Día 9: lo que me queda

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Esa mañana fue la primera vez que Stiles estuvo feliz de que sus piernas le doliesen, porque no era ese dolor de todos los días, ese que le molestaba y le hacía odiar al mundo, no, era un dolor totalmente diferente, uno que disfruto cuando estiro su cuerpo en la cama. Vestía solo la camiseta de Derek – para cuando me extrañes en la mañana – le había dicho el moreno para después besarlo e irse, cuando John llegó.

Stiles se abrazó a la camiseta y la olió feliz y enamorado, se sentía como una colegiala, después de su primera vez, aunque tal vez, si lo era. Rio al pensarlo. Su Derek, suyo y de nadie más, le gustaba pensar eso, entonces recordó lo que no había tenido tiempo de reflexionar, aunque sinceramente poco le importaba que Derek fuera una criatura mitológica con dientes y garras, de todas formas, ya sospechaba que había algo diferente en el mayor, su esencia quizás, más misteriosa que el resto, ¿sería verdad eso que los lobos aúllan a la luna?

Sus reflexiones se vieron interrumpidas cuando su papá entró al cuarto.

- Buenos días campeón – saludo sonriente.

- Hola papá ¿Por qué tan temprano? – dijo mirando la hora desconcertado.

- No me sorprende que lo hayas olvidado, hoy tienes la resonancia y la fecha para la nueva quimio.

- Ah que asco...creo que mejor sería que me bañara...

- ¿no debiste bañarte ayer? Se supone que Derek te iba ayudar – inquirió.

- Ah sí... respecto a eso... ¡no pudo! Me dolió lo cabeza y me fui a la cama- farfulló poniéndose colorado.

- ¿enserio? Derek no me dijo nada de un dolor de cabeza – dijo frunciendo el ceño – él siempre me dice cuando te duele algo.

- Sí, bueno... es que, fue muy suave y la verdad estaba cansado, así que le pedí irme a la cama antes...a dormir.

- Está bien – respondió nada convencido, pero lo dejo estar de todas formas era su hijo. - ¿necesitas ayuda con el baño?

- No, ya puedo solo, gracias.

Una parte era verdad, pero la otra era mera excusa para que su padre no viera las marcas que el mayor dejo en su cuerpo, porque si lo descubría, estaba seguro que John no dudaría en meterle una bala por el trasero a Derek, por pervertir a su inocente hijo.

Se dio un baño de tina, jugando con las burbujas que se hacían por la espuma, cuando termino de jugar salió de la bañera, afirmándose del barandal de las toallas para no hacer tanto esfuerzo en piernas. Eligió un atuendo rápido del closet, y se sentó en su cama a vestirse para no cansarse tan luego. Ya vestido bajo a desayunar con su padre, para subir al coche y hacer el trayecto al hospital.

Al entrar al lugar, Stiles reconoció a varios empleados del lugar, que saludó sonriente. Los recibió Melissa y el doctor de siempre, su padre conversaba animadamente con ellos. Desde la última vez que estuvo en la UCI, sus tumores no habían vuelto a crecer, y las nuevas quimios, habían mantenido a raya el crecimiento de este, y las nuevas dosis controlaban su pérdida de movimiento. En la última revisión del doctor, este le había dicho que estaba mejorando, Stiles quiso reír ante la ironía, pero tenía razón, los dolores ya no eran tan fuertes como antes, y en la mañana había prescindido de la silla para moverse.

Melissa lo llevó al vestidor para que se pusiera el camisón del hospital, gracia al cielo la enfermera le pasaba unos pantalones ligeros, así su trasero no quedaba al descubierto. La mujer lo llevo en silla de ruedas hasta la sala para la resonancia magnética.

10 cosas que hacer antes de morir //STEREK//Where stories live. Discover now