Capítulo 1: Pétalo

79.5K 2.4K 1.8K
                                    

Me llamo Lucy, tengo 15 años y vivo en Londres, Inglaterra. Mi vida no es nada del otro mundo, tengo unos padres que me quieren, una hermana mayor y unas cuantas amigas, así que no me puedo quejar, pero no sé, hay veces que siento que me falta algo, es como si no perteneciera a este mundo...

Suena el sonido del despertador.

Bueno, vamos a por otro día de mi emocionante vida... lo sé, me encanta ser sarcástica.

Como todos los días voy al instituto, veo a mi amor platónico y él cómo siempre pasa de mi cara, pero bueno yo soy feliz con solo mirarlo, la verdad yo solo me conformo con eso, además yo nunca sería capaz de decírselo... no soy capaz ni de decirle hola. Y así paso mis días, ¿a qué son emocionantes? En fin... Al llegar a mi casa normalmente como y después estudio, pero hoy tengo ganas de irme a dar una vuelta y despejarme un poco de todo.

Voy en marcha de un bosque que hay cerca de mi casa, al llegar me siento debajo de un árbol y comienzo a leer "crepúsculo". Como me gustaría que me pasara a mí alguna historia parecida a la de los protagonistas del libro.
De repente escucho el sonido de unas campanillas, en fin, habrá sido mi imaginación.

-¡Ah!

Algo me ha estirado del pelo.

Vale, estoy muy asustada, ¡quién me ha estirado del pelo!

Me giro y no hay nada, hago como si no hubiera pasado nada y vuelvo a sumergirme en el libro, pero al abrir el libro hay algo encima de la tapa.

¡Dios mío, es un hada!

-Con que has sido tú quien me ha estirado del pelo.

El hada solo asiente con la cabeza, es preciosa, tiene el pelo marrón por debajo de los hombros, un vestido de pétalos rosas y unos zapatitos a juego con el vestido rosa, es realmente preciosa.

-¿Eres real? No creo Lucy, estarás soñando, si las hadas no existen... -pero antes de que pueda acabar la frase el hada me ha tapado la boca, tiene una expresión un poco rara-. ¿Sabes hablar hada? -ella solo dice que no con la cabeza y hace unas señas hacia el cielo, la verdad no tengo ni idea de lo que quiere, soy bastante corta en las adivinanzas y esas cosas-. Oye, ¿cómo te llamas?

Serás idiota Lucy, si no sabe hablar, suelo pelearme con mi conciencia a menudo.
El hada me señalaba su ropa.

-¿Te llamas Rosa? No, vale pues... te llamas vestido, tampoco... -el hada arranca un pétalo de su vestido y me lo señala-. ¿Te llamas Pétalo? -asiente con la cabeza feliz y aplaudiendo con las manos.

-Pétalo, ¿te quieres venir conmigo a mi casa? Es que ya es tarde, sino mis padres se preocuparán. -ella asiente con la cabeza y se esconde en el bolsillo de mi chaqueta-. Bien, ¡vámonos!

Estoy contentísima, me he hecho amiga de un hada, ¡sí, de un hada! En fin, quien me escuche decir esto pensará que estoy loca, mejor no decir nada a nadie.

Prisionera en Nunca JamásWo Geschichten leben. Entdecke jetzt