capitulo tres. Me confunde... pero creo que me encanta.

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Aquella marco un número en su celular. _ ¿Eloise estás en tu casa?.... Espérame ahí.

Rato más tarde una mujer abrió la puerta, la misma estaba en ropa interior esperándola. Era rubia, ojos azules, rostro sumamente hermoso, cuerpo esbelto, más baja que la señorita Orwell.

_ Mia...

Dijo tras mirarla, está la tomo de su cintura y frunciendo el ceño, molesta la beso, se quitó su abrigo, lo tiro al suelo, comenzó acorralarla contra todas las paredes de aquel apartamento, y acariciando su cuerpo llegaron a la habitación. Luego quito su sujetador, el cuerpo de Eloise quedo apoyado contra el de Mia, quien la lanzo en la cama, poniéndose encima de esta y besando desde sus labios hasta sus pies.

El día transcurrió Emma miro a Liza. _ ¿No te iras aun?

_ No, no te preocupes, me quedare terminando estos informes.

_ ¿Estas segura?

_ SI, lo estoy.

_ ¿Por qué no te los llevas a tu casa?

_ Porque allá no poder trabajar, están mi hermana y mi amiga, además hoy llegue tarde y pues eso no le agrado a la señorita Orwell.

_ Si, detesta que lleguen tarde a las reuniones.

_ Lo se...

Mark se acercaba. _ Liza ¿Quieres que te lleve?

_ No, no será necesario, tengo trabajo que hacer aun.

_ Te espero...

_ No Mark, de verdad, tardare más de una hora quizás... asique....

_ ¿No quieres que espere por ti?

_ No, prefiero estar sola, no te lo tomes a mal.

_ Está bien, como tu prefieras Liza.

Aquellos se fueron, los minutos pasaron, hasta que la señorita Orwell estaciono su auto afuera de su hotel.

Tras bajar del mismo y levantar la vista, vio a Mark de pie, fumando un cigarrillo. Esta se acercó y agrego. _ ¿Estas esperando a Liza?

_ SI... lo estoy haciendo.

Aquella lo miraba seria. _ ¿Sabías que puedo demandarte por fumar en la vereda?

Mark frunció el ceño. _ Ah... Yo no sabía que...

_ Ahora lo sabes.... Otra cosa, puedes irte, Liza se ira conmigo esta noche.

Mark. _ Pero yo quise esperarla...

_ Mark ¿Tu entendiste la parte de la demanda verdad?

_ Está bien, me iré.

Aquel apago el cigarrillo y se subió al auto, Mia subía las escaleras.

Minutos después aquella subió, Liza se había quedado dormida frente a la computadora. Orwell no pudo evitar quedarse mirándola, aquella acaricio con la punta de sus dedos sus mejillas. _ Liza... ¿Qué estás haciéndome?

Agrego susurrando, la joven abrió sus ojos y la observo. _ Lo siento... yo...

Aquella sostenía su cabeza. _ Me quede dormida, discúlpeme señorita Orwell.

Mia la observaba con brillo en los ojos. _ No pasa nada, no importa. Vamos, te llevare a tu casa.

Liza. _ No, no es necesario yo me iré en un taxi.

_ ¿En un taxi como ayer?

_ Ah... al final Mark fue quien me llevo...

Mia levanto sus cejas. _ Si, lo sabía, los oí hablando con Emma hoy, antes de que llegaras, yo creí que quizás habías pasado la noche con...

Hoteles OrwellWhere stories live. Discover now