The Walking Dead Reborn (Daryl Dixon)

Days gone bye

★Días pasados★

Angi POV

El mundo había llegado a su fin y la humanidad no tenia salvación...

Pero por horrible que parezca, no me rendiré, seguiré luchando para mantenerme con vida en este mundo lleno de horribles criaturas no muertas, se lo prometí a mis padres y siempre cumplo mis promesas...

-¡Mama! ¡Papa! -grite horrorizada por la horrible escena que ocurría ante mis ojos

Mis padres yacían en el suelo, ambos rodeados de la sangre de sus propios cuerpos, asustada y horrorizada me acerque a ellos con mis lágrimas resbalando por mis mejillas, no podía dejar de llorar...

- Angi... -dijo mi madre con una voz casi inaudible- Cariño... T-te queremos, lo sabes ¿verdad?

Afirme con la cabeza sin dejar de derramar lágrimas, una detrás de otra y así sin fin

- Tienes que... prometerme que sobrevivirás...

- Mama yo... -dije sollozando al darme cuenta que mi madre se estaba despidiendo

- Prométeme-lo...

- Te lo prometo mama, sobreviviré...

- Te quiero... te queremos... -dijo mientras su voz se iba apaciguando hasta el ultimo aliento de su vida

Llore, llore y llore, tanto como quise... tanto como pude... hasta quedarme sin lágrimas y cuando ya estaba lista, con mi pistola en mano me levante y antes de que volvieran a la vida de esa manera los apunte con dicha arma y dispare a sus cabezas, cerrando los ojos en el acto mientras mas lágrimas se dejaban ver en mis ojos.

Esa fue la ultima vez que llore.

Y desde entonces me prometí a mi misma que jamas volvería a perder a alguien que me importa y por ello decidí seguir día a día completamente sola, así no tendría que lamentar por perder a alguien nunca mas.

Sobrevivía a base de animales que cazaba o de comida que conseguía de alguna tienda después de haberla limpiado de todo muerto. Vivía prácticamente en el bosque, entre los arboles y la naturaleza y me mantenía con vida gracias a mi puntería con mi arco y mis flechas, también llevaba una pistola de color rosa que me regalo mi padre cuando todo esto empezó, no la solía utilizar porque prefería mi arco pero la llevaba conmigo por si acaso, siempre viene bien tener una arma de fuego y sin olvidar un cuchillo, que llevaba en mi cintura al igual que la pistola.

No podía negar que aveces me sentía sola y la depresión y la tristeza llegaban a mi a causa de esto, muchos grupos de supervivientes me ofrecían quedarme con ellos, pero yo me negaba siempre, por el mismo motivo de siempre, miedo a encariñarme de ellos y luego verles morir, sin que yo pueda hacer nada por ellos, por eso siempre que ayudaba a un grupo simplemente una vez segura de que estuvieran fuera de peligro, desaparecía antes de que se dieran cuenta.

Caminaba por el gran bosque en el que vivía, aunque dentro de poco emprendería mi camino a otro destino, ya que en este lugar cada vez mas me costaba conseguir algo de comida. Trepe por uno de los arboles y me senté en una de sus ramas, descanse allí durante varias horas consiguiendo quedarme dormida pero desperté por el ruido que hacia uno de ellos que se acercaba a mi cada vez mas, me puse de pie sobre la rama y saque de la funda que llevaba en mi espalda, una flecha, con mi arco le apunte y en su cabeza se clavo, matándolo así para siempre.

- Hasta nunca caminante -dije sin quitar mi posición de ataque con el arco

Estaba decidida, baje del árbol, quite mi flecha de su cabeza y me dispuse a seguir mi camino, era momento de avanzar.

No tenia rumbo alguno y ni un lugar al que pertenecer, así que vivía con un único objetivo: Sobrevivir.