capitulo 23

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Gracias a dios se detiene al escucharme, pero no dice nada y eso me irrita. ¿Porque esta así? Es solo un maldito juego, parece un niño pequeño.

—Tu, ¡Tu estas loco! — le grito.

Llevo mis manos a mi cabeza exasperada y cierro los ojos unos segundos.

—Si, si que lo estoy — me grita —Estoy loco por ti, maldita sea, desde el primer día que te vi me tienes loco.

El corazón se me quiere salir por la boca al escuchar sus palabras. Me está gritando que le gusto desde el primer día que me conoció y nose si alegrarme por eso o enojarme por el echo de que me esta gritando. Me mira neutro como si lo que acaba de decir fuera de lo más normal del mundo y nose si creerle.

—¿Que? — es lo único que consigo decir.

—Que me gustas Camila — me repite pasándose la mano por el pelo.

Quiero gritarle yo también que el me gusta, pero el echo de pensar que es una broma de mal gusto no me lo permite. De pronto empieza a caminar hacía mi y me tenso de inmediato cogiendo el peluche más fuerte, estoy demasiado nerviosa y nose porque. El se da cuenta y me lo arrebata de las manos fácilmente, lo mira con recelo unos segundos y luego me lo tiende para que lo coja, pero yo aún sigo impactada con su declaración y apenas puedo moverme.

—¿No vas a decir nada? — pregunta al ver que no reacciono.

Suspiro liberando todo el oxígeno que tenía en los pulmones desde hace varios segundos y pestañeo para comprobar que no es un sueño ni un producto de mi cabeza.

—tyler yo... — lo miro a los ojos y le brillan, quiero decírselo, pero el recuerdo de mi prima viene a mi mente como una bomba en mi pequeña cabeza.

No puedo, no cuando se que esta con Nadia, ella es de las últimas personas a las que me atrevería a hacer daño. Ladea la cabeza esperando mi respuesta.

—Necesito que me lleves ya a casa — suelto y sus ojos pierden cualquier tipo de esperanza en mi.

Le quito el peluche de las manos con suavidad y camino hasta la puerta del copiloto sin decir nada más, me meto dentro con torpeza y cierro la puerta. Por el retrovisor puedo ver que se queda unos segundos en su sitio sin moverse pero al final camina hasta el coche y se mete en el.

Siento un vacío en el pecho demasiado grande y nose como sentirme al respecto, ya había vivido todos estos meses sin que el fuera nada más que el novio de mi prima y ahora... ¿porque me siento así? Nada a cambiado ni va a cambiar entre nosotros.

El camino de vuelta a casa se hace demasiado largo cuando la radio decide no funcionar y un incomodo silencio nos acompaña en la carretera. Cuando por fin llegamos ya es muy tarde y no hay nadie en la calle, ni si quiera las luces de mi casa están encendidas. Salgo del coche lo más rápido que puedo antes de que tyler pueda darse la vuelta hasta mi puerta, pero es imposible. Este chico parece que vuela. Intento apartarme pero me bloquea el paso con su cuerpo, esta demasiado cerca de mi y debería levantar la cabeza para mirarlo a la cara pero no me atrevo.

—¿Que te pasa? — me pregunta y se que esta frunciendo el ceño.

—Nada — niego con la cabeza, pero se me da fatal mentirle a este chico tatuado y egocéntrico.

Con su mano hace que levante la cabeza y lo mire, sus ojos cafés se ven negros en la oscuridad, pero se que no me mira con su peculiar alegría como hace unas horas. Antes de que todo pasara.

—¿Es porque te dije que me gustas? — cuestiona con una sonrisa tímida.


Nose que decir, me duelen los ojos ante su mirada intensa, pero no quiero parpadear, se que si lo hago apartare la mirada como la cobarde que soy. Hace unos días apenas nos hablábamos, o almenos yo intentaba no hacerlo y ahora estábamos en esta situación.

—No, tyler yo... — tartamudeo.

Esta siendo muy difícil ocultarle mis sentimientos, pero se que debo hacerlo. Es necesario para mi y para el.

—Nose que decirte... tu a mi... — se pasa una mano por el pelo aún con un poco de esperanza en sus ojos y eso hace que empieze a arrepentirme de lo que estoy a punto de decir —Tu a mi no tyler. Siento un vacío demasiado enorme y soy incapaz de mirarlo a los ojos así que desvío la mirada. Todo este tiempo había intentado convencerme a mi misma de que no sentía nada por el, pero a día de hoy no hay resultados. Si, lo quiero, como nunca había querido a nadie, este chico idiota, egocéntrico, tatuado y tremendamente sexy, se ha metido debajo de mi piel sin mi consentimiento y aunque intente luchar para sacarlo de mi cabeza, me es imposible.


—Pequeña no sabes mentir — me suelta de pronto.

Frunzo el ceño al mirarlo de nuevo, tiene una sonrisa enorme y parece divertido.

—Alison me lo ah contado todo.

Espera ¿que?

Intento analizar lo que me quiere decir, pero nose a que se refiere. Se apega a mi y me coge la cara con las dos manos. Su dulce acto hace que me tiemblen las piernas y se me erize la piel, aún sigo sin entender lo que quiere decirme, pero no me importa en estos momentos. No quiero que esto acabe, toda la noche estaba yendo de maravilla antes de su repentino ataque y quiero que vuelva a ser así, me gusta verlo sonreír y divertirse conmigo. Nunca lo había visto tan despreocupado como hoy.

—¿De que hablas? — consigo decir.

Me falta la respiración al tenerlo tan cerca, mi corazón late a mil. Se muerde el labio cuando suspiro y acerca su cara más a la mía, hasta el punto que nuestras narices se rozan, este chico me va a volver loca.

—¿Porque quieres que crea que no sientes nada por mi? — suelta de pronto y yo frunzo el ceño.

Lo aparto con las manos y me alejo unos centímetros de el.

¿Porque se lo ah contado Alison? En estos momentos quiero matarla. Me llevo una mano a la cabeza y rio histérica intentando ocultar que es verdad, aunque acaba siendo un gesto extraño y poco creible a mi parecer.⠀

—¿Eso es lo que te dijo Alison?¿Que me gustabas? — se que parezco una loca, pero no pienso admitir mis sentimientos por el.

Asiente y me mira con diversión. Se que no me está creyendo nada pero debo mantenerme firme. El es el novio de Nadia y no puedo engañar a mi prima. No me lo perdonaría jamas.

—Pues lamento decirte que te mintió.

Da un paso mas hacia mi, pero yo retrocedo. Esboza una sonrisa y mete sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

—Eres tan difícil — espeta y yo rio.

¿Estará de broma? Yo no soy para nada difícil, el es el difícil, con su ego y sus idioteces.

—No lo soy ¡Tu eres el difícil Miller! — exclamo señalandolo con el dedo acusador.

Es exasperante tener una conversación con este chico. Siempre acaba diciéndome cosas que al fin al cabo nunca entiendo, es como si hablará consigo mismo y no conmigo. Esboza una sonrisa egocéntrica como las que suele tener en su cara y me muero por ver otra vez esa sonrisa de felicidad y diversión que me mostraba hace unas horas. Pongo los ojos en blanco y empiezo a caminar hacía la puerta, no quiero que la noche acabe pero se que será difícil hablar con el por ahora.

enamorada de un idiotaWhere stories live. Discover now