Flash Back. Nace un Amor, nacen dos Héroes. Parte 1

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Flash Back. Nace un amor, Nacen dos héroes. Parte 1

-x- Hace aproximadamente seis años -x-

— ¿Está seguro de esto, Maestro? —preguntó el pequeño Kwami verde que se asentaba en su hombro, a la sombra de su capucha.

—Sí Wayzz. Aquí está él y nosotros debemos... —el bajito anciano de apariencia china que usaba una camisa roja hawaiana se interrumpió a si mismo al escuchar el pequeño llanto de un niño.

Tanto portador como kwami desviaron sus ojos a la derecha, en el parque por donde caminaban habían varias personas paseando, pero les llamó la atención un pequeño niño de piel dorada, ojos color vino y extravagante cabellera tricolor: negro con puntas rojizas y un raro flequillo rubio cuyos mechones parecían no tener en claro hacia dónde dirigirse.

El pequeño estaba sentado en el césped, tratando de contener su llanto mientras miraba su rodilla lastimada. Junto a él había una chica no mucho mayor, tenía la piel trigueña, largo pelo negro, lizo y ojos color chocolate, traía el típico uniforme de secundaria, aunque un poco desarreglado.

—Ven, mi niño —la chica tomó en brazos al tricolor que, bien-visto, usaba unos patines, y lo llevó a sentarse sobre el borde de la fuente de aquel parque —todo está bien —sacó un pañuelo del bolsillo de su falda azul oscura y la humedeció un poco para luego pasarla sobre el pequeño raspón en la rodilla del menor, que usaba unos short azules hasta antes de las rodillas y una playera color hueso.

—Lo siento —murmuró el tricolor, entre pequeños hipidos.

— ¿Por qué te disculpas, Atemu? —le dijo suavemente la fémina, con una pequeña sonrisa.

—Porque... Me dijiste que no te soltara la mano... Pero lo hice y me caí —aclaró el pequeño sin mirarla.

—Está bien, estas cosas pasan —tomó otro pañuelo del pequeño morral a sus espaldas y con este vendó la rodilla —recuerda siempre que tropezar es normal y que lo que importa es saber levantarse y seguir intentando —la pelinegra le dio un toque en la nariz con un dedo antes de depositar un beso sobre la tela en su rodilla — ¿Quieres ir a casa o seguir practicando?

El niño la miró dudoso con sus vivaces ojos color vino, aunque pronto se mostró decidido —quiero seguir, nee-chan.

El anciano chino llamado Fu, que se había quedado observando tan tierna escena, sonrió enternecido; en verdad tenía cierta debilidad por los niños. De repente, una ligera vibración en su espalda lo sorprendió, abrió la mochila tejida que cargaba en su espalda y notó un destello verdoso saliendo de la caja que había allí — ¿Plagg? —murmuró algo sorprendido.

Cerró de nuevo la mochila y fue acercándose lentamente a los niños que había estado observando cuando un nuevo llanto infantil llamó tanto su atención como la de ellos.

Al otro lado de la fuente había un niño más pequeño que el tricolor con sus grandes ojitos verdes inundados en lágrimas que miraba en todas direcciones mientras lloraba. La pelinegra pensó que no debía ser más de dos años menor que Atemu y sintió un pinchazo en su corazón al verlo en tal estado, tenía una inusual cabellera blanca que le daban ganas de acariciar.

—Vamos a ver —Atemu suspiró al ver que su hermana tiraba de su mano hacia el niño que lloraba, así era su hermana mayor, aunque no podía quejarse, a él tampoco le gustaba ver a ese pequeño llorar tan desolado.

Fu se acercó otro poco.

—Hola —la pelinegra se inclinó un poco frente al niño albino dándole una sonrisa amable para tratar de calmarlo. El pequeño, asustado, retrocedió dos pasos —no tengas miedo pequeño, mi nombre es Dany y este es mi hermano.

Miraculous -Las aventuras de Lynx Noir y Rusé FoxWhere stories live. Discover now