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Al final del capítulo habrá una notita :)

La luz entraba por la ventana de una forma que a Kuiper le daba justo en los ojos. Se despertó, bueno, en realidad dejó de cerrar los ojos intentando conciliar el sueño. Con un gruñido se levantó de la cama, sacó una maleta cubierta de una fina capa de polvo y se propuso prepararla para donde fuera que tuviera que ir.

Dio un par de vueltas por la habitación una vez que terminó de organizarlo todo. Y es que no quería pensar en Charles, o sí quería, pero no que ello la hiciese sentir como una niñata malcriada con su primer amorío y, a la vez, como si hubiesen acabado después de un largo noviazgo.

El beso había sido dulce, aunque su lengua ni siquiera hubiese podido saborearlo ella sabía que lo había sido. Estaba enamorada, por fin se lo admitía a sí misma. Quería golpearse la cabeza contra la pared solo de pensar en quién se había tenido que enamorar y en qué circunstancias. Quería creer que el amor todo lo podía, y que él esperaría a que ella pudiera volver de esta misión para intentar, al menos, formalizarlo. La otra parte de sí misma, la pesimista y a la que más le hacía caso, no hacía sino insultarla mentalmente; el amor era inútil.

Un segundo después se dirigió a la ventana, donde pudo Sean saltando y estirando los brazos ante la mejor luz que habían tenido en semanas. Puso los brazos en jarras y dejó caer la cabeza hacia atrás. Dejó de pensar en formalizarlo, había sido solo un roce de labios, un pico. Los chicos como Charles iban y venían y, sobre todo, se largaban pronto una vez conseguían lo que querían. Algo le decía que él no era así, pero eso no le quitaba la actitud y el físico de quién lo parecía.

―Mierda ―masculló hacia el techo. Era el mejor resumen que podía hacer sobre lo que estaba pensando.

Cuando iba a dar su cuarta vuelta por la habitación descubrió un papelito debajo de la puerta. Lo cogió en sus manos. Era de Hank.

Kuiper:

Al final no acordamos la hora, solo quedamos en "pronto" así que ven a la última planta tan pronto como puedas. Estaré trabajando abajo.

PD: Ve con cuidado, nos estarán buscando por saltarnos el entrenamiento.

Dejó la carta encima de la maleta. Con un suspiro cogió fuerza y salió de la habitación.

Había un ascensor en cada piso de la mansión, cosa que hasta hace unos años probablemente resultaba imposible de pensar. Charles los había mandado a instalar lo antes posible poco antes de que llegaran, aunque el piso de abajo, que ahora utilizaban para practicar, ―a pesar de que todo el mundo prefería hacerlo al aire libre― estaba desde mucho antes. Charles había mirado las paredes de metal con una frialdad increíble mientras decía que lo había construido su padre por los pensamientos que tenía sobre la guerra.

Ahora, igual que desde hace mucho tiempo, ya nadie utilizaba ese piso. Algunas veces había visto a Charles intentar ayudar a Álex con sus poderes allá abajo, otras veces simplemente no le había apetecido bajar a hacer compañía. Tanto Kuiper como Hank sabían que nadie iba a molestarlos, Álex no iba a bajar hoy y nadie más utilizaba esas salas donde, por cierto, ahora estaba instalado Cerebro.

―Buenos días ―dijo Hank que, sentado en una silla en medio de la habitación, trabajaba en un boceto de algo que Kuiper pensó que sería un nuevo proyecto. A pesar de la despreocupación en su voz, sabía que era una falsa sensación de paz. Kuiper podía verlo en sus hombros tensos y en su frente arrugada hacia el dibujo.

―Hank, de verdad que prefiero que...

El levantó la cabeza de su dibujo con tanta rapidez que la asustó.

KUIPER •Charles Xavier•Where stories live. Discover now