¿Qué Culpa Tiene Amy? ଽ Sonamy ©

Bölüm 5: Rastreo

Sonic llegó a su casa, sentía vacío, curiosamente. Aunque él sabía que después de todo, esa soledad no duraría mucho tiempo. Se decía que si estaba acostumbrado a ella, su aura y luces tenues, su jardín sombrío y sus paredes vacías. Tan solo un portaretrados al fondo del pasillo. Aunque nunca se paraba a verle ni recordar esas escenas.

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Amy Rose llamó a sus amigas y en un santiamén, ellas ya estaban rodeándola y abrazándola. Ella; sin miedo alguno a decir lo que su secuestrador le había dicho, se expresó fugazmente y sus amigas escucharon sin entrometerce en su relato.

Cuando Amy terminó de contar, Rouge fue la primera que habló.

— ¡Y te a amenazado! No debes de quedarte callada, Amy. Y ahora también si es que ese puto te a liberado fácilmente. Me temo que tendrás que quedarte en casa de alguna de nosotras para resguardarte de cualquier cosa. ¡Pero al menos sigues aquí con nosotras! —su voz terminó de quebrar, y arrojó su cuerpo hacia ella, la abrazó. Y sus amigas compadecidas por ella también lo hicieron.

Las chicas se regocijaron en su interior sin expresarle a Amy. Puesto que sabían que su pequeña amiga era capaz de llorar y todas ellas podrían ser unas lloronas siempre que una de ellas empezaba. Amy, también estaba muy feliz, aunque su ausencia físicamente no lo demostraba. Pero en su corazón estaba más agradecida que nadie, la cosa no había pasado a mayores. Era una sensación muy conmovedora para ella. Y estar al lado de sus protectoras, la hizo sentir segura.

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Una semana después.

— Me temo que ya es nuestra paga. — comentó Silver a Knuckles y Sonic. Quienes caminaban por la penumbra hasta la casa de Tails — Por eso nos llama.

—Suena estúpido, pero quiero dinero para pagar cosas. Esto de robar es cansado y solo nos busca la policía. A este paso, seremos almas en pena al próximo robo —contestó Knuckles.

—Ya no podemos llevar una vida tranquila como todos los demás —terceó Sonic con amargura sin despegar su vista del frente.

—...A veces me reclino y pienso en lo que nos hemos metido —Suspiró Silver— me encanta el dinero y por eso vengo, pero creo que todo tiene un límite.

—Igual es demasiado tarde para renunciar. Ya no hay vuelta atrás, solo nos esperan órdenes y desvelos. Pero —Sonic se giró a verlos y sonrió con mucha autoridad-; detrás de eso, hay recompensas grandes.

Los otros dos no comentaron nada más al respecto y cambiaron de tema, en lo que tomaban en llegar a la dicha reunión.

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Días después.

Las reuniones fueron acertadas por Silver. Únicamente para darles su parte de la paga y para después, ellos esfumarse. Según Tails; tenían que bajar a los robos y entre otras crueldades porque ahora había más vigilancia, así que para no malhumorar y alertar a la comunidad, quedaron de acuerdo en no hacerlo hasta que pasara un tiempo, sabía que pronto lo "olvidarían" ya volverían a las suyas.

Mientras tanto, Sonic se mantuvo alerta en su casa y de vez en cuando. Se acordaba de la eriza, era cierto que no había tocado su teléfono y revisar que hacía. Pero tenía en el historial guardado y podía ver toda su información, si es que aún no cambiaba de móvil.

Ese día, decidió revisar y saber dónde se encontraba.

Abrió la carpeta ligada al micro-chip que le había puesto y abrió para revisar en audio.

Aparecieron rápido más de 50, de todas las redes de comunicación que ella tenía instaladas.

Abrió las de WhatsApp y revisó el último, le presionó play.

"Estoy con Tikal, le estoy ayudando con su venta de postres, creo que vamos bien. Estaremos por el boulevard que da al Walmart y deambulearemos por ahí un rato hasta que se acaben los cupcakes, tal vez llegue a las 5 a casa y luego vaya a la tuya, te veo más tarde"

Revisó la hora. Lo había enviado a una tal Cream. Tan solo había pasado media hora.

Tomó nota de dónde dijo que estaba y decidió que daría una vuelta por ahí. Se iría en su carro, lo estacionaria cerca del supermercado.

Así lo hizo, sin darle otra vuelva al asunto.

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Llevó su chaqueta negra, gafas oscuras y con un spray de fantasía, rocío color azul pálido sobre su color natural. De este modo, burlaría a las autoridades y a ellas, (si es que se las encontraba).

Ya en la acera, veía hacia todas partes. Sintió nervios por todas las miradas y lo veían de reojo. Llegó a la puerta del supermercado, pero no había señales de ella.
Se quitó las gafas incluso y no estaba.

(....)

Pasó media hora, andando por el estacionamiento y la calle cerca de ahí. Pero no veía nada. Enojado por lo que estaba haciendo se dió media vuelta, dispuesto a retirarse.

—¡Hola, disculpa!

Sonó una voz femenina a lo lejos de sus espaldas. Miró por encima de su hombro y veía a una equidna avanzar hacia él con una bandeja.

—Estoy vendiendo cupcakes, ya solo me quedan tres. ¿Gustas comprar? Los estoy dando baratos.

A unos pasos detrás de ella. Vió a la que llamó suya. Portaba el uniforme de gala, después de tanto tiempo. Ella estaba ahí. Agachó la cabeza de pronto para no ser visto. ¿Quizá su voz lo delataría? Ni siquiera se había parado a pensar.

—Ah, s-si. Me gustaría. Quiero los tres —se aclaró la garganta varias veces.

—¡Qué amable! Amy, podrías cobrarle al joven en lo que yo meto los pastelitos en esta caja, para que no se le dañen.

—Claro. $50 rings, por favor.

Estaba frente a ella. Sonic muy nervioso, miraba a varias partes, sacó un billete de su bolsillo y se lo tendió.

Tikal estiró la mano para entregarle sus pastelitos.

—Gracias —respondió Sonic y se acomodó las gafas. Enderezó su cabeza y vió que Amy había estirado la mano con el cambió.

Rozó sus dedos y tomó su dinero.
Miró a los ojos de ella, sonreía y ni parecía que se acordara de a quien tenía al frente y se apresuró a alejarse de ahí.
Ellas exclamaron algo más, pero las ignoró.

Esa vez fue la primera vez en años que Sonic dijo "Gracias" lo pensó llegando a su casa. Cuando ya estaba comiendo sus cupcakes. Estaban ricos, pero ni lo iba a admitir en su mente. Todo ahí dentro de él. Seguía siendo planes malos, y ahora estaba más que seguro que la quería a ella de vuelta.

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