tyler Thompson que conocí hace tres años me invitaría a ir una extraña fiesta a las afueras de la ciudad. Llevaba semanas insistiendo en ir a aquel lugar, y aunque yo me negué repetidas veces, acabé cediendo, como siempre hacía; tendría que aprender a ser menos flexible con mis decisiones y saber decir no. Pero Tyler era un gran amigo, quizá en el que más había confiado a lo largo de mi adolescencia, y le debía muchos favores, por lo que eso también influyó en mi respuesta.

Dejé caer el móvil a su anterior posición, mientras me dirigía hacía el armario, tomando de éste unos simples vaqueros ajustados, un jersey de un tono rosa pálido y una fina chaqueta Levi's. Jamás había sido una chica muy preocupada en lucir bien ante otras miradas, por lo que no me suelo esmerar a la hora de seleccionar mis atuendos, añadiendo que tampoco suelo frecuentar fiestas y entre mi vestimenta, no había rastro de un vestido decente para esas ocasiones.

Una vez coloqué las prendas sobre mi cuerpo, tomé mi bolso, guardando en él lo necesario y rocié un poco de perfume alrededor de mi cuello.

Bajé silenciosamente las escaleras, cuidando de no hacer ruido al presionar con mis pies la madera del suelo y no tropezar con cualquier adorno de por medio. Tanto mi padre como mi madre descansaban en su dormitorio, y aunque ellos me brindaban cierta libertad, estaba más que segura de que la idea de que yo asista a una fiesta a altas horas de la madrugada no les agradaría lo suficiente como para permitirme salir de casa, ni siquiera con la compañía de Tyler.

Tomé las llaves que colgaban de un pequeño llavero, y lentamente, las introduje dentro de la cerradura de la puerta. Moví mi muñeca de forma lenta, atenta de hacer el menor bullicio posible. Después de unos dos minutos, el cerrojo de la puerta fue retirado. Giré el pomo con cautela, y en varios pasos, me hallé en el exterior.

El rojo y deteriorado Audi de Tyler esperaba en la acera de en frente. Bajé trotando las escaleras del porche, hasta llegar al cruce. Giré mi cabeza hacía derecha e izquierda, comprobando que ningún coche pasaba por la carretera, aunque era de esperar que en un vecindario como éste, no haya vida a partir de la media noche. Era tan tranquilo como sus habitantes.

Tyler movía y agitaba su cabeza de un lado a otro, con sus ojos entrecerrados, verbalizando algo con sus labios. Golpeé con los nudillos contra el cristal de la ventanilla. Él frenó su loco movimiento de cabeza, emitiendo una sonrisa de lado sobre sus labios a la misma vez que retiraba el seguro de la puerta del copiloto. Me introduje dentro del auto, con mis oídos siendo partícipes de los Rolling Stone sonando a través de la radio.

—Te veías tan sumamente rídiculo. —Dije riendo, mientras pasaba el cinturón de seguridad sobre mi torso.

I can't get no, satisfaction. I can't get no, satisfaction.'Cause I try and I try and I try and I try... —Canturreó, mientras ponía en marcha el motor, dirigiéndome una veloz mirada traviesa a través de sus gafas.

                                                                      * * *

Con mi rostro apoyado en la ventanilla, mis párpados se entrecerraban cada vez más, obligándome a removerme sobre mi asiento. El sueño se apoderaba de mí mediante avanzábamos a través de la oscura carretera. Me maldecí interiormente; ahora mismo deseaba estar en casa y poder dormir plácidamente. Mis púpilas ya estaban exhaustas y comenzaron a cerrarse sin yo oponer resistencia, mas un inesperado toque sobre la tela que cubría de mi brazo hizo que me irguiera de súpeto, llevando mis manos a mi rostro.

—Holly, hemos llegado.

Parpadeé continuas veces, tornando mi vista más nítida, pero las intermitentes luces escarlata me cegaban totalmente.

—¿Dónde narices me has traído, Tyler? —Gruñí, mientras movía mis pupilas de un lado otro, observando la escena ante mis ojos. La pesada música se escuchaba a la lejanía, algo como rock. Tanto como adolecentes y jovenes se movían bruscamente al compás de la música. Un cutre escenario se alzaba ante ellos, con un grupo de personas tocando en él. Bajo mis expectativas, esta no era la fiesta que yo esperaba.

—¿Es que no lo ves, Holly? La fiesta que te dije que se celebraría a las afueras. Esto es lo que tú y yo necesitamos. ¿No estás cansada de siempre la misma y monótona rutina? ¿No te gustaría probar algo nuevo? Ahí lo tienes. —Habló con cierto entusiasmo mezclado con fastidio en su voz, moviendo su cabeza hacía en frente, dónde se hallaban una gran cantidad de personas removiéndose frenéticamente, con bebidas en mano.

Negué con mi cabeza, sorprendida ante las palabras de Tyler. Tenía razón, mas no era esto lo que haría para salir de mi rutina. Jamás, ni loca, me hubiese arrastrado hasta semejante lugar.

—Vamos. —Mandó Tyler, mientras abría mi puerta y extendía su mano. Dudosa de mi siguiente acto, entrelacé sus dedos entre los míos. Con una horrorosa sensanción en el interior de mi estómago; algo me decía que me arrepentiría de mi cometido.

Nada más colocar un pie fuera del coche, el repugnante olor a sustancias narcóticas se apoderaron de mis fosas nasales. Era tan intenso, que mi escasa costumbre a semejante hedor me dificultaba respirar correctamente. Con mi antebrazo, cubrí tanto mi boca como mi nariz, mirando de soslayo a Tyler, quién caminaba como si fuera inmune a todo aquello que nos rodeaba, mientras sonreía orgulloso. Enarqué mis cejas, estupefacta.

Continuamos caminando, adentrándonos al alborotado círculo de jovenes danzantes. El olor se intensificaba cada vez más, y mis ojos ardían. Un par de chicos con su torso desnudo, interrumpieron nuestro avance, pasando por delante nuestro gritando cosas inentendibles. Este sitio cada vez me espantaba más y mis ganas por salir huyendo se incrementaban.

Tyler tironeó de mí, dirigiéndonos hacía una improvisada barra.

—¿Qué te apetece? Yo invito. —Gritó cerca de mi oreja, ya que el alto volumen de la música no permitía una buena comunicación entre ambos. Negué con mi cabeza, en un no rotundo. Mi última y lejana experiencia con el alcohol no fue de las mejores, y siendo consciente de dónde me hallaba, no cometería la insensata acción de tomar ni una sola gota del rojizo líquido que la mano de Tyler me brindaba.

—No insistas, ni loca tomaré de eso. ¿Tienes la menor idea de dónde nos has traído? Esto es un lugar repleto de drogadictos, borrachos y sexo desenfrenado. —Repliqué, arrugando mi nariz en señal de asco, mientras observaba todo mi alrededor.

—No seas cobarde, Holly, no te ocurrirá nada, es sólo alcohol. —Dijo después de tomar su bebida de un sólo trago, aún sosteniendo el otro vaso en su mano.

Un bufido cansado se escapó de mis labios, realmente me estaba agobiando. Incluso cuando llegué a pensar que la situación no podía empeorar, un frío líquido se virtió sobre todo mi pecho, empapando la delicada tela de mi jersey. Abrí mis ojos de par en par, bajándolos hacía el lugar receptor de aquel estropicio; una enorme mancha roja se había formado sobre éste. Levanté mi abrasadora vista hacía Tyler, quien tenía su boca entreabierta. Pero no sólo él se encontraba de pie frente a mí, sino que un alto chico de cabello rizado me observaba con su ceño fruncido.

—¿Es que acaso no ves por dónde vas, estúpido? —Grité exhasperada, suponiendo que él había sido uno de los causantes, por lo que en vez de tomarla con Tyler, lo hice con él, a pesar de que me ganara en altura y obviamente, en fuerza.

Con su entrecejo aún arrugado, pasó por uno de mis costados, golpeando mi hombro en un leve empujón, con su rizado cabello moviéndose rápidamente entre la multitud.

Dark Horse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora