ME ACOSTE CON MI HERMANO (TERMINADA)

DOS

Capítulo número dos narrado por Carolina Jaume

VEINTIDÓS AÑOS DESPUÉS

─ Puedes moverte un poco Ruth me aplastas -. Hola soy Carolina Jaume tengo veinticuatro años soy de Canada y me encuentro en Nueva York con mi mejor amiga Ruth Harrison.  Estamos celebrando nuestra graduación al fin después de tantos años de estudio nos graduamos en Administración Empresarial y lo vamos a festejar en uno de los mejores clubes de la ciudad que nunca duerme.

Me encuentro en el auto del primo de mi mejor amiga que vive aquí y junto a él,  su novia y otro amigo y su novia estamos viajando rumbo al club.  Como no entramos me tocó llevar encima mio a mi mejor amiga y ya lleva un buen rato poniendome todo su peso encima

─ ¿Como quieres que me mueva? Carol si aun no llegamos -.se queja,  el primo de mi amiga nos mira por el retrovisor el es muy guapo y si no fuera porque tiene novia seria mi pareja de esta noche.  Después de unos cuantos minutos más llegamos al famoso Club.

Al entrar  Andres el primo de Ruth habla con el gorila que está parado como guardia de seguridad y después de unos cuantos minutos de plática nos dejan entrar.  Adentro la música está encendida y alta, la gente baila hasta más no poder,  el olor a alcohol y hormonas es muy fuerte,  junto a los chicos subimos a lo que ellos llaman "La sala VIP" donde la música es más controlada y el olor no está presente como en la primera planta.

Andres pide unos chupitos y estos enseguidas son traídos por el bartender,  todos tomamos uno y celebramos

─Por las recién graduadas -. Dice Mario el amigo del primo de Ruth

─¡POR LAS RECIÉN GRADUADAS! -. Gritan todos y bebemos nuestro chupito. 

─Esta cancion me encanta ven vamos a bailar-.  Dice Ruth tomándome de la mano para ir a la pista.  La música suena a todo volumen mientras movemos nuestro cuerpo a su ritmo.  Un par de horas después estoy bastante llevada por el alcohol,  he bailado con cientos de chicos y ni que se diga de los primos de mi mejor amiga.

La música suena en mis oídos como nunca,  ya ni me importa qué olor aiga en el lugar solo se que esta es mi mejor noche en años.  Soy una chica normal,  defino normal tengo un cuerpo envidiable ya que lo trabajó mucho en el gimnasio,  mi rostro es libre de imperfecciones y el resto ya saben ¡vaya!  El alcohol si que sabe trabajar en mi cuerpo,  me esta haciendo pensar idioteces.

Muevo mis caderas al compás de mi compañero mientras la música fluye aún más,  un jalón me hace que pare de bailar y la dueña de tal acto no es más que mi mejor amiga

─¡Oye!  ¿qué te pasa? -. Me quejo-.  Devuélveme mi brazo-.  Gracias al cielo me soltó,  Ruth está más alcoholizada que yo

─ a las diez en punto a tu derecha -. Dice mientras bailamos,  ¿es enserio,  solo para que baile con ella me ha estrujado feo?. La miró con la ceja alzada ¿qué es eso?

─¿Que? -. Pone los ojos en blanco y me gira para que yo quede de frente de donde ella estaba

─ ¿si ves a esos dos papasotes que están ahí? -. Dice mientras baila,  asiento -. Bien, el de camisa blanca con los primeros dos botones blancos desabotonados no te quita el ojo de encima-.  Si,  mi amiga se da cuenta de todo,  sonrio al verlo y es cierto esta que mira todos y cada unos de mis movimientos,  me apego mas a mi amiga mientras bailo sensual,  Ruth entiende y hace lo mismo,  se que lo provocamos.  Una estupida y linda sonrisa se forma en su rostro.

Le dice algo a su amigo,  me imagino y es su amigo porque están juntos.  Este sonríe a lo que él se separa y clava su mirada en nosotras,  dejo de verlos para tomarme un chupito que una chica que parece prostituta vestida anda ofreciendo.  Miro en la dirección que el Adonis estaba pero ya no está,  sigo bailando con mi mejor amiga hasta que no la siento a mi lado,  volteo para verla y esta bailando con.....  ¿está bailando con el amigo del Adonis que me observaba?

Miro en otra dirección al sentir un susurro en mi oído,  un susurro que no logre escuchar,  volteo y parado al frente mio tengo al Adonis que tanto me observaba.  Empezamos a bailar y a beber por un par de horas mas,  los demas chicos se nos perdieron probablemente estan bailando por algún lugar del club o estan follando en el baño.  Ruth se acerca a mi y me dice que se irá con el castaño a pasar la noche a nuestra habitación del hotel en el que nos hospedamos

Mientras yo me voy con el moreno a su departamento de el.  Si,  soy una zorra por irme a tener sexo con un chico perfecto y caliente sin conocerlo.  Salimos del club entre besos y abrazos,  me guía hasta su auto,  subimos y conduce hasta lo que parece ser su departamento.  Al llegar abre la puerta y sin encender las luces me besa,  sigo su beso dando paso a que su lengua juegue con la mía,  me arrincona a la paren sin dejarnos de besar, posa sus manos sobre mi cintura apretandome a su cuerpo,  gimo en su boca al sentir su erección dura sobre mi ombligo.

En un ágil movimiento me alsa para que enrolle mis piernas alrededor de su cintura,  camina conmigo sin dejar de besarnos hasta lo que parece y es su habitación.  Me tira a la cama aprovecho ese momento que sus labios no están juntos con los míos para tomar todo el oxígeno perdido.  Se coloca sobre mi y vuelve a besarme,  recorre mi cuerpo con sus manos hasta llegar al cierre de mi vestido,  arqueo la espalda para que pueda quitarme el vestido quedando solo en ropa interior ante sus ojos,  vuelve a besarme y con mis manos temblorosas desabotono su camisa blanca que le queda a la perfección.  Tiene un cuerpo de infarto,  lo contempló por un momento y me fijo en su cuello tiene uno de esos collares que tienen los militares y eso. 

No le presto atención a eso y con mis manos recorro su cuerpo bien trabajado,  sonríe de lado al ver que me lo he quedado viendo,  me sonrojo al ver que se ha dado cuenta.  Vuelve a besarme una vez mas,  deja de hacerlo para dejar suaves y delicados besos que descienden desde mi mentón hasta llegar a mis pechos.  Se deshace de mi sostén y lo lanza a un lado de la cama,  y como me lo imaginaba se apodera de mis pezones uno lo tortura con su boca y el otro con una de sus manos.  Suelto unos que otros suspiros al sentir como juega con ellos.

Cuando deja de torturarme con mis pechos baja hasta mi ombligo besando cada parte de mi cuerpo,  besa mi sexo por encima de mis bragas haciéndome soltar un gemido.  Se deshace de mis bragas y unde su cabeza en mi entrepierna.  Empieza a jugar en mi sexo ganándose unos gemidos por mi parte,  siento que estoy apunto de llegar al orgasmo y en el preciso momento que estoy por correrme para.

─ Aún no-.  Susurra para subir a mis labios y unirlos,  gimo en su boca al sentir su mano en mi entrepierna,  volteo quedando encima suyo,  si el sabe jugar yo también. Beso su labios y con mis manos y boca recorro todo su torso desnudo,  llegó a su pantalon y con su ayuda nos deshacemos de su pantalón y boxer,  beso la punta de su amiguito,  ¡Vamos Carolina has tenido más de una ves sexo y no puedes pronunciar la palabra pene!  Me regaña mi subconsciente

Y tiene razón no soy virgen y aun no puedo decir la palabra Pene sin que sienta vergüenza,  con mi boca juego con su pene haciendo que el suelte gruñidos,  lo introduzco en mi boca y lo muevo hacia dentro y fuera,  me sujeta de la cabeza acelerando los movimientos pero en el momento que siento que se pone duro vuelve a parar.

─Basta de juegos -. Dice y me levanta,  me colocaba debajo de él y él entre mis piernas,  coge su miembro entre sus manos y lo coloca en mi entrada,  entra lento haciendo que me desespere.  Cuando está totalmente dentro de mi se queda un momento sin moverse,  me mira por un segundo y besa mis labios.

Sale de mi un poco para entrar con fuerza haciéndome soltar un fuerte gemido al estar desprevenida y no esperar su penetración.  Sigue con su ritmo lento, rápido hasta llegar al dichoso orgasmo,  su perfecto cuerpo cae encima del mío,  su respiración es agitada,  se mueve aun dentro de mi despacio vaciándose por completo en mi interior.  Cuando ya termina sale de mi interior y se acuesta a mi lado,  sin duda ha sido la mejor noche que he tenido en mi vida.  Sin decir nada me atrae a su cuerpo desnudo y nos arropa para dejarnos caer en los brazos de morfeo.