Capítulo 20

72 3 0
                                    

-SUEÑO-

-¿Por qué no contestas a mis llamadas? -decía enfurecida.

-¿Qué quieres que le haga si estoy ocupado?

-Te dije que necesitaba hablar contigo. Y lo único que estás haciendo es marearme.

-Yo si podía quedar, pero a las 4. No podía antes. Si eso ya no entra en tu horario, ¿Qué esperas que haga?

Le miré fijamente, con un gran nudo en la garganta, y a punto de derramar una de mis mayores lágrimas.

-Has cambiado. Lo sabes, ¿Verdad? -dije mirando seguidamente hacia el suelo.

-No, no lo he hecho. Es sólo que... No sé, ya no siento lo mismo.

-Ya, claro... Por eso ignoras mis mensajes, ya no llamas, no hablas... Nada. Si no quieres nada, dímelo. Porque no voy a seguir así siempre.

-¿Pero quién te ha dicho que ya no me importes?

-Pasaste de actuar como si fuéramos lo más importante entre los dos, a actuar como si yo no existiera. Ahora ya me tienes ahí, pero en realidad no paso por tu cabeza ni siquiera cuando preguntan por alguien distinto en tu vida.

-No sé, de verdad. Ya no es lo mismo que sentía antes. Antes sentía mucho por ti, de verdad. Pero ahora... Supongo que estoy cansando.

-Y todo esto lo has pensado en cuatro días.

-No, Lissa.

-Entiendo.... -le corté-,  Espero que te lo pases bien en tus vacaciones. Gracias por todo.

*********

Me levanté sobresaltada de la cama.

Entonces, comencé a pensar, como de costumbre.

Los días siguientes sin Mike Johnson fueron un estado de tránsito donde apenas sabía qué sentía, apenas sabía qué hacer... Era duro tener que luchar contra mis ganas de hablarle, verle, abrazarle... Era como otro mundo diferente.

No paraba de darle vueltas a todo lo que había pasado entre nosotros; llegando siempre al mismo punto, sin ninguna solución. No tenía respuesta o explicación alguna con respecto a lo que pasó, ya que todo fue tan rápidamente, como de 4 míseros días se trataba.

Todo era muy confuso. No sabía qué estaba mal. No entendía la razón por la que estaba triste, cuando en realidad nunca fue nada "importante" para mí. Tan solo le cogí cariño. El suficiente cariño como para que pudiera olvidarle en el menor tiempo posible. Pero me daba cuenta de que necesitaba siempre las mismas explicaciones. Las mismas aclaraciones.

Todo me recordaba a él. Y siempre que me preguntan, respondo lo mismo; "no lo sé ni yo". Ahora estaba por ahí, bebiendo y olvidando la vida que está pasando, mientras yo machaco mi Cerbero intentando buscar soluciones. Soluciones de todas las clases, procedentes de todos los puntos posibles.... Algo que me hiciera olvidar todo lo que él me dio, y que no me dió tiempo a coger.


*********


-Lissa.... -chasqueaba sus dedos- ¿Lissa....?....... ¡Lissa!

-¡Ethan! -grité- discúlpame; yo.... yo.... -intentaba buscar alguna explicación- Estaba pensado....

-¿estabas pensando... qué?

de pronto se me encendió una bombilla.

-Estaba pensando en ayer por la noche.

-Sobre ayer por la noche... ¿de qué?

-Pues sobre ayer por la noche, cuando llegué a casa y me encontré a Danniel en el sofá, levantándose y caminando hacia mí para decirme que ande con cuidado. ¿Y a que no sabes cómo entró?

-Eh...... Danniel.....No... ¿cómo lo hizo?

-¿En serio? ¡Le dejaste entrar tú, Ethan!

-A ver... lo puedo explicar...

-Te lo voy a explicar yo, alto y claro para que esto no se vuelva a repetir, ¿vale?

Ethan se llevó las manos a la nuca.

-Danniel tiene amigos traficantes, que son buscados y ajusticiados por a policía. Hace seis meses sus amigos vinieron a casa, me hicieron correr lejos de ésta y casi muero. Si no llega a ser por Danniel, ¡estaría muerta! Así que no quiero volver a saber nada ni de él, ni de ningún tío que pregunte por mí,  ¿lo has entendido?

-Alto y claro, jefa... -dijo Ethan cabizbajo.

-Bien. Y ahora, me voy a ir a hacer varios recados para lo de esta tarde. Prepara la casa mientras tanto.


*********


Danniel.

Con tan solo escuchar su nombre, ya se me ponían los pelos de punta.

Tenía un extraño tatuaje en su cuello, ahora que pensaba en ello, que me llamaba bastante la atención. En él se podía distinguir una letra, la R. No quería ni pensar en qué significaba aquello.

De pronto, mi teléfono vibró:

estoy en la entrada de Times Square, ¿te apetece un café? Sam.

a lo que responí:

estoy comprando varias cosas, nos vemos en 15 min.

Entre Mi Ropa Y ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora