Capítulo 19

81 3 0
                                    

-Es la siguiente, todo recto, y la última a la derecha. -indicaba el chico rubio sentado a mi lado.

-De acuerdo -respondió el conductor.

Yo sin embargo no decía nada, ya que estaba sentada en el coche de alguien a quien no conocía, y a demás, al lado de alguien a quien acababa de conocer.

El chico rubio me miró, y me dió un codazo.

-Estás seria -dijo sonriendo.

-No, -respondí sacando una pequeña sonrisa- estoy cansada.

-No se cómo puedes estarlo, si apenas has andado.

-(mi mirada se giró hacia el chico) ¿cómo que no? -dije descaradamente.

-El parque tiene como mucho unos 60 km andando, no creo que hayas llegado a recorrer ni 8.

-Bueno, -volví a mirar hacia delante- andar no es algo que me llene.

-¿Qué quieres decir?

-Mi especialidad es el boxeo, es un deporte que me completa.

-Entiendo. -dijo, tras suspirar y mirar hacia delante- A mi me gusta, pero me gustan más otros deportes.

-¿Has practicado alguna vez boxeo?

-Sí, de hecho, varias veces he salido vencedor.

-Imposible -dije riendo.

-¿y eso por qué?

-Alguien a quien no le gusta el boxeo no puede ganar en una pelea.

-Digamos que mis adversarios eran fáciles de vencer.

-Puede que sea así... -dije volviendo a mirar hacia delante-.

-Es aquí. -dijo el chico al conductor- Vamos, ven. -me dijo.

-¿Cómo? ¿A dónde vamos? -dije totalmente asombrada.

-¿Quieres ir sola a casa? ¿A estas horas de la noche?

-Hombre... pues.... -dije indecisa.

-Vamos, solo será un helado.

-Está bien.... -cedí.

*********

-Este helado de fresa y menta está bueno, -decía Sam a las dos de la madrugada- ¿qué tal el tuyo?

-Es de chocolate, ¿cómo va a estar?

-Bueno bueno.... -decía riendo.

Tras varias horas hablando, charlando, comiendo y riendo, Sam accedió a llevarme a casa con la condición de no parar en ningún sitio más.

Habíamos vuelto de nuevo a la esquina donde paró el taxi, donde cogimos su coche, para llevarme a casa.

-Me lo he pasado bien -dije.

-Yo también, no sabía que no supieras parar taxis ni encender fuentes. -decía riéndose de mi.

-Bueno, no se puede tener todo en la vida, -dije riendo y siguiendo el rollo.

-Ha estado bien, sí. Espero poder volver a repetirlo.

-Cuando quieras, yo encantada.

Sam era un chico muy bueno. Era alto, mono, dulce, tenía un cuerpo bastante bueno, simpático, inteligente...
Podría ser perfectamente cualquier cosa; podría ser bailarín, atleta, podría cantar, tocar algún instrumento, o quizás estudiaba para alguna carrera con salidas.
Me sorprendió bastante haber encontrado a alguien tan bueno en una simple tarde, tan normal y corriente como todas las demás.

-Muy bien, te llamaré. Aún que... No tengo tu número.... -dijo con entonación pícara.

-No te preocupes, ahora ya sabes dónde vivo. Puedes hablar conmigo de muchas maneras.

-Está bien... Buenas noches, chica del agua. -se despidió el chico, tomando mi mano y dándome un beso.

-Buenas noches, Sam -respondí tan normal.


*********

La casa estaba a oscuras. Eran exactamente las 4:30 de la mañana, ahora sábado.

De pronto, se encendió una luz.

-¿Dónde has estado, guapa?

-¡Danniel!

-No grites, que es tarde ya.

-¿Cómo has entrado en mi casa? -estaba totalmente paralizada al ver a aquel chaval sentado en el sofá de mi casa.

-Ethan es majo, la verdad.

-¿Ethan te ha dejado entrar?

-Sí, le dije que era amigo tuyo, y me dejó pasar.

-Ethan es mayor que yo, y si vive conmigo es porque me protege. Jamás te hubiera dejado entrar.

-Cierto. -dijo mostrando una sonrisa perfecta- me he colado por tu habitación, más bien.

-Un momento, mis ventanas estás todas cerradas.

-Pues sí. Ahora dirás...

-¿Qué está pasando?

-Eso es. Mira. Ven, siéntate aquí.

-No, no. ¡Fuera de mi casa Danniel! ¡Ahora!

-De acuerdo. Pero ven conmigo, si quieres saber cómo conseguir que no te roben.

***

Ya estábamos fuera, y nerviosa, me tocaba las manos una y otra vez.

-Resulta que esta tarde te he visto por el parque. Me ha resultado gracioso ver como un chaval se acercaba a ti, y te hablaba.

-¿Acaso no crees que pueda hablar con los tíos? ¿Qué te pasa Danniel?

-Conozco a ese chico.

-Vamos hombre, ¿me estás diciendo que me has espiado y has visto que un chaval hablaba conmigo? ¿acaso crees que me voy a creer esa mentira?

-He entrado por la puerta de atrás.

-¿¡Qué dices ahora!? -decía enfurecida.

-Nada, déjalo Lissa. He entrado por la puerta de atrás, estaba ente abierta y he pasado.

-¿Cuánto tiempo has pasado en mi casa, Danniel?

-Poco, más bien. No más de media hora. Antes de que el chico te dejara en la puerta.

-¿Eras tú el que nos​ estaba siguiendo con la moto?

-No es lo que crees....

-¡Danniel, cállate! Escucha, si vuelves a entrar en mi casa, o vuelves a seguirme, te juro por Dios que llamaré a la policía. ¡Te lo digo en serio Danniel!

-Tengo que irme. Ten cuidado con ese tío, Lissa.

-Deja ya de meterte en mi vida.

Danniel me acarició la cara. Seguidamente, pasó unos metros al lado de mi, me rodeó, y caminó hacia la dirección a la que yo le estaba dando la espalda.

-Ten cuidado. -dijo

Entre Mi Ropa Y ÉlWhere stories live. Discover now