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Esta mañana mi hermano se levantó temprano para ir a comprar Los Sin Nombre por quinta vez de lo que llevaba la semana.

Me escabullí hacia su armario y aguarde a su llegada.

No tardó mucho, entre diez y quince minutos, no más que eso.

Oí el sonido de la cama crujiendo y sus zapatillas cayendo en el piso de madera, señal de que se había recostado.

Me asomé por una pequeña grieta que llevaba el mueble en el que estaba escondido, y vi cómo extraía uno de los palillos de esas pequeñas cajitas.

Lo colocaba en su boca y luego sacaba ese aparato que mi mamá utiliza para calentar la comida.

Ya saben, un encendedor.

Pero a mí nunca me dejaba agarrarlo.

¿Por qué a él si?

Luego pensé en la posibilidad de que ese sea un nuevo secreto que debería guardar.

Una nueva mentira por decir.

La punta de aquel objeto se volvió roja, y comenzaba a lanzar ese gas con olor extraño.

Para mí, ese, ya era el olor a Kim Hoseok.

Y no me gustaba para nada.

Prefería el Hoseok que olía a vainilla durante el otoño, y a jazmines durante el verano.

Una vez se lo dije, y para hacerme enojar, se compró cinco cajitas más de esas.

Y esta mañana también se enojó.

No porque le haya dicho que no me gustaba ese aroma que cargaba.

Sino porque descubrió mi escondite al dar un pequeño estornudo, y porque salí gritándo que ya no parecía mi hermano.

En realidad, ahora que lo pienso mejor, no parecía enojado.

Estaba triste.

¿Dije algo malo?

Lo lamento, Hobi.

Quisiera ser un buen hermano y entenderte.

¿Y es que acaso no podría serlo, si tan solo me dieras de probar de Los Sin Nombre?

gray smell.-《vhope》Where stories live. Discover now