Capituló único

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Era un día lluvioso en todo Yokohama. Al parecer todos estaban haciendo su rutina diaria, pero había una personita que al parecer no estaba haciendo lo que siempre hace... Sí, era Dazai Osamu, el ex-líder de la famosa Port Mafia y miembro de la famosa Agencia Armada de Detectives.

Se preguntarán: ¿Qué está haciendo?. Bueno, él está haciendo algo muy -pero MUY- inusual. ¿Qué? Está comprando flores. ¿Qué tipo de flores? Rosas, una hermosa combinación de rosas blancas y rojas. ¿Para quién? Para su amado y única persona a la cuál pudo llamar compañero y quién fué su inocente primer amor.

Sí, Nakahara Chūya.

¿Por qué después de tantos años de no verse, de repente va ir a verle? Mn, un gran misterio... bueno, no del todo.

Dejando de eso de lado, Dazai salió de aquella floreria y se dirigió al lugar donde se iba a encontrar con su amado. Cuando Dazai llegó a aquel lugar, se quedó pensando un rato, debatiendo en si entrar o no, y al final decidió a entrar, total, ¿qué perdía? Se dirigió a donde su amado le esperaba con paciencia.

Tomó las rosas y las dejó en la superficie plana que estaba frente a Chūya, no podía verle ni la cara y eso lo frustraba. Quería llorar y sentía que si hablaba, la voz se le iba a romper, pero no podía estar en paz si no se disculpaba, ya había evitado ese encuentro por mucho tiempo, no podía suspenderlo más, era hora de pedir perdón aunque eso cambiara nada.

—Chūya, yo de verdad lo siento, si tan sólo hubiera llegado a tiempo... —bajó la mirada— esto no hubiera pasado.

Unas pequeñas y rebeldes lágrimas adornaron las mejillas del rostro de Dazai. Le dolía. Le dolía la situación. Quería abrazar a Chūya pero no podía, y nunca más podría.

—Soy un idiota, el idiota más grande del mundo por no llegar a tiempo y detener tu Corrupción... —pausó por unos segundos y continuó hablando— Chūya, de verdad lo siento, esto es culpa mía, soy tan patético. —una sonrisa falsa se adornó en su rostro lleno de dolor— Ni siquiera pude confesarte mi amor.

Recordó cómo había pasado eso, todo fué tan repentino. Le dijeron que Chūya estaca en peligro, ¿y qué hizo él? ¡Lo ignoró pensando que era un trampa debido a los constantes ataques que habían recibido por parte de la mafia! Pensó que era una trampa... pero no fué así. Él se equivocó, no debió haber vacilado y tenía que haber ido corriendo para salvar a su amado. Sin embargo, el gran Dazai Osamu se equivocó, y fué una gran equivocación que lo perseguiría por toda su vida.

—¿Sabes? Te prometo una cosa, Chūya... —posó su cabeza en la lápida que estaba impecable— nunca, pero nunca te voy a olvidar, mi querido y bello Nakahara Chūya.

Después de eso, no lo ocultó más y se soltó en llanto. Le dolía mucho. Le dolía más que cualquier navaja. Más que cualquier tortura que le hayan hecho.

El hecho de saber que su amado Chūya está muerto; lo destrozaba, porque eso significaba que nunca más lo iba a volver a ver.

Nunca más iba a volver a pelear con él, ni volvería a escuchar su hermosa, y a veces, estresante voz.

Nunca pudo ni podrá confesarle su amor, y todos sus futuros felices que había imaginado con él.

Todo eso se había esfumado justo cuando la noticia de su muerte llegó y aturdió sus oídos.

... Estaba completamente destrozado.

〰 FIN 〰

Si Hubiera Llegado A Tiempo | Soukoku | OS |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora