02. Sin nombre.

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Comencé a gritar entre el alto volumen de la música, intentando traer de vuelta su atención, sin embargo, él continuaba alejándose cada vez a más velocidad. Yo sólo quería una disculpa, me merecía una mísera disculpa por aquello que él acababa de cometer; o de eso trataba convencerme mi subconsciente. Suspiré frustrada, iniciando un apresurado movimiento de pies entre las personas que bailaban con una desenfrenada lujuria corriendo por sus venas. Varios empujones por mi parte fueron emitidos a través del recorrido, no perdiendo de vista aquellos rizos que rebotaban sobre las danzantes cabezas. Y justo cuando comencé a acelerar mi paso, dos manos me tomaron del brazo, obligándome a detener mi apresurado desplazamiento. Giré mi cuello bruscamente, enfocando a Tyler con un gesto preocupado.

Tironeé varias veces de mi abrazo, alzando mi cabeza, manteniendo dentro de mi campo de visión al rizado, el cual poco a poco iba esparciéndose.

—¿A dónde vas, Holly?

—¡En busca de una disculpa! —contesté como si fuera obvio. Él enarcó una de sus cejas, confuso—. De no haber sido por tu maldita insistencia no lo estaría haciendo. Vamos, Tyler, suéltame.

Tyler negó con su cabeza, pasando una de sus manos por su rostro, en muestra de fastidio, mientras se acercaba cada vez más a mí. El volumen de la música continuaba dominando el alocado ambiente y a pesar de que nuestros oídos parecían haberse acostumbrado a ello, nos era imposible poder comunicarnos.

—¡No digas estúpideces, Holly! ¿Quieres una disculpa? Bueno, lo siento; siento haber manchado tu jersey. ¿Satisfecha? Venga, ahora volvamos a la barra.

Ignoré sus palabras; no eran aquellas las que quería oír.

Continueé tironeando de mi brazo, hasta que al fin logré deshacerme de su agarre y dar comienzo a un rápido y acompasado movimiento de piernas, alejándome del inmóvil cuerpo de Tyler, quién me observaba desde la lejanía, con un gesto molesto en su rostro; tal vez estaba siendo demasiado impulsiva y testaruda... Mas mis pensamientos hacían caso omiso a mis reflexiones, dejándose llevar por la indignación de haber sido humillada por un completo desconocido. Tanto mi tímidez como mi tolerancia solían hacer frente a mi fuerza de voluntad al querer actuar ante alguien, por lo que pensé que quizá el ambiente estaba influyendo en mi carácter.

Tras varios minutos desplazándome torpemente entre la desenfrenada muchedumbre, moviendo mis pupilas por todo lugar, decidí frenar mi agitado movimiento. Dado a mi mala costumbre respecto al ejercicio físico, sentía como mis pulmones golpeaban contra mi pecho queriendo salir al exterior de cualquier manera e infectarse del espeso aire repleto de tóxicas sustancias. Apoyé mis manos sobre mis rodillas, flexionando mi torso hacía abajo, visualizando la sólida superficie y varios pies removiéndose. Hasta yo misma me sorprendía por mi poca capacidad por permanecer un corto intervalo de tiempo activa.

 Por mis oídos continuaban colándose las pesadas ondas sonoras elevadas en decibelios, que de un momento a otro, fueron cesadas. Lentamente, alcé mi fruncido rostro, totalmente desconcertada ante el repentino suceso. Observé hacía todo mi alrededor, y el frenético movimiento de la gente, también se había detenido. De pronto, el sonido de unas sirenas acercándose hicieron que pudiera comprender lo que ocurría, haciendo que mis nervios se alteraran, inquiétandome por no saber cómo actuar en semejante situación. Mi alrededor se desplazaba de forma desordenada; algunos buscando un lugar dónde ocultarse y evitar a los próximos agentes de policía y otros simplemente tomando su coche u moto, esfumándose tan velozmente que sólo dejaban el rastro de las llantas.

Maldecí en voz baja, percatándome de que tanto Tyler como yo nos hallábamos lejos el uno del otro, y que gracias el alboroto que se estaba formando, me era imposible lograr encontrar a Tyler a tiempo, antes de que aquellos coches de policía alcanzaran el recinto dónde se celebraba la aislada y para mí, extraña fiesta, ya que jamás había visto algo como eso y además, mis ideales de un “fiesta” eran muy diferentes a lo que en aquellos momento estaba viviendo. Por lo que yo tenía entendido, la policía actua ante actos ilegales y no en fiestas.

Dark Horse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora