De perdidos al río

2.7K 300 316
                                    







No hubo chispas, ni sonrisas de reencuentros, ni tampoco lágrimas o enfados, ni siquiera confusión. Eran desconocidos que una vez fueron algo más, eran dos cartas de una misma baraja que, por casualidades del destino, al barajarlas bien, se había vuelto a encontrar después de mucho tiempo.

Lo odiaba, le echaba de menos, se sentía sólo.

Tenía grabado a fuego en sus memorias cada mirada o gesto, cada sonrisa (aunque fuesen muchas); también las discusiones que acababan en risas o competiciones absurdas. Él recordaba muchas cosas sin sentido, que no deberían importarle, pero ahí estaban, tocando la puerta hacia un corazón hecho de piedra que a veces se volvía de mimbre.

Seguía igual que siempre, tan estúpidamente bajito, tan sonriente como de costumbre. El mismo pelo, los mismos ojos hechos de fuego y miel, la misma voz irritante: no, Hinata Shoyo no había cambiado en nada; aunque tenía que reconocer que había crecido algo y ya no estaba tan delgado.

Kageyama se deshizo de sus pensamientos al encontrar halagos entre ellos, no entendía bien como a pesar del tiempo sin verse, de lo ocurrido y las ausencias, seguía significando tanto para él. Quizás, sólo quizás, fuese porque nunca nadie había llegado a importarle tanto, y esas cosas no se olvidan fácilmente.

Se había ido y había vuelto, para quedarse. Su amigo jamás entendió por qué se fue, quizás porque nunca se le dieron bien las palabras y mucho menos mostrar sus sentimientos, quizás porque había sido demasiado egoísta como para buscar excusas; el caso es que huyó y no volvió hasta ahora, lleno de heridas sin cicatrizar, más alejado de un mundo cálido, de un sol que lo calentara.

Acercarse a ellos no era una opción.

-Así que, tú eres Kageyama Tobio. –Un chico rubio, alto y con sonrisa ladina se acercó a él. –Soy Haku Toori, seré a quien mandes tus pelotas.

Levántala para mí, Kageyama. Yo siempre la golpearé.

-Quién ha dicho que vayas a ser el rematador. -Le contestó, con malhumor, sin ganas. -Dudo mucho que llegues a mis tiros.

-Soy alto, siempre lo hago. -Era tan arrogante como Oikawa, es más, juraría que tenían la misma sonrisa. -Seamos amigo, Tobio.

Se dio la vuelta, si no iba a entrenar, prefería irse a su habitación. -No me interesas.

-Vaya, veo que los rumores de que el Rey ha vuelto, son ciertos, aunque dicen que ya no eres tan rígido. -Gritó, lo suficiente como para que el resto los escuchase.

Allí estaba, siendo observados por todos, menos por el más importante. -Si soy el Rey, Haku, olvídate de recibir nada de mí.

Definitivamente no tenía nada que hacer allí.

Definitivamente no tenía nada que hacer allí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Si te caes siete veces, levántate ocho.

Era fuerte y decidido, era duro y resistente: la vida lo había hecho así, bajo sus circunstancias rendirse no era una opción, por mucho que le doliese. Hinata veía el vaso medio lleno, encontraba soluciones donde no las había, y sino ignoraba los problemas.

Pases en el aire - [KageHina]Where stories live. Discover now