Feliz Por Haber Amado.

Capítulo #18: "Campamento...". 2da Parte.

“Declaraciones de amor”.

-¿Ya todos están listos? -preguntó la profesora Lydia con una lista en su mano. -Si es así, ya podemos seguir -Le indicó al chofer que entendiera el transporte y acto seguido todo comenzó a temblar por el motor. Lydia llegó hasta nosotros y quitó todas nuestras cosas del asiento vacío y se sentó allí.

-Bien -le hablé a Teo -Creo que a partir de ahora nos vamos a divertir y disfrutar juntos -él sonrió maliciosamente, no entendí que quiso decirme con esa expresión.

Me puse los audífonos y comencé a escuchar una playlist que yo mismo creé con mis mejores canciones. Como yo iba al lado de la ventana, me puse a mirar el bello paisaje, las montañas y el campo, pasamos por unos cerros, luego comenzó a llover y pasamos por un lugar lleno de niebla, mis ojos no aguantaron mucho y los cerré por el cansancio. Sentí como Teo me guiaba hasta sus piernas para tener más comodidad y sin poder aguantar más, me dormí.

-Estudiantes, haremos una parada para que puedan descansar y para que vayan hacer sus necesidades -habló la profesora. Yo me levanté de donde estaba, bajé del transporte y llegué donde estaban los otros.

-Que asquerosamente gays se vieron tú y Josué -habló Andrea.

-¿Perdón? -dije sin entender.

-Tú te dormiste en las piernas de Josué, parecía que le estabas haciendo un oral -habló Andrea con asco.

-¿Y por qué tanto odio por las personas gays? -le pregunté con molestia.

-No deberían existir, son una basura ¿Cómo pueden tener relaciones con una persona del mismo sexo? -Sino fuera porque aprecio a mi amiga hace rato le hubiera quemado el cabello de barbie.

-¡Eh! No insultes a la comunidad LGBT muchachita -habló enojada nuestra profesora de química. -Una persona que no aprecia a las personas como son, no importa sus gustos, sus diferencias sexuales o su orientación sexual, una persona que no tolera el romance entre chicos o chicas es una basura más para la sociedad -se explicó Lydia.

-¿Y por qué me vienes diciendo esto? ¿Acaso eres lesbiana? -indagó Andrea con una sonrisa burlezca.

-Cada vez que hablas me dan ganas de pegarte una cachetada, tengo un hijo que es homosexual y lo amo no porque sea parte de la LGBT sino porque es mi hijo, una mujer de pacotilla como tu nunca entenderá lo que digo porque lo que te hace falta en esa cabeza es madurez y entendimiento -

-P-pero... Tú no me puedes decir que tengo que hacer, no eres mi madre.

-No, no soy tu madre -Lydia me miró con una sonrisa. Otra expresión que no entiendo. Y volvió a hablarle a mi amiga. -¿Sabes una cosa? -se puso un dedo en los labios -Las mujeres como tú que atacan con insultos a la comunidad LGBT son mujeres que terminan siendo lesbianas o ya son lesbianas que están el closet porque no se aceptan así mismas, creo que tú deberías pensar con mejores criterios antes de insultar al aire cosas que ni tú entiendes -Andrea me miró y luego bajo la cabeza con vergüenza. Es admirable tener a un profesor que te entienda e intente proteger por el desprecio hacia esas personas que no entienden lo grandiosos que somos.

Caminamos de vuelta hacia el transporte y al entrar hubo completo silencio, las personas que no paraban de hablar en el transcurso ahora están calladas mirándonos de una forma que no puedo describir. ¿Molestia, respeto o... admiración? Andrea había cambiado de transporte con una chica con lentes gruesos y cabello como el chocolate, era bajita y delgada. Teo, Noah, Joshua y yo comenzamos a jugar con una baraja de naipes. La chica nueva, la cual se llama Melissa también participó con nosotros. Todo comenzó de forma divertida hasta que llegó Melissa y dijo que apostáramos, tanto con dinero que con objetos materiales, Noah fue el único que apostó con su cuerpo.