Pueblo 2.

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Alexia:
-¿Brujas?- pregunté.
-Si, mejor dicho Brujo, un viejo amigo mío.- sonrió.

Caminamos por el pueblo en un silencio cómodo, Erick nunca soltó su mano de la mía ni parecía incómodo, el mostraba seriedad hacia su gente quienes miraban a Erick con miedo, en cambio a mí con curiosidad y yo los miraba igual.
Íbamos en un silencio que para mí era cómodo, los habitantes al vernos inclinaban la cabeza en reverencia hacia su rey. Luego de unos minutos llegamos a una casa, totalmente de ladrillos y más grande comparada con las demás.

Cada persona que cruzábamos inclinaba la cabeza por respeto al futuro rey.  

-En este lugar es donde trabajo normalmente y a veces también mi mejor amigo.- lo mire extrañada, no me imaginé que este hombre tuviera mejor amigo.

-¿Tienes mejor amigo? ¿Quien es?

-Claro que sí, Caleb.- me sonrió y yo reí mientras negaba. -Quien se lo podría imaginar..- susurré aunque él obviamente me escuchó.

Llegamos a una gran casa que desde aquí parecía muy de familia el aire se notaba a kilómetros, adentro varios hombres iban de un lado a otro sin percatarse de que habíamos entrado y otros le sonreían a Erick e inclinaban la cabeza. Subimos unas escaleras que nos llevo, a mi parecer, a un despacho y así era, nos encontramos con Caleb sentado acomodando unos papeles.

-Hola Caleb, déjame a mi observar aquello, luego te llamo para que sigas en tu puesto.- él nos observo y sonrió, seguido desapareció de la oficina oscura.

Me senté en un sillón de un solo cuerpo mientras Erick se sentaba en la silla donde segundo antes estaba Caleb, tomo las hojas con delicadeza y leía muy concentrado, sonreí al ver que hacia una mueca extraña, la esquina de sus labios se inclinaban a un costado como si hiciera una media sonrisa y su ceño estaba fruncido. 

Deje de observar su rostro al sentir la puerta abrirse de golpe y de pronto entro una mujer muy hermosa, su cabello rojizo y lacio lo tenia atado en una colita, sus hermosos ojos miel estaban acompañados con unas pestañas largas y muy pobladas. Era alta, con hermosas curvas pero su mirada era seria. 

-Al fin nos vemos Erick- ella sonrió seductoramente, se le acerco con pasos elegantes y le acaricio el pecho, nunca se percato de mi existencia, trague saliva con fuerza y mire hacia otro lado. Él por otro lado, no se digno en separarla, le sonrió coqueto y tomo de su cintura. 

La perra se le acerco a los labios pero antes de que llegara a su objetivo carraspee sonoramente y ellos me miraron, Erick apretó los labios y se separo unos milímetros, la pelirroja me miro con diversión y con sus brazos cruzados.

-¿y tu eres?- ella se sentó sobre el escritorio cruzadas de piernas. Yo la mire con gracia. este es mi golpe perra. 

-La prometida de Erick, un gusto linda.- Ella me miro de arriba a abajo y sonrió, luego giro su rostro a Erick y le habló. 

-Esta es la debilucha que me contaste cuando no acostamos.- ella me guiñó un ojo y su sonrisa se ensancho cuando se dio cuenta que no iba a decir nada mas, lo mire a Erick y el apartaba la vista hacia otro lado. Me levante mirándola y me fui azotando esa puerta, sin decir otra palabra. 

Mis lágrimas querían salirse de mis ojos pero no lo iba a permitir, por eso busque a Caleb, el me llevaría a casa y me consolaría, al no encontrarlo decidí preguntarle a alguien que estuviera por aquí y me acerque a un chico que estaba por salir de la casa.

-Discúlpame... ¿sabes donde encontrar a Caleb?- el chico se dio vuelta y casi caigo desmallada, oh dios jesus o quien sea este por ahí ¿Porque todos los buenos son vampiros?, el rubio me sonrió y yo me sonroje. 

Mi Bella Dama.©Where stories live. Discover now