Capítulo 2: La sombra

42.6K 1.9K 1.6K
                                    

Al día siguiente despierto más tranquila, ya que es sábado y no tengo nada que hacer.

-Espera... ¡Dónde está Pétalo!
Me levanto rápidamente de la cama y empiezo a llamarla por toda la casa, menos mal que mis padres no están y mi hermana está de viaje.
Voy a la cocina y ahí está ella, comiéndose un pastel.

-Pétalo no vuelvas a irte de mi cuarto sin mi permiso, y si mis padres hubieran estado, ¡oye, ese es mi desayuno! Bueno no pasa nada, tienes hambre, ¿verdad? -ella asiente con la cabeza comiéndose el pastel muy feliz.

Después de decir eso me voy al comedor a ver un rato la televisión, Pétalo viene detrás conmigo.
Pero algo pasa, Pétalo empieza a tirarme del pelo y a volar muy rápido, está muy nerviosa.

-Pétalo, ¿qué te pasa? ¿Por qué quieres que me mueva? -señala la ventana y...
¡Dios es un monstruo, un monstruo que vuela!

Empiezo a gritar y a correr por toda la casa hasta llegar a mi habitación, me encierro con Pétalo, pero es en vano porque esa cosa flota y en un abrir y cerrar de ojos ¡está en mi habitación!
Se acerca mucho a mí, yo solo lloro y le pregunto que qué quiere.

El monstruo extiende su mano para que la coja. Pétalo en un acto de valentía se acerca al monstruo e intenta alejarlo, pero ella es muy pequeña y él es de mi estatura.

-No te quiero hacer daño, solo quiero enseñarte una cosa.

-¿Ha-hablas? -pregunto tartamudeando muerta de miedo.

-Sí, y no te voy a hacer daño, te lo prometo, solo quiero que vengas un momento conmigo, tú y tu amiga Pétalo.

-¿Cómo sabes su nombre?

-Porque nos conocemos, ¿verdad Pétalo? -ella solo asiente un poco asustada-. Ah, y no soy ningún monstruo, soy el fantasma de Black.

-¿Black? ¿Y eso que es?

-Mi dueño, bueno basta de preguntas, vente conmigo. -yo solo retrocedo asustada-. Tranquila, no te haré daño, además vas a tener que venir conmigo por las buenas o por las malas, tú decides.

-¿Dónde me quieres llevar?

-He visto que no eres feliz en este sitio, así que he pensado en llevarte a un lugar donde te prometo que serás más feliz que aquí, además está lleno de gente, sirenas y hadas.

-¿Es eso verdad Pétalo? -me mira y asiente con la cabeza, pero no está muy segura la verdad.

-Podrías venir de prueba y si no te gusta te traería de vuelta con tu hada.

-No es mi hada, es mi amiga, pero no es mía. -respondo muy segura, demasiado para estar muriéndome de miedo por dentro.

-Bueno como digas, vámonos ya que es tarde. -me entrega su mano para que la coja, le miro no muy segura.

-Ya, y si no quiero irme contigo que, ¿qué me vas a hacer?

Lucy creo que te has pasado de chula, dice como no mi amada conciencia.
El fantasma no dice nada, solo me coge por la cintura y salimos los dos volando por mi ventana.

-¡Ah! ¡Suéltame, socorro!

Si como que me va a escuchar alguien.

-¿Seguro que quieres que te suelte? -yo solo ruedo los ojos molesta, ya que si me suelta muero, más que nada porque estamos volando.

Pétalo nos sigue por detrás, estoy un poco más tranquila sabiendo que ella se encuentra a mi lado.

-Ya hemos llegado.

Me volteo a ver dónde estamos y...

¡Madre mía este sitio es precioso!
Estamos en una isla rodeada de un mar cristalino como en los cuentos, no es una isla como las demás, es especial, tiene encanto propio, la verdad no sabría cómo explicarlo.

-Bienvenida a tu nuevo hogar Lucy, bienvenida a la isla de Black, donde nunca jamás serás infeliz.

Prisionera en Nunca JamásWhere stories live. Discover now