Quiero ser Slytherin

CINCO

—Harry, vamos a llegar tarde a la cena con Slughorn. —dijo Hermione.

—Ya voy... Me has dicho que Draco viene a la cena, ¿verdad?— respondió rápidamente Harry.

 —Si, si, claro que viene.

—¡Tengo que estar bien!

Luna estaba escuchando.

—No va a ir, ¿no? —susurró Luna.—Draco. Solo es para meterle prisa a Harry.

—Si, pero parece que no esta haciendo mucho efecto... Espera, Luna, que haces en la sala común de Gryffindor?

—Dean me dejo pasar. Ya sabes, Dean Thomas. Estaba con Ginny. Saliendo de aquí, para ir a la cena.

—¿¡Que!? ¿¡Dean Thomas?!¡ Pero si ella acababa de empezar a salir con Seamus!

—La gente dice que va cambiando de pareja.— observa Luna.

—Ahora vuelvo.

Hermione bajo corriendo. Luna observaba. Harry salió de la habitación, con una americana que le había comprado la señora Weasley e intento copiar el estilo que llevaba normalmente Draco.

— Draco no va a venir.— dijo Luna.

—¿Que? Mi... Draco... ¡HERMIONE!

Hermione subió arriba de nuevo.

—¡HERMIONE!

***

Harry y Hermione ya habían llegado a la cena. Ginny llegó mas tarde, llorando.

— Mira que se lo advertí, y ella que no, que Dean es bueno y que nunca le haría daño. Pues mira, ha venido llorando.

Harry se levantó.

— Harry, ¿a donde vas?— preguntó Hermione.

— Dijiste que...— susurró. Después se giró para asegurarse que nadie lo escuchaba.— que el venía.

— Harry.— dijeron Hermione y Slughorn.

***

Al día siguiente, después de haber entregado un trabajo del hechizo Aguamenti, el olor de la carne asada había hecho que el estómago de Harry rugiera de hambre, pero apenas habían

dado tres pasos hacia la mesa de Gryffindor cuando el Profesor Slughorn apareció delante de ellos, cortándoles el paso.

— Harry, Harry, ¡Justo el hombre que esperaba ver!- bramó cordialmente, jugando

con los extremos de su bigote de morsa e hinchando su enorme barriga. -¡Esperaba

atraparte antes de la cena! ¿Qué dices sobre una cena esta noche en mi habitación? Vamos

a tener una pequeña fiesta, solo unas pocas estrellas ascendentes. Tengo a McLaggen, y

Zabini, la encantadora Melinda Bobbin, no sé si la conoces, su familia posee una gran

cadena de droguerías y por supuesto, espero que la señorita Granger haga el favor de venir

también.—Slughorn hizo a Hermione una pequeña reverencia mientras terminaba su charla.

Era como si Ron no estuviese presente, Slughorn ni siquiera lo miró.— me esperaba que pudieras venir, ya que la última vez, parece que hubo un... problemilla.