Ella.

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Sus rizos negros invadían mi mente,
torturándola como bellas serpientes.

Su mirada honesta e inteligente.
Capaz de tentar a mi ser penitente.

Mas ella nunca será mía,
pues un hombre tiene esa suerte.

¡Quien pudiera ser varón!
Únicamente para poder tocarte,

[y amarte.


Dulce chica soñadora y lista.
No sabes que de ti se enamoró la poetisa.

Amable mujer inspiradora.
Tú te convertiste en mi musa,

[que ilusa yo.

El Arte de las Palabras. Poemario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora